Miércoles, Noviembre 30, 2011 | Por Frank Correa
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – Los regímenes
totalitarios se sostienen con la represión y el poder de los medios
informativos, que controlan. Como sus resultados económicos y políticos
son casi siempre fatídicos, el periodismo que permiten es
parcializado, sin libertad ni objetividad, y responde a sus intereses
propagandísticos.
Por eso en los noticieros de Cuba todo tiene un marcado acento
optimista. Se resaltan sobre cumplimientos de planes de producción y
servicios, parece que los problemas siempre van a resolverse pronto, y
las únicas situaciones graves que se ventilan son internacionales.
Donde único hay verdaderos problemas es fuera de Cuba; ver nuestros
noticieros o leer la prensa cubana da la impresión de que el mundo está
a punto de desaparecer porque no tiene un sistema socialista como el
nuestro.
Hace algún tiempo, el Presidente Raúl Castro, dándoselas de aperturista,
criticó a la prensa por considerarla "insulsa"; pero los periodistas
no pueden hacer otra cosa que aupar al gobierno con su estilo
triunfalista. Abstenerse de criticar los problemas y obviar los temas
problemáticos es su patente de corso en la radio, la televisión y la
prensa escrita. El único modo que tienen de mantener sus trabajos y sus
prebendas.
Uno de los problemas que afronta Cuba es la indiferencia de sus
periodistas ante los graves problemas del país. Muchos de esos problemas
se resolverían si la prensa fuera independiente, en vez de estar
completamente estatizada y servir de caja de resonancia al gobierno, lo
cual constituye su principal función.
Quien desee descubrir, entender y resolver de verdad el extenso listado
de problemas que agobian nuestro país, solo tiene que seguir el rastro a
la prensa independiente, compuesta por hombres y mujeres que informan y
enfocan sin tapujos todo lo que la prensa oficial calla. Personas de los
más variados orígenes y tendencias; analistas políticos, economistas que
analizan los problemas de nuestra economía, juristas que defienden los
derechos del ciudadano, reporteros que informan sobre arrestos, actos de
repudio, hostigamientos, interrogatorios ilegales, suicidios, derrumbes,
la pereza de los funcionarios estatales, violaciones a la Constitución,
falta de electricidad, de agua, asesinatos. Ensayistas y críticos de
arte que monitorean el mundo cultural y artístico. Resaltan también las
crónicas costumbristas, en las cuales se describe cómo vive la
población, y que, en conjunto, constituyen un fresco que muestra la vida
del país, que servirá también para que se recuerde mañana el
empobrecimiento espiritual y la pérdida de valores y tradiciones en
que la dictadura ha sumido a nuestra nación.
Con el propósito de desacreditarlos ante la opinión pública, el gobierno
tilda a los periodistas independientes de 'mercenarios' al servicio de
una potencia extranjera; frecuentemente remarca que no son periodistas
ni independientes, y que sus informaciones son falseadas.
Paradójicamente es frecuente que las autoridades reaccionen ante
informaciones o artículos aparecidos en la prensa independiente,
enviando funcionarios a verificar si son ciertas o tomando medidas para
subsanar los problemas divulgados.
Hace poco llegó a la cuadra donde vivo un individuo que traía la misión
de verificar una noticia publicada días antes en Cubanet, sobre un
pozo que la Empresa Municipal de Servicios Comunales de Playa demoró 8
años en abrir, y sobre una zanja que habían dejado abierta en la calle
y representaba un peligro.
Informé al hombre que, efectivamente, la noticia era cierta, y él lo
estaba comprobando, porque por poco se mata cuando llegó al barrio en
bicicleta y encontró la zanja en su camino, la misma sobre la que se
informó, y en la que ya habían caído varias personas antes que él. Le
conté que, luego de 8 años de espera, la empresa de comunales vino a
abrir el pozo de una vecina de la cuadra que tenía la fosa desbordada,
pero los trabajadores rompieron la cañería central y el barrio estuvo
sin agua dos semanas hasta que vino la Empresa Aguas de La Habana,
encargada de la reparación.
Luego de arreglada la cañería, los de Aguas de La Habana dijeron que
era otra empresa la que se encargaría de tapar la zanja que abrieron
para el trabajo. Tal vez los vecinos tengan que esperar 8 años para que
la 'otra empresa' venga a tapar la zanja. Le dije que la burocracia
estaba matando al país. Que si no prestaban atención a los periodistas
independientes, este barco se iba a pique.
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