Martes, 29 de Noviembre de 2011 00:37
Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Guanajay, Artemisa (PD) El término racismo es aplicable fundamentalmente
a las poblaciones humanas.Dentro de la categoría raza, se encuentran dos
vertientes fundamentales de las que derivan de todas las demás: el
racismo económico y el racismo político, con respecto a las relaciones
socioculturales y a las relaciones de grupos de distintas etnias o color
de la piel.
En Cuba han tenido lugar y sostén estas dos mitades del racismo. Una,
sobre el control económico en manos de una minoría elitista blanca, y la
segunda, para marcar las diferencias entre los distintos grupos que
cohabitan en igual territorio pero con diferentes oportunidades.
Estas diferencias hacen prevalecer en el grupo dominante un sentimiento
de descrédito hacia el otro, tendiente a minimizar su importancia como
ente social, bien por sus rasgos físicos o por su cultura. Por medio de
su poder económico, hegemoniza el poder político.
Son aspectos encontrados en cualquier sociedad, ya que se trata de un
problema de diferenciación global y no fragmentario.
En Cuba existe la .barrera del oportunismo y del rechazo a todo lo que
no sea blanco y es una quimera el concepto de igualdad ciudadana.
En la conspiración que sucedió a la de Aponte, la de La Escalera, en
1844, fue llevado al patíbulo uno de los grandes vates de la lírica
cubana, Plácido.
La masacre de negros y mestizos en 1912 dio un sostenido testimonio de
una realidad que cambió poco con la independencia.
Las masacres de negros en 1844 y 1912 llevaban como idea principal el
aniquilamiento, no solo de hombres y mujeres de este grupo étnico, sino
el freno definitivo de un pensamiento diferente, y el acceso a la
economía, para evitar una clase media negra. Aunque años después los
negros pudieron lograr algunos escaños, ello no constituyó un verdadero
despegue de los afrodescendientes en materia económica y política.
La Cuba de hoy constituye la copia al carbón y multiplicada de ese
pensamiento antinegro, focalizado principalmente en el grupo de poder
antidemocrático, que por su carácter totalitario ejerce su soberanía
como estado hacia el resto de la población, carente de los más
elementales derechos ciudadanos.
Se trata entonces de una independencia sin democracia ni soberanía
ciudadana, pero no sólo hacia el negro, sólo que éste es el que más
sufre debido a su pasado como objeto y no como ser humano. En el
presente, no pocas veces se revierte en esclavo sexual y correveidile
del poder político.
La riqueza del pueblo cubano se encuentra bajo el control hegemónico de
un régimen totalitario, despilfarrador y por herencia racista, dueño
absoluto del poder económico y político, donde los medios de
comunicación social, como la televisión, la radio y los órganos de
prensa, son controlados ferozmente.
Al negro se le recuerda su inferioridad. El sometimiento al poder debe
verlo como muestra de agradecimiento. Mientras, el régimen, mediante un
inmediato trabajo de control psicológico, mantiene el poder y las
riquezas, propiedad de un pueblo multirracial, que sufre la aberrante
malversación de sus derechos.
http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/2775--las-dos-mitades-del-racismo-
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