Jueves, 28 de Julio de 2011 11:19
Lucas Garve
Mantilla, La Habana, 28 de julio de 2011, (PD) Entre uno de los mitos
cubanos creados en el último medio siglo está el del escritor
estadounidense Ernest Hemingway. Este 2 de julio de 2011, se cumplieron
cincuenta años de su muerte y el 21 del mes en curso sus admiradores
recordaron el aniversario ciento doce de su nacimiento.alt
Nacido en Oak Park (Illinois), finalizó su vida con un solo disparo de
fusil en Ketchum (Idaho), Estados Unidos de América. Perteneciente a la
denominada "generación perdida", el escritor pasó de la objetividad e
inmediatez del reportaje periodístico a la ficción de las novelas. No
obstante, nunca abandonó por completo el discurso periodístico porque
sus textos están escritos con apego a un estilo directo donde la acción
de los protagonistas resulta como si viéramos una película sobre una
pantalla.
Quizás mucho de su estilo también se deba a las enseñanzas que recibió
en París de sus mentores iniciales, Ezra Pound y Gertrude Stein, sobre
todo de la segunda, quien prefería un estilo directo y desprovisto de
afeites tropológicos literarios.
Mas el impetuoso Hemingway construyó sus textos a su manera, tal como su
vida y la violencia de la búsqueda de un sentido existencial la reflejó
en sus textos, sobre todo en aquellos escritos en el período de
entreguerras del siglo pasado.
La imagen del intelectual refugiado en una concha de creación nada tiene
que ver con el cazador de mujeres y fieras, con el expedicionario a las
praderas africanas o con el perseguidor de submarinos nazis en las aguas
del Golfo.
Hemingway fue un hombre marcado por la violencia. La violencia del
período de entreguerras ya mencionado y por el de postguerra de finales
de los 40. Y esa violencia es la que tiñe sus textos, la que expresa su
estilo y la que en fin acabó con su vida.
Sin lugar a dudas, fue un hombre violento en sus relaciones
interpersonales, quizás porque tuvo miedo, de sí mismo o del mundo en
que desarrolló su vida. Pero de lo que se puede estar seguro, es que amó
el desafío y la superación de sí mismo, como si una fuerza lo impulsara
a alcanzar una meta más elevada y difícil cada vez.
A juzgar por su historia personal, Hemingway fue un hombre de acción
además de un escritor consagrado con los premios Pulitzer en su país
natal y el Nobel de Literatura de Suecia. Ambos galardones quedaron
relacionados con Cuba, porque el Pulitzer lo obtuvo con un relato, El
Viejo y el Mar, cuyo protagonista es un viejo pescador cubano y está
inspirado en las historias de pescadores de Cojímar y el Nobel porque
regaló la medalla del Premio a la Virgen de la Caridad del Cobre, la
Patrona de Cuba.alt
Naturalmente, un personaje con estas características, resulta adecuado
para convertirse en un mito. Es lo que ocurrió con él después de su
muerte, sobre todo en Cuba, en donde se destaca principalmente la
simpatía que Fidel Castro sintió por él y la utilización de su imagen
por la propaganda oficial.
La explotación del mito hemingweyano por el gobierno ha servido para
exponerlo como un simpatizante con el proceso revolucionario y con la
figura de su conductor y asimismo para una campaña de marketing cultural
que atrajera otras personalidades literarias de prestigio que
legitimaran la transformación social cubana y al gobierno.
Actualmente, en Cuba se explota la figura del escritor estadounidense
como un valor del mercado turístico. Lugares céntricos frecuentados por
él sirven de santuario para alentar a llegar a otros más alejados. En
todos ellos hay una historia presentada por guías adiestrados en la
peripecia, en el transcurrir del escritor por el sitio y así tejen una
madeja para elaborar el circuito turístico.
La organización de actividades dedicadas a su memoria atrae a
familiares, investigadores y estudiosos del extranjero y en esencia
contribuyen a incrementar el número de foráneos que visitan la isla
anualmente. Esto se integra entonces en el apartado de turismo de
ferias, congresos, seminarios y coloquios celebrados en Cuba todos los años.
http://www.primaveradigital.org/primavera/cultura/literatura/1925-hemingway-del-mito-al-negocio
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