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LÍNEA EDITORIAL - 24-02-11
Ayer se cumplió el primer aniversario de la muerte de Orlando Zapata. La
resistencia al castrismo quiso conmemorar este acto sin violencia,
reivindicando los derechos y libertades que le corresponden al pueblo de
Cuba y tendiendo su mano para facilitar la transición pacífica a la
democracia. El castrismo, una vez más, mostró su único y verdadero
rostro. La jornada terminó con más palizas, golpes y detenciones; entre
éstas, la del opositor Guillermo Fariñas. Y pese a ello, los cubanos
siguen en la brecha.
Carecen de medios de comunicación que cuenten al mundo en grandes
titulares lo que sucede en la isla. Carecen de internet y, por esta
razón, de Twitter y Facebook. De hecho, el líder del Movimiento
Cristiano de Liberación sólo dispone de un teléfono para comunicarse por
el mundo. Y pese a ello, como escribía hace unos días el propio Oswaldo
Payá, la libertad y la democracia también tienen que poder llegar a
Cuba, aunque no sea a través de las míticas redes sociales.
Quizás se trate de que los católicos apoyemos a quienes están dando
ejemplo cristiano de resistencia pacífica contra el castrismo, de que
las fuerzas políticas que dicen estar al lado de los opositores cubanos
dejen de hacerse fotos y se comprometan materialmente, de que las
fundaciones y grupos de amistad pasen de las palabras a los hechos. "Que
Cuba se abra al mundo" pidió Juan Pablo II en el aeropuerto de la Habana
en 1998. El problema, trece años después, es que el mundo sigue sin
apoyar adecuadamente a los demócratas cubanos.
http://www.cope.es/editorial/voz-para-los-cubanos-sin-voz-232133
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