Siento como si tuviéramos una maldición', dice la esposa de Alan Gross
Agencias
La Habana 25-02-2011 - 11:48 am.
A una hija de 26 años del contratista le han practicado una doble
mastectomía por cáncer de mama. A su madre, de 88 años, le han
diagnosticado cáncer de pulmón.
Alan y Judy Gross en Jerusalén, en 2005. (AP)
Para Judy Gross, verse atrapada en el interminable conflicto entre
Washington y La Habana ha sido una pesadilla. Su esposo, Alan Gross, ha
estado encerrado durante 15 meses en una cárcel de la Isla y enfrenta
una posible condena de 20 años cuando sea llevado a juicio el próximo 4
de marzo, acusado por la Fiscalía cubana de "actos contra la
independencia o la integridad territorial del Estado".
Aunque dice esperar un desenlace positivo en Cuba, las noticias en casa
no son nada buenas, informa Reuters.
Su hija de 26 años fue sometida la semana pasada a una doble mastectomía
por cáncer de mama, y a la madre de Gross, de 88 años, acaban de
diagnosticarle cáncer de pulmón.
"Siento como que tenemos una maldición", dijo Judy Gross a Reuters.
"Me di cuenta el otro día, creo que porque ha pasado tanto tiempo, que
he olvidado lo que es no estar ansiosa", añadió.
Judy Gross ha suplicado al Gobierno de Cuba que libere a su esposo por
razones humanitarias y se sorprendió cuando la Fiscalía cubana pidió el
4 de febrero una condena de 20 años de cárcel.
"Sabía que era una posibilidad, pero cuando escuché lo que hicieron
quedé desvastada", dijo.
La Fiscalía cubana acusa a Gross de delitos contra la Seguridad del
Estado por importar ilegalmente equipos satelitales de comunicación como
parte de un programa financiado por el Gobierno de Estados Unidos para
promover cambios políticos en la Isla.
Estados Unidos ha dicho que Gross, de 61 años, sólo intentaba conectar a
Internet a grupos de judíos cubanos.
Líderes de la comunidad judía en Cuba niegan haber tenido contacto con
Gross y podrían testificar en el juicio.
"No sé lo que están pensando", dijo Judy Gross. "Se que Alan estuvo
allí, que Alan habló con mucha gente allí", añadió.
La mujer dijo que su esposo es "muy cercano" a su madre y la noticia de
su enfermedad le ha afectado mucho.
Gross ha perdido 41 kilos desde que está preso y ha desarrollado una
dolorosa artritis.
"Él no está muy bien ahora. Ha sido una experiencia terrible", dijo su
esposa.
El Gobierno cubano permitió que Judy Gross visitara a su marido el
verano pasado y dijo que su hija podía viajar también a la Isla a verlo,
pero no ha reconocido públicamente las dificultades de la familia.
Judy Gross escribió una carta a Raúl Castro para expresar
arrepentimiento por el trabajo de su esposo y pedir su liberación.
Si pudiera hablar con él, "probablemente le preguntaría cómo se sentiría
si tuviera una madre, hijo o hija en esta situación", dijo.
La Habana podría estar buscando que Washington suspenda los programas de
su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en
inglés) para la Isla o libere a los cinco agentes cubanos condenados por
espionaje en Estados Unidos, a cambio de la libertad de Gross, dicen
expertos.
Judy Gross dijo que no ha decidido aún si va a asistir al juicio de su
marido, pero instó a ambos países a poner fin a sus diferencias y
también a su pesadilla.
"Me gustaría ver a los gobiernos de Estados Unidos y Cuba dejar de
lanzarse dardos unos a otros y simplemente que se sienten a ver qué
pueden lograr juntos", dijo.
Este jueves, en una rueda de prensa, el portavoz del Departamento de
Estado, Philip Crowley, señaló que Estados Unidos "no sabe cuán
transparente será el proceso legal" contra Gross.
"Bajo circunstancias normales tendríamos a un funcionario observando el
proceso legal en la sala del juzgado", explicó, según EFE. "No sabemos
si el Gobierno cubano lo permitirá".
La portavoz de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, Molly
Koscina, dijo que las autoridades de la Isla informaron "a la familia
que puede viajar y a los funcionario que pueden asistir" al juicio, que
se realizará en el Tribunal Provincial de La Habana, reportó la AP.
Crowley no quiso pronunciarse sobre cuál podría ser la respuesta de
Estados Unidos si Gross es condenado a los 20 años de cárcel que pide la
Fiscalía cubana.
"Me están pidiendo que mire al futuro y piense en algo que aún no ha
ocurrido. Entendemos que habrá un juicio. Queremos verle en casa. No
pensamos que sus actividades en la Isla constituyen un delito y queremos
cerrar cuanto antes este caso", afirmó.
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