Donde pensar es un delito
Ángel Santiesteban
La Habana 26-02-2011 - 7:35 pm.
Castro y sus valoraciones sobre Mubarak y El-Gadafi.
Si alguien tuviera la oportunidad de preguntarle a Fidel Castro cómo es
posible que en apenas unas horas se contradiga al valorar una misma
situación, por supuesto que no obtendría la respuesta que espera, sino
que sería enviado a una celda. Al Gran Líder no se le cuestiona, aunque
se haya pasado la vida equivocándose y hundiéndonos en la miseria.
Parece asunto de risa, pero conociendo que en la última contradicción
hay víctimas fatales, entonces deja de ser chiste. Cuando no se esperaba
que la revolución de Egipto fuera a extenderse a otros países, el
"compañero Fidel", en una de sus Reflexiones, osó decir que el pueblo
egipcio estaba hastiado de treinta años bajo el mando de Mubarak. Es
algo cierto, sólo que Castro es incapaz de ver a los cubanos en la misma
situación. Nunca imaginó que las revueltas se desarrollarían en otros
países, justamente hasta tocar a la puerta de su cómplice y amigo, el
dictador libio Muammar El-Gadafi. Y lo que antes resultaba ser "el
pueblo egipcio enfurecido", ahora en Libia, Castro le llama "un sector
seducido y guiado por intereses extranjeros". Los portavoces castristas
vocean en cada noticia que los medios de información internacionales
exageran al asegurar que hay mil muertos, cuando realmente no sobrepasan
los cuatrocientos, que quienes protestan son vándalos que intentan
saquear los edificios gubernamentales, y que las fuerzas del orden han
tenido, obligadas por las circunstancias, que enfrentar enérgicamente a
los malhechores.
Claro, no se dice que Muammar El-Gadafi proviene de la misma escuela que
los Castro, que también sembró pánico con el terrorismo internacional y
que está sumergido en una gran corrupción. Se oculta también que los
libios rechazan las intenciones del gobernante de entregarle el poder a
su hijo. Tampoco se dice que hace poco tiempo el presidente venezolano
Hugo Chávez firmó amplios convenios comerciales con su homólogo libio,
por lo que perdería un aliado militar y comercial.
Cómo es posible que para el "compañero Fidel" los seres humanos no
signifiquen lo mismo, considere que las vidas no sean iguales, no tengan
el mismo valor, cuando intereses personales y políticos están en juego.
Conmigo o contra mí, ha sido su manera de mirar la vida sin importarle
los derechos ajenos. Jamás piensa en el lado humano sin calcular antes
el lado político. Su manipulación no tiene escrúpulo, se es víctima o
traidor, según su ente y beneficio.
¿Por qué en Cuba no se ha desatado una revuelta conociéndose el alto
nivel de descontento en la población? Quizás habría que remontarse a que
fuimos el último país en el continente en independizarnos, por lo tanto,
somos la nación más joven de América, y a eso le sumamos que nunca
aprendimos, o no tuvimos tiempo, a ser independientes, jamás, en nuestro
siglo de supuesta "democracia", ejercimos el derecho individual.
Llevamos, entre Batista y Fidel Castro, mucho más que medio siglo de
dictadura, donde ser soberano es sinónimo de traición, y quien traiciona
es castigado con severidad. El castigado, si sobrevive, no tendrá
voluntad para repetirlo. Los testigos del acontecimiento lo reciben como
escarmiento ejemplarizante, y prefieren llegar a la determinación de
huir, emigrar a cualquier punto del planeta y poner su vida a buen recaudo.
Es sabido, así nos ha preparado el "compañero Fidel", que cuando
intenten quitarle el poder, se consumará una gran masacre. Y la fea
expresión de "daño colateral", tendremos que asumirla, por desagradable
que nos parezca. Desgraciadamente, no existe otra posibilidad.
La pregunta es quiénes están dispuestos al sacrificio."
http://www.diariodecuba.com/cuba/3345-donde-pensar-es-un-delito
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