Blanco desafío
Jueves, 28 de Marzo de 2013 18:53
Escrito por Gesse Castelnau Jorrin
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana (PD) Llegué al aeropuerto
internacional José Martí pasadas las ocho de la noche. Me acompañaban
Belkis Felicia Jorrín Morfa, mi madre, Magela Lisama Rojas Delgado, mi
esposa, y Victoria Díaz Morfa, mi tía, todas integrantes del movimiento
disidente Damas de Blanco. Además estaba con nosotros Yuri Martínez
Sánchez, activista del Movimiento Independiente Opción Alternativa.
Al entrar al salón de espera nos contagió el entusiasmo de más de
sesenta opositores. Éstos acudieron a despedir a Berta Soler, líder
indiscutible de un ardoroso grupo de féminas que, en el año 2003, fecha
en que arrestaron y condenaron a sus hombres, tomaron la decisión de
desafiar al Gobierno al reclamar su libertad y la de todo el pueblo de Cuba.
Unos se saludaban. Otros sonreían. Los más dudaban de que el viaje a
España de una reconocida disidente pudiera materializarse.
La impresionante alegría que reinaba en aquel recinto no pudo ser
enturbiada por la indeseada y notable presencia de numerosos oficiales
de la policía política que -vestidos de civil, para intentar
confundirnos- nos espiaban.
blDichos gendarmes no nos preocupaban. Tampoco sus autos patrulleros
situados en el parqueo del aeropuerto, ni sus disimuladas armas cortas.
Nos escoltaban más de trescientas personas ajenas a la disidencia, que
se disponían a viajar, muchas de ellas, gracias a la Reforma Migratoria
aprobada en fecha reciente.
Aquella inusual fiesta popular, a la que casi todos los participantes
deseaban arrancar imágenes para guardar en el baúl de los recuerdos,
transcurrió durante tres horas.
Mas el corazón se nos paralizó a todos cuando escuchamos por los
altoparlantes el inoportuno llamado a los pasajeros para chequear los
boletines. Casi dejamos de respirar.
Fue entonces que cientos de ojos se enfocaron en la querida Dama de Cuba
para decirle con mucha pena: "Perdónanos, no podemos acompañarte más".
Hubo lágrimas de alegría, al verla avanzar hacia el salón desde donde
abordaría el avión de Iberia que la conduciría a la madre patria. Se
escucharon gritos de "¡Libertad!".
Se exaltaron las emociones al verla despedirse, caminar dos pasos y
volverse, como si quisiera que la acompañáramos hasta Europa para
compartir la tribuna que sólo a ella le correspondía ocupar. Allí
denunciaría el vulgar atropello a que el Gobierno somete a nuestro pueblo.
De pronto se perdió, como se ocultan las blancas estrellas en el cielo
infinito, para después volver a salir, desafiar la oscuridad y brillar.
Para Cuba actualidad: yeyeirde@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/6941-blanco-desafio.html
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