Raúl Castro propuso a Clinton un 'teléfono rojo' con La Habana
La diplomacia norteamericana desestimó la iniciativa
J. J. A. - Madrid - 16/12/2010
Cuba propuso a Estados Unidos la creación de "un canal secreto de
comunicaciones" para facilitar a los gobernantes de ambos países la
directa negociación de los asuntos más delicados en las relaciones
bilaterales, caracterizadas por el enfrentamiento desde el triunfo de la
revolución de Fidel Castro, en enero de 1959. La propuesta fue
comunicada por Raúl Castro a Miguel Ángel Moratinos , entonces ministro
de Asuntos Exteriores, durante su visita a Cuba en octubre del 2009,
según recoge un cable de la Secretaria de Estado. Moratinos informó de
la propuesta a Hillary Clinton. La respuesta norteamericana fue que Cuba
debía de aprovechar los canales existentes para avanzar en los temas
pendientes, entre ellos el levantamiento a las restricciones "a los
viajes de las respectivas Secciones de Intereses, donde todavía estamos
a la espera de una acción concreta del Gobierno cubano"
Durante el viaje del canciller español, "Raúl Castro confesó a Moratinos
su deseo de establecer un canal secreto entre la Casa Blanca (y el
Palacio de la Revolución de La Habana), y Moratinos sugirió que los
presidentes Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero podrían discutir
los detalles de ese canal durante su próxima reunión", explica el
informe, fechado el 18 de diciembre del 2009. "A la vez que (Moratinos)
entendía las dificultades internas de EE UU, Moratinos creyó el
comentario de Castro de que la liberación de los cinco espías cubanos
(encarcelados en EE UU) permitiría a Cuba a liberar a todos sus presos
políticos".
Las relaciones diplomáticas entre los dos países se desarrollan a nivel
de Oficinas de Intereses en La Habana y Washington, oficialmente parte
de las embajadas de Suiza en esas dos capitales. Las negociaciones entre
los dos países sobre asuntos de mutuo interés han sido numerosas y
frecuentemente fallidas.
Con anterioridad al cable de la Secretaria de Estado sobre la idea de
establecer un teléfono rojo, la legación norteamericana en La Habana fue
informada al respecto por el entonces embajador de España, Manuel Cacho,
en una reunión con el consejero político norteamericano. Ese canal
secreto punto a punto, sin intermediarios, sería la única vía autorizada
por el Gobierno cubano "para efectuar pasos de envergadura hacia la
conciliación con EE UU". El cable precisa en un nota que "Cacho no
estuvo en el encuentro entre Moratinos y Raúl". La conciliación entre
Cuba y Estados Unidos parece difícil más allá de acuerdos puntuales
sobre temas migratorios, narcotráfico, viajes, intercambios
humanitarios, vigilancia marítima o persecución de delincuentes
internacionales
La Sección de Intereses subraya en su informe al Departamento de Estado
que a pesar de las diferencias con España, considera valioso coordinar
con el Gobierno de Madrid temas de derechos humanos pues España encabeza
un importante bloque dentro de la Unión Europea. Este bloque favorece
las relaciones con el Gobierno de Cuba a toda costa. España, sin
embargo, "planteará, privadamente ante el Gobierno de Cuba, temas de
derechos humanos cuando se le pida que lo haga". No obstante, Estados
Unidos critica que España quiera representar a toda la Unión Europea en
su política hacia Cuba y esté "atenta a reinterpretar" en su favor las
declaraciones de altos funcionarios comunitarios cuando no se ajustan a
su criterio.
El embajador español mantuvo otra reunión con un funcionario de la
misión norteamericana que le preguntó por las operaciones de las
empresas españolas que comercian con Cuba. Cacho dijo que las empresas
españolas han aprendido a navegar "por las peculiaridades del sistema
político y económico cubano y están generalmente satisfechas con sus
operaciones. En palabras (del embajador español), su conocimiento de la
idiosincrasia cubana le da ventajas sobre sus competidores".
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