16 de diciembre de 2010 • 00:55
Unos 1,8 millones de cubanos pasarían al sector no estatal en los
próximos cinco años, dijo el miércoles la ministra de Finanzas,
triplicando el sector privado tras la introducción de reformas para
reanimar la economía en la isla de Gobierno comunista.
En Cuba hay unos 950.000 agricultores y empleados por cuenta propia o un
15 por ciento de la fuerza laboral. El resto trabaja para el Estado.
Pero eso está a punto de cambiar con las reformas impulsadas por el
presidente Raúl Castro, que contemplan la ampliación del sector privado
para absorber a un millón de trabajadores públicos que serán despedidos
para reducir el costo del Estado.
"Hemos considerado que hasta el año 2015 se incorporarán al sector no
estatal aproximadamente 1,8 personas en las nuevas formas de gestión",
dijo la ministra Lina Pedraza en una intervención ante el Parlamento
transmitida en la noche del miércoles por la televisión estatal.
El Gobierno autorizó en octubre a los cubanos a montar pequeños negocios
como restaurantes y peluquerías, alquilar sus casas y vender servicios
como masajistas, taxistas o cuidadores de ancianos. Además les permitirá
contratar mano de obra.
Según cifras oficiales, 35.000 licencias para trabajadores por cuenta
propia fueron entregadas en el primer mes. El Gobierno planea además
transferir algunos de sus servicios a cooperativas de trabajadores.
A cambio los pequeños empresarios deberán pagar impuestos a las ventas,
la renta y hacer una contribución a la seguridad social. Quienes
contraten mano de obra tendrán que pagar un impuesto adicional.
La carga tributaria será de entre un 30 y 35 por ciento de los ingresos
brutos y las utilidades oscilarán entre un 20 y 25 por ciento, dijo la
ministra Pedraza.
El Gobierno cuenta con los impuestos de los privados para financiar sus
generosos programas sociales.
La ministra de Finanzas dijo que los 143.000 trabajadores por cuenta
propia que existían antes de las reformas aportaban apenas un 1 por
ciento de la recaudación tributaria total.
Aclaró también que el nuevo esquema tributario desestimula la
concentración de la propiedad en manos de privados.
Cuba dice que la actualización de su modelo económico busca garantizar
la supervivencia del socialismo y no hará concesiones al mercado.
(Reporte de Esteban Israel; Editado por Ricardo Figueroa)
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