La voz de Silvio Rodríguez es la última de una lista que pide la apertura
MAURICIO VICENT - La Habana - 29/03/2010
Corrió en el mundo artístico e intelectual, entre académicos de
izquierda y de centro; repercutió también entre opositores y
disconformes y entre los que defienden el sistema socialista desde
dentro, pero sin dejar de ser realistas. De nuevo, quedó en evidencia
que la necesidad de un cambio en Cuba está en el centro de todos los
debates, y que muchos en la isla, seguramente la mayoría, piensan que no
debe postergarse.
Lo dicho el viernes por el cantautor Silvio Rodríguez, voz nada
sospechosa de mercenaria, tocó el corazón de la parte de la sociedad
cubana que desde hace tiempo pide cambios pero sin rupturas dramáticas.
Silvio dijo que hay que superar la "erre" de revolución y que el país
pide a gritos "evolución". Añadió que es momento de "revisar montones de
cosas, montones de conceptos, hasta instituciones".
El compromiso de Rodríguez con la revolución de Fidel Castro es
conocido, por eso sus declaraciones han tenido impacto especial en estos
instantes, cuando Cuba está en el centro de atención mundial tras la
muerte del opositor Orlando Zapata, después de 85 días en huelga de
hambre. El trovador, que siempre ha defendido la revolución como un todo
-sin dejar de criticar cosas que no le gustan- entró de lleno en la
discusión sobre qué hacer para "reinventar" la revolución y que Cuba
tenga futuro.
Desde hace años este debate tiene lugar en la isla, tanto en medios
académicos como entre determinada gente que es parte del establishment.
Otra cosa es que la prensa oficial cubana haya silenciado estas
inquietudes, como el propio Silvio Rodríguez lamentaba el viernes.
Pero que no se publiquen las diferencias, no significa que no existan.
En páginas digitales de izquierdas como Kaosenlared o Rebelión, los
cubanos hacen catarsis y abogan por transformaciones del modelo
económico y político desde "posiciones revolucionarias". La mayoría
tienen un denominador común: quieren un "nuevo socialismo", no rupturas
ni un regreso al pasado capitalista, pero lo quieren ya.
Pablo Milanés, otro músico de fama internacional, desde hace tiempo
interviene en este debate con opiniones muy francas. Las últimas, este
propio mes, desde España, fueron especialmente directas, al reclamar que
su país "avance con ideas y hombres nuevos" y haga "otra revolución", ya
que "el sol enorme que nació en el 59" se llenó de manchas al "ponerse
viejo".
"Pero Pablo es Pablo y Silvio es Silvio. Los dos han sido voces
emblemáticas de la revolución, pero Pablo es muy crítico y Silvio
representa el compromiso militante", al decir de un escritor, que se
declara indignado porque la prensa oficial no difundió las declaraciones
de Rodríguez, ya conocidas en el resto del mundo.
Al presentar su disco Segunda Cita, en presencia del ministro de
Cultura, Abel Prieto, el autor de Ojalá pidió ser honestos y no achacar
todos los problemas de Cuba al "bloqueo norteamericano", uno de los
argumentos de la ortodoxia para justificar todas las intolerancias. "Hay
responsabilidad en parte por el hostigamiento sufrido", dijo, "pero no
podemos echarle toda la culpa a ellos porque es mentira". "Nosotros
sabemos que tenemos culpa también y creo que vamos a ser mejores y vamos
a ser más grandes si lo reconocemos y las enfrentamos sin miedo".
Por supuesto, ni una coma de esto en la prensa o en la televisión
cubana, pero aún así el debate dentro del sistema se aviva.
El director de la revista católica Palabra Nueva, Orlando Márquez,
escribía en su último número que es la "hora del consenso y puesta en
común, de cambios graduales y no de continuidad, de escucha mutua y
soluciones compartidas". Y añadía: "El momento es ahora, porque es mejor
actuar y equivocarse a tiempo, que tener la respuesta perfecta cuando
sea demasiado tarde". Un buen resumen y una frase con la que deberían
estar de acuerdo católicos, izquierdistas, exiliados, disidentes y
comunistas.
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