José Antich - DIRECTOR - 29/03/2010
PROBABLEMENTE, estas últimas semanas están siendo de las más críticas
para Raúl Castro (78 años) desde que asumió la presidencia de la
República, en febrero del 2008, como consecuencia de la grave dolencia
intestinal de su hermano Fidel. Si el relevo albergó alguna mínima
esperanza de apertura en el régimen cubano, muy rápidamente se disipó, y
las noticias que llegan desde La Habana son las propias de un sistema
totalitario en descomposición, sólo sostenido a partir de una muy fuerte
represión de la disidencia y en la permanente apelación de la ciudadanía
a la lucha contra el capitalismo y Estados Unidos. La muerte de Orlando
Zapata, después de 86 días de huelga de hambre; el hostigamiento a las
Damas de Blanco, el grupo de mujeres cubanas que lucha por la liberación
de sus familiares encarcelados por motivos políticos; el agravamiento
del estado de salud del disidente Guillermo Fariñas, que inició su ayuno
tras la muerte de Zapata y que permanece hospitalizado desde hace dos
semanas, o los pronunciamientos públicos de cantautores como Pablo
Milanés o Silvio Rodríguez, que han tachado al régimen de inmovilista,
son ejemplos de un deterioro interno que abarca mucho más allá de lo que
la dictadura cubana permite que veamos desde el exterior. Nuestro
corresponsal en La Habana, Fernando García, nos aproxima a la realidad
que se vive en la isla, en un momento en el que, además, en el plano
político la Unión Europea ha condenado con firmeza el régimen de Castro
y la Administración Obama ha sido acusada por la dirigencia cubana de
alentar la subversión.
http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20100329/53898131222.html
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