GEES
No se crean que somos ingenuos, porque sabemos qué está pasando: la
izquierda mundial, por supuesto la española, prefiere un régimen
totalitario en Honduras a un régimen democrático.
2009-09-28
En Honduras, actualmente va ganando Hugo Chávez. La situación en el
pequeño país centroamericano es hoy complicada, pero brutalmente simple:
el chavismo ha conseguido infiltrar a Zelaya en el corazón de Honduras,
justo lo que los hondureños evitaron en junio, cuando intuyeron con
acierto qué pasaría si Zelaya permaneciese en el país: un ataque directo
a la democracia y a la constitución apoyado en el uso de la violencia
contra las instituciones y la sociedad civil. Zelaya y Chávez llevan
amenazando meses con la guerra civil en Honduras. Hoy han avanzado en
esa dirección.
Por eso resulta nauseabundo ver cómo los medios de comunicación
occidentales compran toda la bazofia que les sirve la maquinaria
propagandística de Chávez, que presenta a Zelaya acosado y medio muerto
en la embajada de Lula. Lo cierto es que ocurre al revés: Zelaya está en
permanente contacto con Chávez y otros conspiradores, ha montado su
cuartel general y está viviendo a cuerpo de rey, como siempre en su vida
ha hecho. De aislado, nada, porque tiene equipos de comunicaciones de
última generación. De acosado, menos, porque habla con dirigentes que ni
se le ponen al teléfono a Micheletti. Y de dormir en una litera de mala
muerte, nos entra la risa sólo de pensar que muchos se creen lo que les
sirven Chavez & Lula productions.
En verdad, la embajada de Brasil en Tegucigalpa se ha convertido en el
cuartel general de la desestabilización en Honduras. Desde la sede
diplomática, el chavismo-zelayismo organiza los disturbios mediante el
uso de agitadores venezolanos y nicaragüenses y el pago millonario a
piqueteros, sindicatos y trabajadores. Éstos recorren las calles
cerrando, apedreando comercios y saqueándolos, cerrando escuelas y
cortando carreteras. Las encuestas dicen que más del 80% de los
hondureños están contra Zelaya, pero éste ha organizado un pequeño
ejército de varios miles, pagado por los petrodólares de Chávez, y que a
día de hoy está sembrando el terror en barrios enteros, atemorizando a
la población, que no puede ni ir a trabajar ni a veces salir de casa
ante el terror chavista-zelayista, versión del siglo XXI del terror rojo
que aquí tan bien conocemos.
Ante una agresión directa y brutal, con ataques permanentes en las
calles, el Gobierno hondureño no ha hecho nada de lo que debamos
escandalizarnos. Con buen criterio –legal y legítimamente–, el Gobierno
ha suspendido algunas garantías constitucionales, por una única razón:
si deja vía libre a los encapuchados, éstos acabarán con las
instituciones, la constitución y la democracia. Las almas tiernas podrán
escandalizarse por las decisiones tomadas, pero de no actuar con
determinación contra los esbirros chavistas, no habrá democracia por la
que escandalizarse en el futuro. Zelaya y Chávez no quieren ni
negociación ni acuerdo: quieren convertir Honduras en un protectorado de
la dictadura venezolana. O lo tomas o lo dejas.
Desde la infiltración de Zelaya, Honduras vive una situación de
emergencia en toda regla, de ataque directo y violento contra el orden
constitucional, preparado, pagado y teledirigido por Lula, y Chávez
desde Caracas. A ellos se suman Europa y el silencio cómplice de Obama.
Si Honduras acaba inmersa en una guerra civil, nos acordaremos de todos
ellos, por consentir la agresión contra este país.
Pero no se crean que somos ingenuos, porque sabemos qué está pasando: la
izquierda mundial, por supuesto la española, prefiere un régimen
totalitario en Honduras a un régimen democrático. De lo cual, por
cierto, no nos extrañamos, porque siempre ha preferido la putrefacción
comunista a los sistemas constitucionales. Hoy le toca a Honduras
saborear las amargas simpatías colectivistas de nuestros dirigentes.
La diplomacia española actual ayuda a regímenes totalitarios a cumplir
sus objetivos. A eso se dedica el Ministerio de Asuntos Exteriores, y de
nada vale que algunos diplomáticos se lleven en la intimidad las manos a
la cabeza ante la complicidad de Moratinos con déspotas y criminales
varios. La retirada del embajador de Honduras, siguiendo indicaciones
chavistas, fue un hecho repugnante desde el punto de vista democrático.
Y las actuales amenazas de matón de Moratinos a Honduras aumentan el
hedor de este asunto, sobre todo cuando el ministro se comporta como el
correveidile de Chávez y Castro. Porque, para más escarnio, Moratinos
anuncia que visitará Cuba el día 18 de octubre. Por si no quedaba claro
con quien estamos y frente a quien.
Desde luego, entre defender la hedionda diplomacia española de Zapatero
y Moratinos y defender la libertad, nosotros lo tenemos claro. Por
nosotros, bien está que las autoridades legítimas hondureñas no dejen
que el embajador regrese a Honduras. Que se quede con Moratinos. En
Cuba. Y para siempre.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.
GEES - Que se queden en Cuba - Libertad Digital (29 September 2009)
http://www.libertaddigital.com/opinion/gees/que-se-queden-en-cuba-51083/
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