Imperialismo cubano a estas alturas
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 28 Mar 2014 - 7:51 am.
¿Cómo se toma la gente en Cuba los gritos venezolanos de 'Cubanos go home'?
De nada sirvió la jerga callejera de Chávez, ni las arcaicas peroratas
de Fidel. Maduro trató de aprender los términos y la coreografía, el
tono, o mejor dicho los alaridos, para amenazar y desacreditar a los
opositores, evadir responsabilidades e imputarle al imperialismo
norteamericano la culpa de sus fracasos. Pero su histrionismo es
funesto. Es un pésimo actor dramático. Tal vez, clasifique como un bufón
de baja competitividad.
Los Castros deben estar sumamente decepcionados con él. Tras una
andanada de ardientes alocuciones, el presidente venezolano ni siquiera
logró que las multitudes chillaran con desafuero el término "paredón",
tal y como hicieron en Cuba las turbas sedientas de sangre.
Sin embargo, demostró con creces que es el títere perfecto. La crisis
política suscitada en Venezuela evidencia que La Habana es la que ordena
y manda y, así lo demuestra la táctica, la estrategia y la sucesión de
los acontecimientos.
Primero encerraron a Leopoldo López para sacarlo del ruedo (lo que más
aterra a los Castros son los lideres de pegada), después soltaron
riendas a los "colectivos" para fabricar mártires, más tarde convocaron
a una "Conferencia de Paz" para dividir a la oposición, e inocularon el
virus del racionamiento con el fin de "atenuar" las escaseces y la
inflación que azota al país.
La infección castrista demanda que el régimen venezolano se convierta en
"Estado paternalista" como Cuba, una suerte de dependencia que convierte
al individuo en parásito de un sistema probadamente inservible.
La cubanización de Venezuela avanza "sin prisas, pero sin pausas" y, a
ese ritmo, según confirma un economista: "No serán necesarios 50 años,
para que la mayor reserva mundial de hidrocarburos, termine importando
petróleo".
Pero el clímax de la intromisión cubana en Venezuela detonó cuando la
diputada María Corina Machado convocó a una marcha contra la presencia
castrista en las fuerzas armadas, y así, traspasó el límite impuesto por
La Habana.
Súbitamente estalló una cacería de brujas contra los cabecillas de las
protestas y los alcaldes municipales. Al tiempo que los efectivos del
ejército se encargaron de sitiar las plazas opositoras, mientras la
policía política inició una batida contra los últimos reductos,
encerrando a justos y pecadores, o recurriendo al chantaje.
María Corina Machado ―el objetivo más peligroso para La Habana― ya fue
despojada, en contra del derecho, de su investidura parlamentaria y
acusada de "traición a la patria". A continuación, se produjo la
desarticulación de una supuesta intentona golpista encabezada por tres
generales de la aviación. Hecho que viene de perillas para purgar a los
militares no confiables y radicalizar a Maduro en el poder.
La historia no miente. La mayor reserva de petróleo del planeta siempre
fue un objetivo geopolítico de Fidel Castro. Lo demuestran la invasión
de Machurrucuto en 1967 y el escándalo suscitado tras el apresamiento
del pesquero Alecrín en 1968, cuando les sorprendieron trasbordando
logística a las guerrillas. Más tarde, Hugo Chávez abrió las compuertas
para que las influencias ideológica, política, militar y económica del
castrismo desembarcaran con las botas secas en las playas venezolanas.
Vale reconocer que Castro ya emponzoñó las fuerzas armadas bolivarianas,
la cedulación y la emisión de pasaportes, registros de la propiedad y
notarias, control de puertos y aeropuertos, las importaciones y
exportaciones, los ministerios de Alimentación, Ciencia, Salud Pública,
Deportes, Defensa, el despacho presidencial y otras corporaciones.
El 95% de los cubanos consultados para este trabajo revelan que se
inquietaron por las manifestaciones xenofóbicas en Venezuela. Pero un
60% prefiere que los cubanos permanezcan controlando el país sudamericano.
"Si tumban a Maduro regresaremos a los apagones de 20 horas y las
escaseces del Periodo Especial. Prefiero que las cosas sigan como
están", expresó un opinante anónimo.
En cambio, el 40% restante considera que los venezolanos deben
aprovechar la rebelión para librarse del chavismo, o lo lamentarán.
La xenofobia no es gratuita
Carlos R. G., exoficial de la reserva de 59 años, hace referencia a unas
imágenes que le dieron la vuelta al mundo en los años 70. Cuando los
soldados del régimen de Saigón se colgaban de los helicópteros yanquis
para huir de la ofensiva del Vietcong. "Todos pensamos que el futuro
pertenecía por entero al socialismo, y que el eslogan de 'Yankees go
home' era la más sublime manifestación de xenofobia hacia los invasores
norteamericanos".
"Años después, los cubanos recibimos igual repudio en Angola. Fui
testigo presencial de un grafiti que decía: 'Ni perros, ni cubanos'.
Entonces razoné que la xenofobia no era gratis. Los angolanos nos
consideraban tan invasores como los yanquis."
"La mayoría de los cubanos caídos en Angola murieron a manos de la
UNITA. Aquellos guerrilleros que se ensañaban con los cadáveres de
nuestros soldados, en la actualidad son considerados héroes que lucharon
contra el ocupante extranjero. Desde entonces me pregunto por qué los
cubanos nos entrometimos en aquel conflicto entre angolanos, y por qué
lo hacemos ahora en Venezuela. ¿No les bastan los gritos de 'Cubanos go
home'? ¿Nos mereceremos una derrota para escarmentar?"
Maydanis, estudiante universitaria de 24 años, alega que los que gritan
"Cubanos go home" son unos ingratos. "Nuestros médicos salvaron vidas y
han devuelto la visión a más de tres millones de personas en 34 países.
Alfabetizaron a ocho millones de iletrados, mientras que en las
universidades cubanas estudian más de 21 mil estudiantes de 122
naciones. Estas son verdades que muchos no quieren reconocer. El
anticubanismo es una campaña de calumnias, me atrevo a asegurar de que
la mayoría de los venezolanos agradecen la presencia cubana."
Otro universitario anónimo opina: "El estudiantado es la principal
fuerza de choque contra el chavismo y el régimen cubano hará lo
imposible para estatalizar esta enseñanza y tomar el control. Nuestro
modelo establece que la universidad es para los revolucionarios y en
Venezuela será para los chavistas. Ya buscarán un pretexto para purgar a
los estudiantes opositores".
Pero el exprofesor Rolando H. L. alega que los cubanos no son tan
solidarios y altruistas como los pintan, también han dejado una estela
de cadáveres en África y Latinoamérica en su afán por exportar
revoluciones. Convendría analizar si el régimen sudafricano del
apartheid hubiera enviado médicos y educadores a otros países como hace
Cuba, ¿sería altruista y solidario también?
"Cuando gritan 'Cubanos go home' en Venezuela es porque la intromisión
ha sido descarada", asevera. "Sin dudas, el Gobierno cubano manipuló la
muerte de Chávez, las elecciones y la investidura de Maduro como
presidente… La caída de la bandera cubana en la ceremonia de
recibimiento al general Raúl Castro y la versión de que unos médicos
cubanos fueron rociados con gasolina no representan hechos fortuitos: la
xenofobia es una realidad. A los cubanos no los quieren, porque
simbolizamos una dictadura totalitaria".
"Después de lo que pasó en Crimea", cita Ángel V. C., un jubilado de 70
años, "no me extrañará que próximamente convoquen a una consulta popular
para convertir a Venezuela en la provincia número 16 de Cuba".
Y agrega: "Parece que el imperialismo ha mutado. Cuba ha sido capaz de
colonizar a otra nación para sostenerse económicamente con sus recursos
naturales, tal como hicieron Gran Bretaña, EEUU y otras naciones
industrializadas a costa del Tercer Mundo. Ahora el ALBA, la OEA, UNASUR
y la CELAC son departamentos de nuestro Ministerio de Colonias. La
verdad que este par de viejos dejaron chiquito a los americanos.
Imperialismo cubano a estas alturas, quién se lo iba a imaginar".
Source: Imperialismo cubano a estas alturas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1395970652_7853.html
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