viernes, marzo 30, 2012

Qué se hizo de la Emulación Socialista?

Economía

¿Qué se hizo de la Emulación Socialista?
Luis Felipe Rojas
Holguín 30-03-2012 - 10:54 am.

Los cuentapropistas se desentienden de los mecanismos estatales de
estimulación.

Santiago de Cuba, 24 de marzo de 2012. (GETTY)

El socialismo en Cuba ha querido borrar de manera rampante la esencia de
su palanca movilizadora. Resulta que hoy, según la opinión de algunos
expertos nacionales, la emulación entre los obreros e intelectuales
contratados por el gobierno ha caído en desuso.

Ante la competencia en el sector capitalista, la emulación en el
socialismo era el único móvil para acelerar y mantener la producción
como vía de acción social. Después de los desplomes comunistas de los
años 90, tales aseveraciones fueron en picada. Sin embargo, tiempo
después volvió a airearse la idea de que emular en medio de falsos
informes, donar horas voluntarias aunque se hubiese aportado poco en la
jornada laboral y acumular méritos políticos, es una jugosa fuente de
meritocracia.

La lista de los mejores trabajadores, el hecho de que los vanguardias
nacionales y provinciales mantuvieran su condición por años y el falso
sistema del palo y la zanahoria (reflejado en la donación o venta de
artículos electrodomésticos, concesión de permisos para comprar
automóviles o participación de viajes turísticos) hicieron de la
cacareada Emulación Socialista una verdad a medias.

Desde el auge mayor de tales prácticas, allá por los años 80, llovieron
los informes productivos plagados de falsedades. Las empresas
socialistas que emulan entre sí lo hacen a partir de la imposición una
fecha sangrienta como el 26 de Julio, cuando Fidel Castro atacara el
Cuartel Moncada, por lo que durante años cada gota de sudor del pueblo
estaba dedicada al martirologio antibatistiano.

Desde la última liberalización de la fuerza de trabajo para sembrar
tierras o vender alimentos por mecanismos propios de los individuos, la
mal llevada y traída Emulación Socialista ha devenido en algo más que
una algazara a la que ya nadie atiende.

Los reportajes televisivos oficiales sobre hombres y mujeres que en
cualquier apartado rincón del país se empinan sobre promontorios de
malezas para mostrarnos fincas agropecuarias nunca vistas en el
patrimonio estatal, son el acta de defunción del proceso emulativo
impuesto por el gobierno.

Además de producir leche y carne vacuna, ¿qué interés puede tener un
dueño de finca en sembrar banderitas de colores, pintar carteles
alegóricos a las fechas patrias o informar un centenar de horas
voluntarias en saludo al 1ro de Mayo?

Durante el Balance Anual del Programa de Agricultura Urbana y Suburbana,
el vicepresidente cubano Esteban Lazo Hernández entregó diplomas,
certificados y gratificó a los ganadores con un saludo, dizque traído
desde la misma cama de convaleciente Fidel Castro. Contra los montes de
marabú y los solares yermos a orillas de las ciudades, la dirigencia
comunista solo indica más control de los recursos (¿…?), más compromiso
y el convencimiento de que producir yucas y malangas es un asunto de
seguridad nacional.

Es voz pública que los trabajadores cubanos prefieren reavivar sus
descosidos bolsillos a ver sus rostros en un mural de la empresa,
enmarcado en rojo y al lado de consignas huecas y rimbombantes. Los
sindicatos oficialistas en Cuba estimularon por años la fórmula de
acumular méritos, evadir deméritos y encarnar la adulonería y el
voluntarismo como método de compromiso laboral.

Ahora miles de obreros cubanos se empeñan en hacer mejores las labores
que por años hicieron de manera automática. ¿La razón? Todo cuanto hacen
va a parar a sí mismos. ¿De qué sirve ofrecerle a un mesonero una
reservación por un fin de semana en un alojamiento de octava categoría?
¿Cómo verá una manicure el hecho de que le ofrezcan comprar algunas
mudas de ropa reciclada en una "tienda especializada"?

Ante el imperativo castrista de "apretarse los pantalones" (aludiendo a
atenerse a las carencias por venir), los que tomaron el difícil sendero
de la empresa privada se desentendieron de una vez y por todas de la
tendencia suicida de esperarlo todo del Estado.

El hormiguero de hombres y mujeres que animan hoy a Cuba haciendo
dulces, ofreciéndose como conductores de taxi o arrendando sus
habitaciones a nacionales y extranjeros, nada esperan del gobierno, y
sienten que nada le deben.

http://www.diariodecuba.com/cuba/10379-que-se-hizo-de-la-emulacion-socialista

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