Nuestra basura es hedionda, pero es nuestra basura
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 29 Jun 2015 - 10:35 pm.
Una inmersión en uno de los más graves problemas de la capital: la
recogida de basuras.
Quizás para muchos tratar el tema de la basura resultaría de mal gusto.
Cochino, pestífero, antihigiénico, repugnante, como quieran valorar;
pero es un tema de actualidad y de suma importancia para los habaneros
que a diario se quejan de la calamitosa higienización de su ciudad. Al
parecer, nuestra basura es hedionda pero es nuestra basura y, la
responsabilidad por la falta de higiene apunta hacia el descontrol y
corrupción en las instituciones estatales, la falta de rigor de las
autoridades policiales y, por supuesto, la superlativa indisciplina de
la población. Es tan así que recientemente en la céntrica intersección
de Infanta y Salud, en el municipio Centro Habana, avistamos un carnero
degollado de al menos 30 kilos de peso, que yacía en medio de una
aglomeración de moscas después de ser sacrificado en un ritual de
santería.
A la par en la barriada de Luyanó (más exactamente, en una esquina de
Acierto y Santa Ana) nos topamos con un formidable montículo de
desperdicios transformado en paraíso por una pareja de ratas que
campeaban como Adán y Eva. Experiencias que para nada representan casos
puntuales, si no simples muestras de la desastrosa higiene en la capital.
Acorde al trabajo investigativo Los servicios comunales y la higiene
ambiental en La Habana (2012), de la autoríadel licenciado Alejandro
Louro Bernal, del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la
Universidad de La Habana, la Dirección de Servicios Comunales en la
capital (DSCH) es la encargada de la recogida de desechos sólidos,
barrido, higienización, mantenimiento de áreas verdes, saneamiento
ambiental, atención al mobiliario urbano, elaboración de adornos
florales, servicios fúnebres, cementeriales y atención al Jardín
Zoológico, entre otras tantas encomiendas.
Su aparato burocrático se divide en dos ramas: la Dirección Sectorial y
la Presupuestada Provincial, que administran 15 direcciones municipales
y varias "Empresas Aurora" activadas solo en los municipios Plaza y
Habana Vieja. En general, la DSCH ofrece empleo a más de 12.000
trabajadores y su presupuesto asciende a 100 millones de pesos (CUP),
equivalente a 4 millones de dólares.
Los desechos sólidos se recogen empleando tres técnicas: "la
especializada", mediante el uso de camiones con mecanismos que voltean
el contenedor para vaciar su contenido en la tolva; "la convencional",
por medio de camiones de volteo y tractores equipados con cargadores
frontales, que recogen los desechos arrojados fuera del contenedor u
operan en las zonas urbanas sin asignación de contenedores; y "la
tracción animal", empleada en áreas rurales.
La ciudad genera diariamente 20.000 metros cúbicos de desechos sólidos,
de ellos 15.000 son de origen doméstico, 3.000 de escombros y 2.000 de
podaduras y otros tipos.
Existen cerca de 15.000 contenedores distribuidos por cuadras e
instituciones estatales que, diariamente reciben 12.000 metros cúbicos
de basura. El costo de recogida oscila entre los 10 y 16 pesos CUP (50
y 66 céntimos de dólar) por cada metro cúbico, índice supeditado al pago
por mano de obra como principal elemento de gasto.
Advierte Louro Bernal que según un estudio descriptivo/exploratorio
realizado en el año 2000, en el cual fueron sondeados 200 pobladores del
municipio Centro Habana, el 60% de los consultados calificó de malo el
servicio de recogida de basura. "Sin embargo, una parte apreciable de la
población demuestra insuficiencia en la educación sanitaria", apostilló.
Quince años después, otros consultados procedentes de los municipios
Diez de Octubre, Cerro y Centro Habana aseveran que "la recogida de
basura sigue siendo caótica".
Basura de socialismo o peste
El pasado noviembre 60 directivos y trabajadores de la Dirección de
Comunales en La Habana fueron arrestados. Bajo el título "¡Cuando la
basura suena…!" , el diario provincial Tribuna de La Habana detalló las
imputaciones hechas a los sospechosos cuyas identidades no fueron
reveladas, como: "actos de desfalco, robo y corrupción que causaron
pérdidas millonarias y pusieron en peligro la salud de la ciudadanía".
La mayoría fueron instruidos por malversación, falsificación de
documentos y propagación de epidemias.
Según el artículo, el detonante de ese "explote" fue "la prolongada
crisis en la higiene ambiental, la proliferación de vertederos en las
calles y las crecientes quejas de la población por demoras de hasta 15
días en las recogidas de basura".
El artículo apuntó que había un déficit de 13.000 contenedores por robo
de ruedas, entretanto, un reportaje del noticiero estelar de televisión
informó que la superpoblada urbe con 3 millones de habitantes solamente
contaba con 48 camiones/recolectores para la recogida de basura.
El presupuesto para esta actividad—según Tribuna de La Habana— asciende
a 171 millones de pesos CUP (7 millones de dólares) además de los
cuantiosos suministros de combustible y otros recursos.
Entre la amplia colección de irregularidades, las más graves eran
descontrol, uso inadecuado de las tarjetas magnéticas para el
combustible, injustificado consumo de petróleo y gasolina, manejos
turbios con las nóminas, pagos salariales inapropiados, reportes de
viajes fantasmas, camiones pernoctando fuera de los parqueos y otros
"canibaleados", trapicheo con meriendas, almuerzos, módulos de aseo,
herramientas, ropa destinada a los trabajadores.
Para ilustrar la anarquía citaron el caso del vertedero de Calle 100,
donde no hay báscula y, el personal encargado firma y acuña los vales
sin verificar el peso de la carga, reportando como llenos camiones que
estaban vacíos.
Submundo
Una fuente de la Dirección de Comunales en La Habana que habló bajo
anonimato, argumenta "que seis meses después del explote el relajo aún
continua, porque los camiones siguen llegando a los puntos de recogida a
la hora que les da la gana y nadie sabe dónde pernoctan".
Apunta esa fuente que los recolectores de la "especializada" trabajan en
días alternos y su turno de trabajo comienza a partir de las 6:00 pm. A
cada camión —con una dotación de tres empleados— se le asigna la
recogida de dos zonas con una superficie de 100 manzanas cada una. La
norma establece que al llenarse la tolva de 72 metros cúbicos debe
llevarse al vertedero para su descarga.
El sueldo mensual devengado por estos trabajadores es de 800 pesos CUP
(33 dólares) y se les excluye de los pagos por nocturnidad y condiciones
anormales establecidos por ley. A la pregunta de cuál es la reacción del
sindicato, la fuente responde: "¡Ah… Sindicato y mierda es lo mismo!"
En cuanto a la atención al hombre, alega que "a veces les entregan un
módulo de aseo de 13 jabones al mes", pero la entrega no es constante a
causa del trapicheo de los jefes. Con relación a la merienda afirma que
le adjudican dos panes con jamón "michi-michi" y un vaso de
"guachipupa" o refresco instantáneo por jornada de trabajo.
La fuente aduce que la recogida de basura tuvo una época de oro, cuando
a cada miembro de las dotaciones de la "especializada", le pagaban 30
pesos CUP (1,25 dólares) por cada camión llevado al vertedero y se le
entregaban módulos de ropas y zapatos, así como de aseo personal, con
jabones, desodorantes y máquinas de afeitar, mientras las meriendas
incluían refrescos enlatados.
En cuanto a la nueva tecnología de procedencia china para la recogida de
basura, la fuente advierte que el mecanismo rompe los contenedores.
También la indisciplina de la población contribuye a las roturas, cuando
roban ruedas y vierten escombros en los recipientes.
Añade que para suplir los bajos ingresos los empleados de "la
especializada" están obligados a llevar consigo durante la jornada
laboral un saco para recolectar botellas y latas que, luego llevan a
los centros receptores de materias primas. A esta operación le llaman
"la búsqueda". También señaló a la primera secretaria del Partido
Comunista en La Habana, Lázara Mercedes López Acea, como la principal
responsable de la desatención.
Otras fuentes alegan que los empleados de "la convencional" también
reciben 800 pesos CUP de salario mensual e igualmente apelan a "la
búsqueda". A causa de la baja productividad, el Gobierno de la
capital, al concluir la zafra azucarera, refuerza la actividad con
camiones y hombres procedentes de la provincia de Cienfuegos.
Por otra parte, los trabajadores dedicados a las labores de barrido e
higienización de calles pertenecientes a "la corporación Aurora" de los
municipios Habana Vieja y Plaza, nos informan que sus haberes están
vinculados a la productividad del trabajo y pueden oscilar entre los 600
y 800 pesos (25 y 33 dólares). Cabe señalar que ante la negativa de
algunos empleados a recoger las brujerías arrojadas en parques y otros
espacios, la empresa contrata personal para estos menesteres.
Al igual que sus compañeros de la especializada y la convencional los
trabajadores de Aurora requieren de "la búsqueda" para amortiguar los
bajos ingresos. "Pero esta vía se ha puesto mala por el cierre de
varios centros recolectores", indican. "Los fondos para pagar la materia
prima son reducidos y algunos clientes monopolizan la actividad mediante
el soborno".
Una de las características de la DSCH consiste en que su nómina la
engrosan una palpable cifra de alcohólicos e individuos con retraso mental.
Y a la pregunta de por qué tenemos tantos problemas con la recogida de
basura si el Gobierno no sufre el martirio de gigantescos cementerios
de carros, basureros de neumáticos, computadoras, cámaras, teléfonos
móviles y toda la gama de artículos desechables de última generación que
constituye una complicación a nivel mundial, Yeyo, un barrendero de 75
años, después de extraerse un guante para secar el sudor de su frente
responde: "Mira chico… La verdad es que el socialismo no es malo. ¡Pero
es incorregible!"
Source: Nuestra basura es hedionda, pero es nuestra basura | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1435525884_15410.html
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