60 aniversario, sin nada que celebrar
Miércoles, Julio 31, 2013 | Por Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -La conmemoración del
aniversario tan redondo y prolongado debía haber sido una gran
exposición de los logros alcanzados en estos 60 años. La lucha, desde el
Asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, hasta la victoria, el
1 de enero de 1959, apenas se extendió 5 años, 5 meses y cinco días. Los
54 años restantes han sido de régimen dictatorial que, en 1961, Fidel
Castro denominó socialista, y para el cual, en 2002, mediante reforma de
la Constitución de 1976, dictaminó ¨el carácter irrevocable…¨.
Los dirigentes, con poder absoluto para ejecutar sus propósitos,
debieron tener muchos éxitos, apoyados por los miles de millones de
dólares, enviados desde la Unión Soviética, primero, y desde Venezuela,
en el último decenio. La prosperidad económica, social y política
debería ser muy superior a la de los actuales países emergentes en
América Latina, que sufrieron la llamada década perdida, y aún afrontan
las narco-guerrillas, el narco-tráfico, la corrupción y otros males.
Sin embargo, en el 60 aniversario, los discursos y escritos fueron
versiones de los recuentos reiterados de aquel quinquenio inicial. La
historia reciente quedó reducida a los desastres causados por el Huracán
Sandy en la zona oriental. No podían recordar las promesas de Raúl
Castro, en 2007, sobre los cambios estructurales y de concepto que
vendrían, y los incrementos de producción que seguirían a las reformas
para la actualización del modelo económico.
¿Cómo actualizar lo que había que cambiar estructural y conceptualmente?
En aquella definición estaba implícito que el modelo económico había
sido inoperante y fracasado. El resultado es el continuo retroceso,
aunque el gobierno siga diciendo que el objetivo es liberar las fuerzas
productivas para lograr el incremento de la productividad y la
producción, con el fin de elevar los salarios y eliminar la doble
moneda, sin renunciar a sus controles a la iniciativa privada.
Raúl Castro aseveró que la Generación Histórica va cediendo su lugar a
los "pinos nuevos", con tranquilidad y serena confianza, basados en la
preparación y capacidad para mantener en alto las banderas de la
Revolución y el Socialismo. Dijo que está en marcha el proceso de
transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones. Quedó muy
claro que si el presidente cumple el anuncio sobre su retiro dentro de
cinco años, está asegurando dejar a los relevos que garanticen la
continuidad del sistema totalitario.
La incondicionalidad como requisito imprescindible, ha sido determinante
en los movimientos de dirigentes en las estructuras del Partido
Comunista, la Unión de Jóvenes Comunistas, las llamadas organizaciones
no gubernamentales, como los CDR y la ANAP, así como los órganos del
Poder Popular. Los llamados a una prensa audaz y una cultura creativa
pierden sus disfraces en los congresos de la UPEC y la UNEAC.
Para confirmar el apego al poder, Fidel Castro publicó ¨He vivido para
luchar¨, con el augurio de que podría escribir un libro dentro de 10
años, para el 70 aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, y aseveró
que, desgraciadamente, nadie puede asegurar que habrá un 70, un 80, un
90 o un centésimo aniversario del Moncada.
No se refería a la posibilidad de que su legado pereciera, sino a que el
cambio climático extinguiera la especie humana, como él predijo en la
Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente de Río de Janeiro. A
continuación, procuró justificar el enigmático envió de armas a Corea
del Norte, sin mencionar ese país, con la acusación de que se ha
intentado calumniar a la revolución.
También dio la vuelta al programa nuclear de la RPDC, cuando adujo que
ningún estado debería procurar la proliferación y que nunca el gobierno
cubano trataría de fabricar un arma nuclear. Indudablemente, hace mucho
tiempo que no tiene posibilidad de hacerlo, pero mientras que se estuvo
construyendo la central termonuclear en Cienfuegos y crecían las
investigaciones nucleares en Cuba, no se firmó el Tratado de No
Proliferación de Tlatelolco.
El 26 de julio, en Corea del Norte, hubo un inmenso desfile militar por
el 60 aniversario de la firma del armisticio que finalizó la guerra
entre las dos Coreas (1950-1953). Kim Jong-un, esforzado en afianzar el
poder heredado de abuelo y padre, también demostró que no necesita los
vetustos residuos soviéticos transportados desde Cuba. El reconocimiento
del contenido bélico, por el gobierno cubano, y la discreción de Raúl
Castro, parecen haber sido más eficaces que una alusión agresiva y
extemporánea sobre un asunto en vías de solución.
Unos trastos de armas viejas, transportadas de contrabando, confirman la
incapacidad militar del gobierno de Cuba y son una alegoría al declive
de la élite gobernante, aspirante a garantizar igualmente la dinastía
socialista.
Source: "60 aniversario, sin nada que celebrar | Cubanet" -
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