En peligro la libertad digital
Martes, 18 de Diciembre de 2012 03:26
Escrito por Álvaro Yero Felipe
Cuba actualidad, Mantilla, La Habana (PD) Navegar en Internet e
interactuar en las redes sociales es algo cotidiano, libre. Sin embargo,
esto puede cambiar al concluir la reunión que celebran del 3 al 14 de
diciembre en Dubái, gobiernos de todo el mundo, en la cual se discute el
futuro del ciberespacio.social networks gavin llewellyn
Con la excusa de poner orden al caos en Internet, varios de los 175
estados que se encuentran reunidos en la Conferencia Mundial de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT) proponen que sean los
gobiernos los que regulen la red de redes, lo que derivaría en controles
y excesos en contra del libre intercambio de información que hoy se
experimenta.
Algunos gobiernos pretenden imponer tarifas de comunicación, al estilo
del servicio telefónico, por lo que los internautas no solo pagarán por
conexión, sino también por tiempo y descarga de contenidos. Aunque el
pretexto es recolectar dinero para ampliar redes de banda ancha, un
servicio más costoso evitará que los más necesitados puedan acceder a
él, ampliando la brecha digital y cultural entre ciudadanos y países,
ricos y pobres, que Internet está ayudando a disipar.
No es casualidad que estas propuestas sean de gobiernos que ya tienen
por costumbre bloquear y censurar Internet, así como encarcelar a
blogueros e internautas, como el caso de Cuba, Irán, China y Rusia, los
peores países en la reciente clasificación mundial del Freedom House
sobre libertad en Internet.
Pese a que estos países justifiquen que las regulaciones servirán para
castigar ciberataques, pornografía infantil o piratería -aspectos ya
contemplados en las leyes regulares-, los nuevos controles buscarán
limitar que Internet sea un espacio democrático, diverso y plural, de
probada eficacia. Hubiera sido difícil para los disidentes cubanos
burlar la censura oficial sin blogs ni acceso a páginas digitales, o
para los musulmanes crear la Primavera Árabe sin Twitter, a los
argentinos convocar cacerolazos sin Facebook o a los chinos exponer
actos de corrupción sin sus filmaciones con teléfonos móviles inteligentes.
Estos países, y, lamentablemente, los democráticos Brasil e India, en un
grupo donde destacan árabes y africanos, insistirán en que Internet debe
ser regulada por las Naciones Unidas, desconociendo que la red ha
crecido y se ha expandido -y con ello globalizó la economía y la cultura
mundial- porque es ajeno a los Gobiernos y está en manos de
organizaciones no gubernamentales y privadas.
Pero no será fácil para esos gobiernos imponer condiciones. Muchos
países latinoamericanos y europeos, entre ellos la pequeña Estonia,
donde los ciudadanos pueden votar en línea, acceder al historial médico
y a las tareas escolares de sus hijos, quieren que Internet mantenga su
status quo, sin límites ni prohibiciones. Además, la delegación de EEUU
tiene de su Congreso un mandato preciso para Dubái: el ciberespacio debe
ser de acceso libre y gratuito, tal como fue creado, y debe permanecer
"estable, seguro y libre del control gubernamental".
Se trata de una posición destacada, al ser el país que inventó la
Internet y al que muchas veces esta le ha jugado malas pasadas, por lo
que tendría motivos suficientes para censurarla.
EEUU es el país que más recibe ciberataques contra sus instalaciones
militares, de inteligencia y empresas privadas; su servicio diplomático
fue avergonzado por millones de documentos confidenciales que fueron
expuestos por Wikileaks y miles de fotos y videos también revelaron las
torturas cometidas por sus soldados en cárceles clandestinas.
Si en la reunión de Dubái se adoptan regulaciones, se tratará de una de
las mayores contradicciones de la historia. Es que la ONU, ente madre de
la UIT, promueve achicar la brecha digital entre pobres y ricos mediante
una Internet libre y gratuita, pregonando que el derecho de conexión y
de banda ancha es tan importante como el derecho a los alimentos, al
agua y a la justicia.
Bajo esos preceptos, más que regular, los gobiernos deberían promover
que Internet llegue a las dos terceras partes del mundo que todavía no
la tienen y garantizar la libertad de expresión por cualquier medio y
sin limitaciones de fronteras, como les demanda la Declaración Universal
de los Derechos Humanos en su artículo 19.
Ojalá los gobiernos entiendan y Dios los ilumine, porque en países como
Cuba, donde al ciudadano jamás se le ha permitido el libre acceso a
Internet, necesitamos disfrutar algún día de esa libertad que hoy se
disfruta en el mundo, que algunos quieren controlar y otros prohíben.
Para Cuba actualidad: yerofelipe@gmai.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/6048-en-peligro-la-libertad-digital.html
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