Publicado el lunes, 07.30.12
Cuba: de ellas es el futuro
Gina Montaner
Con la muerte de Oswaldo Payá algunos se han precipitado a sentenciar
que la disidencia cubana se halla debilitada. Aunque es verdad que la
desaparición en circunstancias confusas de la figura más importante de
la oposición constituye un mazazo para quienes luchan por la democracia,
no es menos cierto que sus compañeros no han tardado en reaccionar.
Basta con ver las imágenes de su funeral y entierro en La Habana, donde
los seguidores de su grupo, Movimiento Cristiano Liberación (MCL),
acompañados por las Damas de Blanco, proclamaron a viva voz "Libertad"
sin miedo mientras eran acosados por la policía política. En medio del
tumulto y los operativos de represión, en todo momento han destacado
Ofelia Acevedo, la viuda de Payá y cofundadora del MCL, y su hija Rosa
María, una joven carismática que simboliza el relevo generacional en las
filas de la oposición.
Por conversaciones mantenidas con miembros del MCL en el exterior, cuyo
portavoz es Régis Iglesias, ex preso de la Primavera Negra de 2003, todo
indica que Acevedo, siempre contando con el consenso de los afiliados al
movimiento de resistencia pacífica que impulsó con su marido, no se
rinde sino que continúa la lucha. La única diferencia es que ahora cobra
mayor protagonismo. Sin amilanarse, Ofelia Acevedo exige que se aclare
el suceso (los Payá se niegan por ahora a denominarlo "accidente") que
le costó la vida al dirigente del MCL y desautoriza a quienes se han
adelantado a dar por buenas versiones oficiales en un país donde no hay
estado de derecho.
Sin duda, en estos momentos las figuras que emergen, íntegras y
valerosas, son las mujeres que portan la antorcha a favor de una
transición pacífica a la democracia: Acevedo, al frente del MCL, y las
Damas de Blanco, presididas por Bertha Soler, sustituta de la recordada
Laura Pollán. Una realidad que nos lleva a reflexionar sobre el papel
que éstas pudieran desempeñar en un futuro no muy lejano, cuando llegue
la hora cero. Es inevitable pensar en ellas como agentes del cambio al
modo de una Violeta Chamorro en Nicaragua en la década de los ochenta o
la birmana Suu Kyi, que, después de décadas bajo arresto domiciliario,
le está ganando el pulso a la Junta Militar tras haber logrado un escaño
en el parlamento.
Reflexiones que invitan a imaginar una reconciliación nacional
encabezada por un puñado de mujeres con el peso moral de quienes emplean
como armas los gladiolos o el Proyecto Varela, que propone un referéndum
para desmontar la dictadura castrista. Una Cuba futura alejada para
siempre de la historia convulsa de una república cuyo destino, hasta el
día de hoy, lo han dirigido hombres violentos con vocación caudillista.
Si quisiéramos proponer un modelo a seguir, porqué no el de Islandia.
Recientemente el periodista inglés John Carlin escribió en la revista de
El País acerca de esta remota y singular isla, a propósito de la debacle
financiera que sufrió en 2008 y de la que ya se está recuperando: "La
testosterona de sus banqueros y sus bravuconadas económicas hicieron
caer a Islandia". El rescate del país ha quedado en manos de un equipo
de mujeres con la primera ministra, Johana Sigurdardóttir, al frente.
Una experimentada política casada con otra mujer.
A la sociedad cubana, lastrada por una larga tradición de la más atávica
exaltación machista, le queda un largo camino por recorrer antes de
arribar al civismo de Islandia, un país profundamente libre y que ocupa
el primer lugar del mundo en igualdad de género. Por lo pronto, es una
magnífica señal y un primer paso que mujeres como Ofelia Acevedo, su
hija Rosa María y las Damas de Blanco se hayan situado a la cabeza de la
disidencia. Les sobra arrojo y credibilidad frente a los machos
esclerotizados que han abocado al fracaso a la nación cubana.
www.firmaspress.com
http://www.elnuevoherald.com/2012/07/30/1261199/gina-montaner-cuba-de-ellas-es.html
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