Protestar en Cuba
mayo 29, 2012
Por Verónica Vega
HAVANA TIMES — En el 2007, cuando colaboraba con el grupo
multidisciplinario Omni Zona Franca, hice la lectura de un ensayo acerca
del fenómeno del grafiti.
Alguien del grupo tuvo la peregrina idea de que esto ocurriera en el
lobby de un edificio de doce plantas, en Alamar, entre el ruido del
viento, los gritos de los chiquillos y la indiferencia de los vecinos.
Mi pánico escénico se vió ese día justificado. Me sentía tan absurda en
medio de aquel performance, que por acelerar la lectura empecé a omitir
palabras, frases, y hasta párrafos del texto.
Estaba convencida de que no había nadie ahí interesado en lo que yo
leía. Sin embargo, terminada la terrible experiencia, una bella
extranjera de aspecto frágil y dulce voz, me preguntó si era posible que
le facilitara ese ensayo para leerlo, pues el ambiente no le había
permitido escucharlo íntegramente pero le interesaba mucho.
Era Marie Laure Geoffray, una francesa que entonces investigaba en Cuba
sobre el movimiento alternativo. Luego supe que en sus viajes por la
isla había conocido a varios grupos con proyectos culturales, sociales,
muy promisorios, y se había dado a la difícil tarea de lograr que éstos
se conociesen entre sí.
Con inevitables tropiezos, esa quimera se materializó al fin en un
encuentro del que surgió la idea de crear un Proyecto de proyectos, es
decir una red donde se integrarían para metas comunes esos grupos y que
se llamaría Voltus V.
Yo no asistí a la primera reunión, pero ya en la segunda, pude atisbar
el complejo potencial intelectual cubano donde, lidiando con nuestra
larga tradición de intolerancia, se intentaba un entendimiento y un
accionar colectivo.
HT: ¿Cómo empezaste a relacionarte con Cuba y por qué?
Marie: Mi relación con Cuba es una historia entrelazada de política y
amor. Tenía un novio comunista con quién peleaba mucho sobre la
necesidad de reformar la sociedad, en Francia como en cualquier parte.
Él siempre terminaba los debates poniendo a Cuba como un ejemplo de la
sociedad nueva que necesitábamos.
Yo tenía algunas dudas al respecto porque pensaba que lograr la igualdad
social no debería limitar la libertad (de expresión, de opinión, de
movilización). Así que decidí ir a Cuba para ver esa sociedad con mis
propios ojos. Fui no como turista, sino para hacer una práctica en el
servicio cultural de la embajada francesa, esto me permitía relacionarme
con cubanos del sector cultural, y pensaba que había ahí más posibilidad
de encontrarme con gente tal vez más abierta.
HT: ¿Qué impresión te dio esa primera visita a Cuba?
Marie: Me impactó mucho la chispa de los cubanos a pesar de las
limitaciones (en materia de consumo y de libertad de expresión), hice
amistad con gente joven con quienes charlaba mucho de la Cuba de hoy, de
ayer y del futuro. Muchos de ellos eran bastante críticos. Pero al cabo
de dos meses no había logrado entender cómo funcionaba esa sociedad.
Aparecían cosas en las casas y nadie me sabía decir de dónde venían
("por ahí, ya tu sabes, por la izquierda"…). Una misma persona me decía
algo en su casa y de pronto en una fiesta con amigos me decía otra cosa
sobre lo mismo, y otra cosa diferente en la calle.
Un policía – después de un robo – me dijo que no se podía investigar la
casa donde se habían escondido los ladrones porque vivían con su tía que
era del partido. Esa dificultad que tuve para entender el funcionamiento
de las cosas fue una de las razones por las cuales decidí, poco después,
empezar un doctorado sobre los espacios alternativos en Cuba.
HT: ¿Cómo fueron evolucionando tus impresiones?
Marie: ¡Ni siquiera ahora estoy segura de que entienda mucho más la
realidad cubana! Pero sí he logrado entender ciertas lógicas y nexos
entre gente, instituciones, prácticas y discursos. Me di cuenta de que
existían muchos micro espacios más libres de expresión y de debate donde
se podía experimentar con la creación artística, así como con las
prácticas sociales (mas relaciones horizontales, mas iniciativa
popular), pero esos espacios se toleraban sólo cuando funcionaban en las
periferias, a pequeña escala, y cuando no alcanzaban demasiada visibilidad.
Al mismo tiempo, es siempre difícil analizar el por qué de la tolerancia
o no (de parte de las autoridades cubanas), pues existen muchas
autoridades distintas con distintos puntos de vista y también a veces
las decisiones que se toman son difíciles de entender (parece no haber
lógica alguna detrás de ciertas decisiones).
También me di cuenta de que la represión era a menudo una represión
light. Funciona más bien con presiones individuales, censura disimulada,
ausencia de respuesta (después de un pedido para ocupar una sala por
ejemplo, cancelación de actividades por "razones logísticas," etc.) Pero
ahí también existen misterios: ¿Por qué el G2 visita/convoca a cierta
gente y a otra no? ¿Por qué activistas que se dicen "revolucionarios"
son más presionados que activistas que rechazan abiertamente esa
identidad social y política?
HT: ¿Qué opinas del movimiento alternativo en Cuba?
Marie: Ya no sé si se puede hablar hoy de un "movimiento alternativo",
porque existe una gran pluralidad. Antes había tres grandes polos: los
opositores políticos, los artistas e intelectuales críticos y los
colectivos alternativos (muchas veces creados por artistas
independientes e intelectuales jóvenes). Los colectivos tenían una
especificidad propia: no sólo debatían entre ellos sino hacían cosas.
Intentaban generar nuevas prácticas civiles, sociales, artísticas y
políticas para ellos mismos y para públicos. Para mostrar que era
posible hacer, vivir y pensar de otra forma.
Hoy la situación ha cambiado bastante. Surgieron los bloggers, que
muchas veces no son "nuevos actores" (a pesar de lo que dice mucha
gente). Orlando Luis Pardo por ejemplo, creó proyectos literarios
alternativos antes de ser blogger. En esa época se relacionaba con
varios colectivos, incluso fue parte del proyecto Voltus V. Claudia
Cadelo era la esposa de Ciro Díaz, miembro del grupo rock punk Porno
para Ricardo que también tenía muchos vínculos con esos colectivos y
toda la escena cultural alternativa habanera.
Yo creo que esos movimientos han crecido mucho, son ahora más plurales,
se conectan mas entre ellos, se está creando pues un verdadero espacio
contestatario en Cuba, capaz de unir a muchos segmentos y fragmentos que
antes no lograban conectarse.
HT: ¿Por qué crees que se diluyó Voltus V?
Marie: Voltus V fue uno de los primeros intentos de coordinación entre
colectivos alternativos. Hubo intentos anteriores como FramOmUno (con
Omni, Zona Franca – en esa época dos colectivos distintos – y Grupo Uno,
el grupo que creó los Festivales de Rap) y el proyecto Jonas con los
mismos actores pero también con lo que es ahora la Cátedra Haydee
Santamaría.
Esos intentos fueron pioneros (en la primera parte de los años 2000, y
en el 2007 para Voltus V) y por eso tuvieron dificultades. No existían
aún buenas herramientas de coordinación (celulares, acceso a correos
electrónicos).
También había todavía mucho miedo y disensos. ¿Ser socialista o no? ¿Ser
revolucionario o no? ¿Ser político o no? ¿Decir las cosas abiertamente o
no? Esos debates siguen vigentes hoy pero ha crecido la tolerancia hacia
la pluralidad de posiciones. Ha bajado el miedo con el éxito del caso
Gorki y con el hecho de que a los bloggers no se les pone en la cárcel.
También en esa época había quizás demasiadas expectativas de unidad,
mientras hoy se valora más la diversidad. Y quizás hubo un cierto
sentido de urgencia que engendró tensiones y malentendidos. Pero Voltus
V fue probablemente la matriz de convergencias ulteriores porque todos
los activistas de Voltus se dieron cuenta de la importancia de unir
fuerzas para poder influir sobre su realidad y la gran mayoría de ellos
sigue activo en una multitud de proyectos hasta hoy.
HT: ¿Qué grupos de la alternatividad te parecen más representativos e
influyentes? ¿Por qué?
Marie: Hablar de representatividad en la Cuba de hoy donde todavía no se
oyen muchas voces (aunque haya crecido muchísimo el número de gente que
se expresa), me parece difícil. Tampoco se puede medir bien cuáles son
los grupos más influyentes. Yo creo que existen distintos tipos de
influencias en distintos ámbitos. Por ejemplo Yoani Sanchez (junto con
otros bloggers), ha cambiado la perspectiva de la diáspora cubana y de
mucha gente que se interesa por Cuba desde afuera.
Lo mismo pasó con las Damas de blanco. Esas mujeres han mostrado que sí
se pueden lograr cosas dentro de Cuba, cosas incluso aparentemente
impensables hace poco. Pero la mediatización de cierta gente no debe
esconder la influencia de otros grupos.
El Observatorio Crítico desde hace años realiza un trabajo excelente en
barrios populares para incentivar las iniciativas ciudadanas desde
abajo, también trabaja con grupos sociales marginados como los abakúas y
contra la discriminación racial e interviene dentro de la esfera
cultural/intelectual en ámbitos como el centro Juan Marinello, el centro
Félix Varela, etc. donde todos los conocen y respetan su trabajo (hasta
lo imitan).
Por su parte Omni Zona Franca ha logrado transformar la imagen que se
tenía de Alamar como barrio marginal, en un espacio de experimentación
cultural, civil y social. También ellos han buscando crear nexos y
solidaridad con todos los demás proyectos alternativos sin
discriminación alguna. Su festival anual "Poesía sin fin" siempre fue un
espacio de convergencia para muchísima gente, ya sea más o menos
revolucionaria, más o menos politizada, más o menos legítima en la
esfera cultural.
HT: ¿Crees que es posible una cooperación por parte de las instituciones
(con estos grupos)?
Marie: Ciertas instituciones ya han trabajado con estos grupos. De hecho
Omni Zona Franca trabajó en un taller de la galería Fayad Jamís en
Alamar y negociaban muchas de sus actividades con la Dirección Municipal
de Cultura. El Observatorio Crítico también ha actuado en coordinación
con entidades locales, con la Asociación Hermanos Saíz y con centros de
investigaciones. Pero esas cooperaciones no son fáciles de mantener,
como lo demuestra la expulsión de Omni Zona Franca del taller en el 2009.
Yo tengo la sensación de que hay más enfrentamiento hoy entre proyectos
alternativos e instituciones. Por eso todos intentan ahora trabajar de
manera totalmente independiente: sin pedir lugares prestados ni apoyo
logístico ni presupuesto de ningún tipo.
HT: Háblame un poco de tu trabajo de investigación (tu libro), cómo se
llama, qué propósito tiene, dónde saldrá…
Marie: Mi libro se llama «Contester à Cuba», es decir «Protestar en
Cuba». Fue publicado por la editorial francesa Dalloz en marzo del 2012.
Se trata de mi tesis de doctorado cuyo propósito era entender quiénes
son los colectivos alternativos y cuáles son sus modos concretos de
protestar en la Cuba post caída del muro.
Aparecen ahí tres colectivos: la Cátedra Haydee Santamaría, Omni Zona
Franca y el movimiento Hip Hop. Analizo las trayectorias sociales de sus
integrantes así como sus modos civiles, culturales y políticos de acción
contestataria e intento entender cómo funcionan sus relaciones con las
instituciones.
HT: ¿Podría ser traducido al español? ¿Sería posible publicarlo en Cuba?
Marie: Me encantaría traducirlo pero necesitaría un traductor y fondos.
Imagino que sería difícil publicarlo en Cuba ahora, pero me gustaría
intentarlo.
HT: ¿Qué cambios propondrías para Cuba?
Marie: Yo creo que el futuro de Cuba es de todos los cubanos. Yo sólo he
intentado entender mejor la Cuba actual, especialmente las voces y las
practicas contestatarias poco visibles (en esta época) para un público
extranjero. Yo como extranjera sólo puedo esperar. Confío en que los
cubanos se escucharan mejor unos a los otros, que acabaran con los
dogmas y la intolerancia, y que intentaran construir una nueva sociedad
donde haya discusión y no insultos, donde haya respeto y no ataques de
bajo nivel, y donde haya inclusión en vez de exclusión social y política.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=65006
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