Percepciones equivocadas
Jueves, Mayo 31, 2012 | Por Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org – Hay que admitir que el director
del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención
del Delito y el Tratamiento al Delincuente, Elías Carranza, tiene razón
al afirmar que "Cuba es el país más seguro de la región", cuando se
trata del peligro que ofrecen los delincuentes. ¿De que otro modo podría
ser en un país con un gobierno represivo que controla todos los aspectos
de la vida de cada ciudadano?
Pero esos índices no deberían ser el camuflaje para ocultar la represión
sistemática, calculada, fría, casi científica, que obliga al silencio y
a la doble moral, con tal de evitarnos terminar ante un tribunal
controlado por el partido único o soportar el asedio de las brigadas
parapoliciales.
Basta con no cumplir cualquiera de las disposiciones implícitas o
explícitas del gobierno, para convertirse en víctima de una maquinaria
represiva, siempre alerta y engrasada, en óptimas condiciones.
Promover la Declaración Universal de los Derechos Humanos, gritar la
palabra libertad en una esquina, o hasta pedir un aumento de salario,
pueden ser causa para que cualquier cubano sea juzgado, o, en el mejor
de los casos, cesanteado.
Si bien es cierto que La Habana o Santiago de Cuba son más seguras que
Tegucigalpa o San Salvador, se debería analizar el tema desde una óptica
más amplia, que incluya otros aspectos inherentes a las libertades
fundamentales del ciudadano, que son obviados o distorsionados en casi
todos los informes que tratan sobre Cuba.
Exaltar las virtudes o logros del gobierno cubano, sin mirar sus faltas,
o ver de qué forma se obtienen dichos "logros", como el de la supuesta
seguridad ciudadana, es errado y engañoso.
Parece una incongruencia, pero en el país relativamente más seguro de
Latinoamérica, ocurren las arbitrariedades más obvias del gobierno
contra sus gobernados. Mas que los ciudadanos, es el gobierno mismo el
que genera la violencia y, sin mecanismos de defensa, el pueblo queda a
merced de los caprichos de sus gobernantes.
He aquí otro ejemplo de parcialización, complicidad y encubrimiento de
algunas personas. El actor puertorriqueño Benicio del Toro es un activo
integrante del grupo de artistas, académicos, escritores e intelectuales
extranjeros, admiradores de la dictadura cubana. Por estos días del Toro
ha ido al Festival de Cannes a presentar el filme "7 días en La Habana",
que reúne cortometrajes filmados en La Habana por varios directores.
El suyo aborda las dificultades de los norteamericanos para viajar a
Cuba, sin mencionar la restricciónes que el gobierno cubano impone a sus
ciudadanos para viajar a cualquier país extranjero. ¿Desconoce Benicio
del Toro la existencia del indispensable permiso de salida que otorga el
Ministerio del Interior cubano de manera selectiva y condicionada?
Sería bueno que gente como Carranza y del Toro, antes de emitir sus
dictámenes hablara con nuestro pueblo llano, no solo con funcionarios o
artistas que han vendido su alma al diablo a cambio de prebendas.
El rechazo –por los motivos que sea– a los Estados Unidos, no justifica
apoyar a una vulgar dictadura, que hace mucho tiempo dejó de ser
"revolución" y solo se disfraza de socialista para eternizarse en el poder.
oliverajorge75@yahoo.com
http://www.cubanet.org/articulos/percepciones-equivocadas/
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