Fernando Ravsberg | 2012-01-12, 11:03
Refiriéndose a los cambios que se esperan en la política migratoria un
colega cubanoamericano escribió que "no solamente es absurdo, sino
totalmente irresponsable, pensar que Cuba debe abrir las puertas de sus
fronteras de par en par".
Ciertamente ningún país abre "sus fronteras de par en par" pero lo que
se discute hoy en Cuba no es eso sino del derecho de los ciudadanos a
salir y entrar de la isla sin someterse a trámites largos, engorrosos,
innecesarios y caros.
El colega nos recuerda que "contra Cuba hay una guerra" y reconozco que
Washington mantiene un alto nivel de hostilidad política, persigue las
transacciones financieras internacionales de la isla y continúa con el
embargo económico.
Lo que no entiendo es como se asegura la defensa de la patria cuando se
le exige al viajero US$150 por una Carta de Invitación para salir del
país. La cual implica además encontrar un extranjero para que "se haga
responsable" del cubano.
Es como si el ciudadano fuera un niño o un minusválido mental, incapaz
valerse por sí mismo. Además, como nadie investiga al "invitador", se
arriesgan que el peor de los delincuentes termine siendo "tutor" del más
honesto de los cubanos.
El Presidente Raúl Castro afirmó que en el terreno migratorio se
avanzaría lenta y gradualmente, midiendo la repercusión de cada paso. Me
dicen que se refiere los efectos en la seguridad interna y también en la
llamada "fuga de cerebros".
Entonces pienso que la Carta de Invitación desaparecerá muy pronto
porque no permite un mayor control y tampoco evita la salida de
profesionales. Realmente solo sirve para recaudar dólares a costa del
malestar de los ciudadanos.
Algo similar ocurre con el tiempo de permiso para residir en el
extranjero. Cuesta creer que peligre la seguridad nacional si los
cubanos pasan fuera de su país más de 11 meses. Otra medida que parece
aportar dinero a costa de malestar.
Habría que calcular el saldo entre lo que se recauda y el costo político
que se paga por ello. Conozco personas que inician los trámites
migratorios por razones económicas y al final dejan la isla llenas de
rencor contra el gobierno.
En los años 60 el costo no variaba porque quienes abandonaban el país
eran enemigos políticos y económicos de la revolución pero ahora hasta
el gobierno reconoce que se trata de personas que emigran para mejorar
su estándar de vida.
Ciertamente el tema migratorio no puede verse al margen del
enfrentamiento con Washington. Basta mencionar la operación que sacó 14
mil niños de Cuba sin sus padres en los 60 y las ofertas de visas USA
que hoy reciben los médicos cubanos.
Atacan donde duele, no es casual que la Casa Blanca ofrezca esas
facilidades a los galenos y no a los albañiles. Los médicos que cumplen
misiones en el extranjero representan la principal fuente de ingresos de
la economía cubana.
Durante los conflictos externos todos los políticos aducen que es
necesario recortar las libertades ciudadanas, no es un argumento nuevo
ni exclusivamente cubano como bien lo demuestra la Ley Patriótica, que
se firmó en EE.UU. en el 2001.
Pero la ciudadanía debería vigilar que las restricciones de derechos
civiles sean solo las imprescindibles, evitando que los políticos caigan
en la tentación de aprovechar las emergencias para resolver otros
problemas de índole doméstico.
En el caso de Cuba hay además algunas disposiciones migratorias que no
son públicas por lo que los cubanos nunca saben si el funcionario que
les niega el permiso de salida actúa dentro de la ley o se está saltando
las normativas vigentes.
El artículo de mi colega termina diciendo que "Cuba va a abrir la puerta
a quienes quiera, cuando quiera y en la forma en que quiera". Un
razonamiento lógico siempre que cuando dice "Cuba" se refiera a la
nación cubana en su conjunto.
No cabe duda de que un país tiene derecho a regular legalmente la
migración según sus necesidades pero hablar de "Cuba" implica que,
además del gobierno y las autoridades, la mayoría de los ciudadanos
apoyen las medidas.
No hice una encuesta pero ninguno de los cubanos que conozco está de
acuerdo con regirse por disposiciones migratorias semisecretas, pagar
US$400 por los tramites más enrevesados del mundo y tener que suplicar a
extranjeros por una Carta de Invitación.
http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2012/01/migracion_costos_y_beneficios.html
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