Lunes, Enero 9, 2012 | Por CubaNet
La diversidad de opiniones es uno de los sostenes de la democracia y los
opositores cubanos, aunque coinciden en muchos temas cardinales, tienen
opiniones variadas sobre el presente y el futuro del país. Con esta
serie de pequeñas entrevistas que publicaremos durante la actual semana,
CubaNet pone a la consideración de sus lectores los criterios de algunos
opositores pacíficos cubanos acerca de lo acontecido en el país en 2011
y lo que esperan para 2012.
Manuel Cuesta Morúa, presidente de Arco Progresista, organización
opositora de corte socialdemócrata, y coordinador de Nuevo País,
proyecto ciudadano orientado a la reconstrucción de la nación, que
intenta formar una visión más amplia de carácter nacional, habla sobre
lo que espera política y económicamente.
CubaNet: ¿Cómo ve usted el futuro inmediato de Cuba, a partir de la
nueva política del Estado de permitir negocios privados, la autorización
de la compra y venta de inmuebles y automóviles, y las disposiciones
recientes para el sector campesino?
Cuesta Morúa: Pienso que vamos a ver un país descoyuntado. En el orden
económico, que es donde todos ponen su mirada, se trata de medidas que
serían el preámbulo de reformas económicas, pero no lo que todos
esperamos. Son pasos en esa dirección: permitir el trabajo por cuenta
propia, la venta de automóviles y casas, que se liberalice la venta de
productos por parte de los campesinos, así como aceptar la contratación
de trabajadores por los cuentapropistas. Este es, digamos, el paquete de
"cambios económicos" con el que el gobierno pretende impulsar una
reforma en el país.
CubaNet: ¿No cree que se trate de algo positivo?
Cuesta Morúa: Sin dudas, pero eso no ha significado un mayor flujo
económico en un sentido más amplio, porque faltan las verdaderas
reformas estructurales que permitirían al país encaminarse hacia una
verdadera economía de mercado y un mayor bienestar, por lo menos si no
para todos, al menos para aquellos que van a regentar estos negocios.
Falta una reforma integral de la sociedad, y una apertura más coherente
a la economía de mercado. De lo contrario, las medidas tomadas por Raúl
Castro no van a tener la coherencia que se requiere para satisfacer las
necesidades de las pequeñas empresas. Esto se ha visto a lo largo del
año pasado. Si bien algunos han logrado cierta prosperidad, muchos han
tenido que devolver sus licencias debido a las altas tasas impositivas
con las que el gobierno grava estos negocios. Es necesario que no se
estimulen los altos impuestos, y sí los bajos, para que se permita
recuperar la inversión y que surja una clase media baja, que conformaría
el sector de estos pequeños negocios privados.
CubaNet: ¿A dónde conduciría el mantenimiento de esta política?
Cuesta Morúa: A la profundización de la desigualdad económica. Estas
reformas, como están concebidas, se acompañan de lo que llamo una
"latinoamericanización" o acelerada de Cuba. Se manifiesta ya la marcada
desigualdad social que se ve en algunos de los países más pobres del
continente. De todas maneras, hay que apuntar que, a pesar de lo tímidas
que son las medidas tomadas, y de la desigualdad que generan, han
cambiado el panorama económico nacional.
CubaNet: ¿Aspirar a reformas más profundas no implica que los
gobernantes abandonen el poder y se permita la instauración de una
sociedad democrática en Cuba?
Cuesta Morúa: En el caso cubano lo que está en juego es la lógica del
poder, más que una lógica de reformas. Por eso es que el gobierno
permitió cierta apertura, impulsado por las circunstancias desastrosas
de la economía, y no por una conciencia real de los problemas de la
población, que van más allá de esas reformas. Raúl no es Gorbachev, pero
contrario a lo que muchos piensan, tampoco es Den Xiaoping, que no
cambió el sistema político, pero sí abrió la economía china de una
manera más profunda y coherente, que dista mucho de lo que se está
haciendo en Cuba. O se profundiza más en el sentido de las reformas al
estilo chino, o vamos a ver las malas consecuencias de una reforma
incompleta. Aunque no se debe minimizar la independencia que han
adquirido los ciudadanos que han comenzado a operar sus pequeños
negocios, en la medida que el gobierno se vio obligado a soltar lastre
de un barco que se hunde.
CubaNet: ¿Cree que la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba en el mes de
marzo propiciará un clima menos represivo y de más tolerancia hacia la
oposición por parte del gobierno?
Cuesta Morúa: Toda visita que permita a la comunidad internacional
seguir empujando hacia la normalización del país, es positiva. En el
caso del Papa existe una expectativa que va más allá de lo que pueda
significar su visita. Se trata de un hombre que no tiene el carisma de
Juan Pablo II. Viene a Cuba en un momento en que el gobierno, real o
supuestamente ya está haciendo reformas. No viene, como en el caso de
Juan Pablo, a decir a las autoridades que hay que hacer reformas. De
alguna manera el mundo percibe que en el país se están implementando
cosas nuevas. Quien sí será beneficiada es la iglesia, que ya tiene más
presencia pública, acceso a los canales de televisión; la gente que cree
en la Virgen de la Caridad ha podido manifestarse, y la iglesia ha
abierto un espacio de debate. La visita del Papa contribuirá a reforzar
esa posición. Pero insisto que la visita del Papa será más bien de una
legitimación de lo que ya se está haciendo en el país. Aunque de alguna
manera la visita debe estimular y servir de sombrilla al sector de la
sociedad cubana que está sufriendo la represión recrudecida de las
autoridades. En ese sentido, creo que es positivo que el Papa venga a Cuba.
http://www.cubanet.org/otros/los-opositores-tienen-la-palabra-manuel-cuesta-morua/
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