Levantar el embargo no será muy fácil ni muy rápido
Por LESLEY CLARK/WASHINGTON
lclark@MiamiHerald.com
La decisión del presidente Barack Obama, en abril, de eliminar las
restricciones a las visitas de los cubanoamericanos a la isla fue vista
por algunos como una señal de que el embargo, la pieza clave de los
esfuerzos de Estados Unidos por aislar a La Habana, podría estar
llegando a su final.
No lo dé por hecho.
El Presidente puede debilitar el embargo, pero sólo el Congreso puede
levantarlo. Los partidarios del embargo en ambas cámaras, entre ellos
los legisladores floridanos de ambos partidos, están confiados en que
tienen los votos para que no suceda.
Pero está sucediendo algo más sutil, una lenta erosión.
* Reporteros del Herald que han visitado la isla han visto enormes
cantidades de mercancías estadounidenses que llegan a la isla, algunas
veces de manera legal, pero mayormente no. Desde gafas de sol hasta
aviones, si se fabrican en Estados Unidos probablemente se puedan
encontrar en Cuba, aunque usualmente a precios exorbitantes.
Las excepciones al embargo durante los últimos años han logrado que
Estados Unidos se convierta en el principal abastecedor de alimentos y
productos agrícolas de Cuba, y su quinto mayor socio comercial.
* Una persistente campaña de los republicanos de estados agrícolas e
intereses empresariales que quieren eliminar el embargo han cambiado de
estrategia y se han dedicado a debilitarlo poco a poco.
Es probable que el próximo objetivo sea eliminar la norma que impide a
los estadounidenses viajar a Cuba como turistas. Los que se oponen al
embargo presentaron este verano tres proyectos de ley que proponen
precisamente eso. Insisten en que la idea ha ganado fuerza y cuentan con
el respaldo de una diversa coalición de grupos que comprende desde la
Oficina de Granjas hasta la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la
organización Human Rights Watch.
"La teoría es que los viajes son el hilo que va a permitir deshacer todo
el embargo'', dijo Dan Erickson, miembro de la entidad Diálogo
Interamericano y autor de The Cuba Wars: Fidel Castro, the United
States, and the Next Revolution.
MUCHOS ESCOLLOS
Por su parte, los partidarios del embargo dicen que esas mismas personas
han intentado hacer lo mismo anteriormente y han fracasado.
* La red de mulas que lleva ilegalmente dinero y mercancías a Cuba,
ocultando los paquetes frecuentemente en el cuerpo, ha crecido
extraordinariamente desde el 2004, cuando el gobierno de Bush le apretó
las tuercas al envío de bienes a Cuba. Armando García, presidente de
Marazul Charters, que organiza viajes a Cuba, lo ha calificado de una
"enorme industria paralela''. Serafín Blanco, que administra una tienda
de Hialeah que presta servicios a los exiliados, dijo que puede
reconocer a una mula por las mercancía que compra y la cantidad.
* Los cubanos más viejos de línea dura que han aplaudido anteriores
medidas para fortalecer el embargo se van convirtiendo en el segmento
más pequeño de la comunidad cubanoamericana general. Todavía tienen
fuerza --como quedó demostrado en la reelección de defensores del
embargo como Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Lincoln y Mario
Diaz-Balart al Congreso, pese a una formidable oposición-- pero su
capacidad de determinar los 27 votos electorales de la Florida pudiera
estar extinguiéndose.
Ahora, algunos de esos viejos exiliados aprovechan la rama de olivo que
Obama le ha ofrecido a la isla para visitar Cuba. Entre los recientes
viajeros: Nildo Herrera, que llevaba cinco sombreros mientras esperaba
para abordar un avión rumbo a la isla en el Aeropuerto Internacional de
Miami.
"Uno es para mi nieto, otro para mi hijo y el resto para otros
parientes'', dijo el hombre de 75 años y vecino de Hialeah.
Hay pruebas anecdóticas de que el gobierno está permitiendo más viajes
académicos y culturales a Cuba, dijo Phil Peters, experto en temas
cubanos en el Instituto Lexington en Arlington, Virginia, que apoya el
levantamiento del embargo.
Peters observó que una organización de debates estudiantiles de la
Florida, USA Youth Debates, recientemente recibió una licencia del
Departamento del Tesoro para permitir que estudiantes estadounidenses
visiten Cuba a principios del 2010.
EL MEJOR MOMENTO
Una misión comercial de cinco días encabezada por Bill Richardson, que
terminó el viernes, renovó especulaciones sobre las intenciones del
Gobierno. Cuando Obama alivió las restricciones a los viajes de los
exiliados a la isla, el Presidente insistió en que el próximo paso tenía
que venir de Cuba.
"Creemos que es importante ver progreso en temas como la liberalización
política, la libertad de prensa, de reunión, la liberación de los presos
políticos, para que exista la plena posibilidad de una normalización
entre los dos países'', dijo en una entrevista de julio.
Según todos los indicios, aún está esperando.
Richardson, que defiende el aumento de los viajes a Cuba, calificó la
atmósfera actual de "la mejor que haya visto para un mejoramiento'' en
las relaciones entre Washington y La Habana.
"Lo que hace falta son pasos concretos de ambos lados'', dijo el hábil
diplomático, que no se reunió ni con Fidel ni con Raúl Castro pero que
habló con Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de Cuba.
Richardson dijo que presentará un informe sobre su visita al gobierno de
Obama.
La reciente renuncia del senador Mel Martínez, un influyente republicano
y firme defensor del embargo y uno de los dos cubanoamericanos en el
Senado, ha sido un golpe político para las fuerzas partidarias del
embargo. El viernes, el gobernador Charlie Crist nombró a su antiguo
jefe de despacho, George LeMieux, para ocupar provisionalmente el escaño
de Mel Martínez hasta que el mismo Crist puede postularse para el cargo
en el 2010.
Crist y otros importantes candidatos a la banca de Martínez --el
republicano y ex presidente de la Cámara estatal Marco Rubio y el
representante demócrata Kendrick Meek-- apoyan mantener el embargo.
Lo que se pierde en la discusión sobre lo que pudiera hacer Estados
Unidos es que el cambio compete a las dos partes. Cuba puede decir
"gracias, pero no queremos hacer negocios con ustedes''. "Lo que el
Gobierno cubano quiere es más turistas estadounidenses'', dijo Mauricio
Claver-Carone, miembro de la junta del comité de acción política
U.S.-Cuba Democracy, un grupo partidario del embargo que contribuyó con
$425,000 a los demócratas y $308,500 a los republicanos en el 2008. "Es
una fuente fácil de financiamiento y la controlan''.
EN EL CONGRESO
Lo que los cubanos no quieren es una avalancha de restaurantes de
servicio rápido, particularmente los dirigidos por exiliados. A través
de los años, Fidel Castro ha criticado ferozmente el embargo --que en
Cuba llaman bloqueo-- cada vez que ha necesitado desviar la atención de
la escasez crónica en la isla.
Si Obama anunciara el levantamiento inmediato del embargo, "Fidel
hundiría un barco o derribaría un avión estadounidenses; haría cualquier
cosa para que no sucediera'', dijo el abogado Pedro Freyre, que
representa compañías con licencias para hacer negocios en Cuba.
Eso no sería necesario si la representante Ileana Ros-Lehtinen y su
colega republicano por Miami, Lincoln Diaz-Balart, concretan sus planes.
Diaz-Balart ha presionado exitosamente para que sea el Congreso, no la
Casa Blanca, el que tenga la última palabra sobre el embargo. Y la
posición de Ros-Lehtinen como la principal republicana en la Comisión de
Relaciones Exteriores de la Cámara le da una posición estratégica para
rechazar cualquier ataque.
Ambos esperaban una discusión sobre los viajes a Cuba a mediados de
julio cuando el Congreso se ocupó del presupuesto del Departamento del
Tesoro. Como ese dinero financia las medidas de cumplimiento del
embargo, ha sido tradicionalmente el vehículo para tratar de socavar la
política.
Pero el debate nunca se materializó.
"Estábamos preparados'', dijo Lincoln Diaz-Balart. "No importa lo mucho
que hablen [los críticos del embargo], no importa cuántas conferencias
de prensa preparen, lo fundamental es que no tienen los votos''.
Algunos de los partidarios de levantar el embargo dicen que esperan una
victoria más significativa cuando el Congreso regrese de su receso de
agosto.
OTRAS PRIORIDADES
El representante Jeff Flake, republicano por Arizona que ha sostenido
desde hace tiempo que el gobierno no debería decidir adónde pueden
viajar los estadounidenses, dijo que él y sus aliados quieren presionar
a favor de la propuesta por sus propios méritos, no como enmienda al
proyecto de ley de gastos del Tesoro.
"Esto es un reflejo de nuestra confianza en que podemos hacer más'',
dijo Flake. ''Preferiríamos ganar por los propios méritos del asunto''.
Pero no está claro con qué entusiasmo aceptarán los líderes del Congreso
una áspera batalla sobre Cuba cuando todavía no han conseguido acuerdos
sobre polémicas prioridades del gobierno de Obama, como la reforma del
sistema médico y el cambio climático.
El representante Bill Delahunt, demócrata por Massachusetts y crítico
del embargo que se ha sumado a Flake, estima que su lado tiene la
voluntad de seguir presionando y conseguir el triunfo.
"Hay un gobierno que quiere aumentar los contactos'', dijo. "Las piezas
van tomando en su lugar''.
Ros-Lehtinen reconoce el aumento del interés en el tema, pero dice que
los defensores del deshielo están soñando si creen que pueden eliminar
una política en vigor desde hace medio siglo.
"¿Cuándo no han estado a favor de levantar el embargo, la prohibición de
los viajes? ¿Cuándo no han dicho que éste es el año?"
Los redactores Alfonso Chardy, Jim Wyss y Frances Robles contribuyeron a
este reportaje, que fue complementado con material de The Associated Press.
Levantar el embargo no será muy fácil ni muy rápido - Séptimo Día - El
Nuevo Herald (29 August 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/septimo-dia/v-fullstory/story/530711.html
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