Socialismo o muerte, valga la redundancia
PEDRO CAMPOS, Miami | Junio 05, 2017
En una muestra más de incapacidad para encontrar una salida a su propia
crisis, el Gobierno castrista y su subordinada Asamblea Nacional del
Poder Popular acaban de "aprobar por unanimidad" las normativas
recientemente decididas por el Comité Central del Partido Comunista,
como parte de la "actualización" del "estatal-socialismo" en Cuba y las
bases del plan perspectivo hasta 2030 para toda la sociedad.
Esta "aprobación" se realiza en virtud del antidemocrático artículo 5 de
la Constitución autoritaria y estatalista de 1976 sobre el papel
dirigente del PCC en la sociedad cubana después de haber consultado,
según propia confesión del general y presidente, a 1,6 millones de los
8,6 millones de cubanos que normalmente votan. Es decir, que apenas fue
consultado un 18,6% de la población votante, menos de una quinta parte,
en lo que podría ser el grupo de la población que apoya a la "dictadura
del proletariado" impuesta en Cuba.
El dato, que se pretende demostrativo del carácter democrático del
"proceso de consultas", en todo caso evidencia su enorme déficit, en
tanto que se intenta imponer a toda la sociedad lo que apenas discutió,
ni siquiera aprobó, ni el 20% de los votantes.
Hasta el momento de redactar estas líneas no se conocen las
modificaciones que se hicieron al documento original, ni las que se le
agregaron en el debate en las bases ni, desde luego, las introducidas
finalmente por la comisión de redacción.
Estas valoraciones se basan en lo que ha publicado la prensa oficial
sobre la Asamblea, sus debates y las intervenciones principales.
Se sabe que se reitera el papel regulador y controlador del Estado en la
economía estatal y no estatal. Puede afirmarse que toda la palabrería en
los documentos sobre el mercado y actividad privada o cooperativa es
pura retórica, pues no puede haber verdadera empresa privada ni
cooperativismo donde el Estado lo regula y decide todo, donde no hay
reconocimiento a la libre iniciativa individual o colectiva.
Se mantienen la propiedad del Estado como eje (quebradizo) de la
economía, las restricciones a las actividades privadas de médicos,
abogados y otros profesionales y los altos impuestos. Se crean
merca-hostales para la venta controlada a los que tienen negocios
privados de alimentos a fin de garantizar su dependencia del estado y
sus ingresos al presupuesto estatal, en tanto se amplía el sistema de
"cooperativas" paraestatales, todo lo cual alienta la fuerte tendencia
corporativista de la economía al estilo del nazismo, contracción en
alemán de nacionalsocialismo.
No se conoce que se incluyera alguna palabra referida a la autogestión
empresarial bajo control de los trabajadores, ni nada sobre el
desarrollo del cooperativismo libre o de las autonomías locales, pero se
insiste en que se construye el socialismo porque tal es la "decisión del
Partido Comunista".
Es más de lo mismo: de la vieja escuela estalinista voluntarista sobre
la omnipresencia del Estado, la vieja forma del capitalismo monopolista
de Estado, solo que con más control por parte de la burocracia en
función de sus intereses.
Ya, en el delirio de lo que pudieran ser sus últimos tiempos, el
Gobierno más "anticapitalista" de la historia americana, que expropió
toda propiedad privada en Cuba -grande, mediana y pequeña- que envió
guerrillas a casi todos los países de América Latina para combatir el
capitalismo y el imperialismo, ante el desastre de su estatalismo
asalariado (considerado socialismo) nos quiere hacer creer que habrá
desarrollo de la empresa privada porque "aprueba el mercado controlado y
la propiedad privada pero sin la concentración de la propiedad y la
riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales".
La gran novedad: "reconocer" a la empresa privada que explota trabajo
asalariado, que ya existía hace dédacas, bajo el eufemismo de trabajo
por cuenta propia; pero sin acabar de aceptar que es capitalismo
privado. Es el miedo a que la izquierda internacional y el mundo sepan
que se acepta el capitalismo privado en Cuba.
Todo esto en una mezcla de contrasentidos. ¿A quién pretenden engañar?
¿Cómo creen que podrá desarrollarse la empresa privada, capitalista, con
un mercado controlado por los monopolios estatales, sin que la propiedad
ni la riqueza privadas puedan aumentar? ¿No leyeron nunca a Karl Marx
sobre el papel de la acumulación del capital y de la reproducción ampliada?
Se han olvidado de la "acumulación sistemática" que hace el Estado, el
más grande concentrador, poseedor, explotador y dilapidador de riquezas,
para tratar de hacer avanzar sus siempre desastrosos superplanes.
Por otra parte, todo lo aprobado, según lo publicado, fue referido
únicamente a cuestiones económicas del "perfeccionamiento de la
actualización". Ni una palabra sobre los prometidos cambios a la
Constitución o a la Ley Electoral, promesas hechas para tratar de
neutralizar la creciente oposición interna y las preocupaciones
internacionales sobre las violaciones de los derechos políticos y
civiles del pueblo cubano.
Desde el viaje de Obama a Cuba se destapó una marcha atrás en la
"normalización". La llegada de Trump a la presidencia en Estados Unidos
puso en guardia al poder hegemónico en Cuba. Los acuerdos recién tomados
confirman el estancamiento en los modestos cambios. Nada cambia de lo
que debe ser cambiado. Las declaraciones de que se esperan
modificaciones en la política de EE UU hacia Cuba apuntan a un
enquistamiento del estatalismo, cuya primera señal es la amenaza de que
"podrían afectar la colaboración en materia de tráfico humano".
Al parecer, la consigna sigue siendo "socialismo" o muerte, valga la
redundancia.
Source: Socialismo o muerte, valga la redundancia -
http://www.14ymedio.com/opinion/Socialismo-muerte-valga-redundancia_0_2230576924.html
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