miércoles, junio 28, 2017

El Castrismo, entre Obama y Trump

El Castrismo, entre Obama y Trump
[24-06-2017 15:40:45]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- El cambio de política en proceso de
implementación del gobierno del presidente Donald Trump hacia la
dictadura castrista, ha generado numerosas expectativas y como era de
esperar entre los cubanos se han exacerbado las pasiones, en particular,
entre quienes respaldaron las medidas que favorecían al totalitarismo
que dispuso el presidente Barack Obama.
Fue tan espectacular el impacto del restablecimiento de relaciones
diplomáticas y el relajamiento de las restricciones a Cuba por el
presidente Obama, que gobiernos y dirigentes políticos distantes del
castrismo se aproximaron a ese régimen en la suposición, al parecer,
que los cambios políticos y económicos en la isla serían inmediatos.

Más complejo e incomprensible fue que algunos opositores y disidentes
de intramuros y extramuros pensaron que el cambio de Washington
influiría favorablemente en los Castro, quienes en base a los mismos
accederían a implementar cambios radicales en la finca que han
explotado por más de 58 años.

Lamentablemente todos se equivocaron. El castrismo no hace concesiones
sino es objeto de presiones. La maquinaria del poder está engrasada y
ajustada para recibir y no para dar, de ahí que muchos de los que
creyeron que la primavera de la libertad rompería con el deshielo, estén
apoyando el cambio de vía del presidente Trump.

La ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba fue una decisión de
la Casa Blanca, el restablecimiento de las embajadas fue también su
iniciativa, y las subsiguientes concesiones económicas y políticas
también fueron una medida del ejecutivo estadounidense, lo que permite
apreciar una vez más que cada país actúa en base a sus intereses y a
las interpretaciones que del contexto hagan sus dirigentes.

Barack Obama, decidió ignorar la cruda realidad de la isla, y trató a
sus gobernantes como si hubiesen sido electos por el pueblo. No quiso
ver ni escuchar las golpizas y arrestos que allí se producen, incluidas
las que ocurrieron después de su discurso en La Habana. Su objetivo de
cambiar la política con Cuba no tomaba en cuenta el escenario, en
consecuencia la obcecación por imponer una nueva ruta, implicó
concesiones que a la larga favorecían a la nomenclatura, en particular
al aparato militar, y no al pueblo como proclamaba la declaración oficial.

El presidente Obama eligió desconocer que Cuba está regida por una
dinastía, que ese gobierno viola sistemática y permanentemente los
derechos humanos y que el pueblo está sumido en la pobreza por las
restricciones y la ineficiencia económica de un sistema fracasado.

Washington y La Habana representan modelos ideológicos, políticos y
sociales totalmente opuestos, sin que eso signifique que sus
respectivos pueblos sean enemigos, como han sido sus líderes por
décadas, a pesar que el régimen castrista instrumentó una política de
estado contra la nación estadounidense y todo lo que esta representa.
Mientras, en la isla se auspició el odio a Estados Unidos, la Casa
Blanca se limitó a favorecer el derrocamiento del totalitarismo insular.

Los que creen que las dictaduras deben aislarse del mundo democrático,
tal y como se hizo con Sudáfrica durante el régimen de apartheid, lo
más probable es que apoyen las disposiciones de Donald Trump, todavía
más, hay quienes opinan que las medidas debieron ser más severas porque
el país está bajo el control de una dictadura militar, otros, los
partidarios de las concesiones y los intercambios que no son tales,
rechazaran las exigencias al totalitarismo y seguirán considerando
responsables de los problemas de Cuba no a su gobierno, sino a quienes
se le oponen o rechazan.

No obstante, más allá de las decisiones de los últimos dos mandatarios
estadounidenses, corresponde a los cubanos comprometidos con el
establecimiento en la isla de una sociedad democrática trabajar por ese
objetivo con independencia de los que se haga en Washington, porque
aunque son indiscutibles los beneficios que implican tener de aliado en
la causa a Estados Unidos, la responsabilidad de acabar con la dinastía
de los castro recae sobre los cubanos.

Source: El Castrismo, entre Obama y Trump - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/594e6bdd3a682e089036a2c0#.WVPnE2iGP6Q

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