Las mujeres se arriesgan en el sector privado
LUZ ESCOBAR, La Habana | Junio 05, 2017
Eligió el nombre de un personaje de Los Miserables para su negocio.
Quizá porque Betsy Alfonso Rodríguez, como la pequeña Cosette de la
novela de Victor Hugo, espera un futuro mejor que aquel al que parecía
destinada.
Nacida en Ciego de Ávila y licenciada en Estudios Socioculturales,
Alfonso Rodríguez optó por crear un salón de belleza después de trabajar
durante años como maestra. "Este junio se cumplen un año y tres meses
desde que abrimos", cuenta a este diario. "Mucha gente confundía el
local al principio con un taller de costura, por el nombre y porque
nuestro logo es una tijera". El negocio se ha hecho tan popular que
ahora incluso los hombres, que antes no lo hacían, van a hacerse
arreglos de uñas.
En su local, asegura, ha logrado "un ambiente de tranquilidad y nada de
vulgaridad". Ofrece servicios de peluquería, masaje y manicura, entre
otros, y tiene como lema "Porque su estilo también es arte".
Más del 32% de los trabajadores por cuenta propia en Cuba son mujeres.
Para ellas, el emprendimiento es un camino con mayores obstáculos debido
a los prejuicios machistas que persisten en la sociedad y a las
desventajas iniciales con las que parten. Al tener un patrimonio menor
que los hombres, les es más difícil arrancar un negocio.
"Hice una colecta de dinero entre familiares y amigos para abrir una
pizzería", cuenta Tatiana, de 38 años y residente en Sancti Spíritus.
Después de dos años funcionando, el negocio tuvo que cerrar porque "no
se recuperaba la inversión", cuenta a 14ymedio.
El Banco Central de Cuba ofrece créditos bancarios específicos para los
emprendedores, aunque no cuenta con microcréditos orientados a las
mujeres como muchos otros países de Asia y Latinoamérica. Además, la
desconfianza de los ciudadanos en el sistema bancario y la falta de
información limitan el alcance de estas líneas de financiación. En el
año 2014 solo 658 cuentapropistas echaron mano de este tipo de recurso,
apenas el 0,1% de los trabajadores privados registrados en el país en
ese momento, según la prensa oficial.
Para Tatiana otro de los principales escollos en el camino hacia su
propio negocio fueron la ausencia de un mercado mayorista donde comprar
harina, queso o tomate de una manera estable y a precios más favorables.
En la misma idea incide Betsy Alfonso. "He ido aprendiendo sobre la
marcha a llevar la administración y las finanzas. Me asesoré antes con
personas que ejercen controles en empresas", cuenta la dueña del salón
de belleza Cosette, "pero no es nada fácil obtener los materiales. En
ese sentido, pienso que deberíamos contar con una forma de suministro
estatal".
La necesidad de un mercado mayorista es un viejo reclamo del sector por
cuenta propia en la Isla, pero solo en las últimas semanas se han dado
algunos pasos en esa dirección. El pasado mayo se inauguró un mercado de
productos agrícolas para los negocios que rentan a turistas o brindan
servicios gastronómicos, pero mantiene los precios minoristas.
A los contratiempos económicos se les suma el machismo. "Las mujeres
tienen unos roles asignados como cuidadoras y administradoras del hogar
que lastran en no pocos casos las posibilidades de crear negocios
propios", asegura un estudio publicado a mediados del pasado año por la
economista Ileana Díaz-Fernández y la socióloga Dayma Echevarría-León.
El texto avala las dificultades para acceder a un capital inicial con
que fundar el negocio. "El acceso a créditos bancarios se señala además
como una limitante que tiene mayor peso en el caso de las féminas, ya
que, por lo general, han estado alejadas de la propiedad sobre los
activos y el acceso a los créditos bancarios, aún muy incipiente,
requiere un grupo de exigencias a las que las mujeres pareciera tienen
mayores dificultades para satisfacer: búsqueda de codeudores, estudio de
factibilidad, entre otros".
En el sector no estatal las mujeres se concentran en ocupaciones
"típicamente femeninas", detalla la investigación, entre ellas la
elaboración y venta de alimentos o bebidas no alcohólicas, además de las
labores como peluquera o manicura.
Tatiana, madre de dos hijos, debió compartir el tiempo entre su negocio
y las labores hogareñas. "Mi esposo me ayudaba, pero los temas de la
casa y de la escuela de los niños me tocaban a mí", asegura. "A veces
llegaba de la pizzería, de estar todo el día parada en la cocina, y
tenía que ponerme con las tareas escolares", recuerda.
"Los maridos de mujeres que tienen un negocio propio" tienen
dificultades para "aceptar que ellas ganan más dinero". Al principio su
esposo "entró en una depresión y no lo aceptaba". Peleaban todo el
tiempo, hasta que él decidió dejar su empleo estatal y sumarse al
negocio. "Entonces llegaron otros problemas, porque pasé a ser su jefa",
cuenta.
Tras el cierre de la pizzería, Tatiana se ha quedado con una enorme
deuda, pero asegura que no ha perdido el interés por "tener un negocio
propio". Ahora planea dedicarse a la venta de útiles del hogar en los
pequeños poblados de su provincia y está preparando un vehículo junto a
su esposo para desplazarse con la mercancía.
Marta María Ramírez, periodista y fundadora de Cáñamo, gestiona una
plataforma editorial transmedial. En su ámbito, los problemas están más
relacionados con la falta de conectividad que afecta a toda la
población, pero la situación se agrava para las mujeres una vez más.
Ramírez ha elaborado estrategias de comunicación para negocios privados
y su experiencia le hace sostener que las mujeres están menos conectadas
al ciberespacio "en cualquiera de sus variantes de negocios", en parte
porque no cuentan con financiamiento para ello.
"Si la desconectividad a la que nos somete el monopolio Etecsa,
siguiendo designios gubernamentales, es el mayor impedimento para un
acceso más democrático a internet, el embargo hace de las suyas al no
permitirnos utilizar pasarelas de pago como PayPal, ni otras plataformas
de micromecenazgo o crowdfunding, que serían útiles para emprendedores,
mujeres incluidas", protesta.
La reportera ve "un mayor número de mujeres emprendedoras y más
diversificación en los negocios, donde ya no cumplimos solo roles
domésticos" pero lamenta que muchas aparezcan "como titulares de los
emprendimientos, pero los ideólogos o inversores son figuras masculinas
que están a la sombra".
Para Ramírez, la doble jornada laboral es una de las realidades que
sitúa a las mujeres "en posiciones de total desventaja frente al género
masculino". Y afirma, rotunda, que Cuba es un país "con brechas de
género cada vez más grandes", consecuencia de "un machismo galopante que
ni siquiera está en el debate público ni gubernamental".
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Nota de la Redacción: este reportaje fue hecho gracias al apoyo del
Howard G Buffet Fund for Women Journalists de la International Women's
Media Foundation.
Source: Las mujeres se arriesgan en el sector privado -
http://www.14ymedio.com/sociedad/mujeres-arriesgan-sector-privado_0_2230576926.html
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