miércoles, junio 28, 2017

Por qué hay tanto cáncer, retraso mental y presos en Cuba? (I)

¿Por qué hay tanto cáncer, retraso mental y presos en Cuba? (I)
27 Junio, 2017 7:09 pm por Eduardo Prida

West Palm Beach, USA, Ed Prida (PD) Muchas personas cuando lean esto,
pueden pensar que lo mismo sucedido en Cuba ha pasado en el resto del
mundo. En parte pudiera ser cierto. No desconocemos lo que sucede en el
resto del planeta, pero vamos a encontrar significativas diferencias en
propósitos e intensidad.

Doscientos años después de la implantación del procedimiento médico de
la vacunación, existen corrientes de críticas y detractores de esta
práctica universal. Muchos siguen cuestionándose si la interferencia
sistemática en el sistema inmunológico puede comportar alteraciones en
la respuesta inmunológica normal.

Con la vacunación ocurre lo mismo que pasa en los ecosistemas con el uso
de herbicidas, pesticidas, fertilizantes y equipos mecanizados sumamente
pesados que compactan los terrenos. Rachel Carson, premio Nobel de
Biología en 1962, demostró todo esto muy claramente en su libro la
Primavera Silenciosa, La caída de la productividad de los terrenos
agrícolas en los países socialistas se debió el uso indiscriminado de
fertilizantes químicos y equipos pesados que compactan los terrenos y
hacen los suelos impermeables, impidiendo el paso de la humedad
necesaria al subsuelo. Estos factores combinados facilitan que los
productos agrícolas adquieran altas concentraciones de los tóxicos
utilizados contra las plagas y los fertilizantes convirtiendo los
vegetales en un agregado de productos altamente contaminados con sabor y
forma de vegetales.

Las enfermedades contagiosas y no contagiosas no se han erradicado con
el uso de las vacunas, sino que más bien, parecen tener más peso los
importantes factores que se han alcanzado con el desarrollo en las áreas
socio-sanitaria, medioambientales, económicas y culturales.

La vacunación a escala social aparentemente es un mecanismo de
prevención, pero parece que aún no se ha estudiado lo suficiente como
para dar una respuesta definitiva sobre sus conveniencias y seguridad.

Para determinar con exactitud qué procesos patológicos son provocados
por las vacunas, las investigaciones sobre este campo desde el punto de
vista metodológico y practico pueden chocar con muchos sesgos en los
factores intervinientes así como los intereses económicos de los
laboratorios gigantes, que a nivel global producen dichas vacunas.

Las principales enfermedades atribuidas a la vacunación y los
antibióticos son el autismo, el síndrome de muerte súbita del lactante
por shock anafiláctico, la disfunción inmunitaria, la diabetes, los
trastornos neurológicos (epilepsias, lesiones cerebrales, trastornos del
aprendizaje, trastorno por déficit de atención, comportamiento
antisocial) y las enfermedades raras del tipo degenerativas. Otros
autores subrayan las hipersensibilidades y las alergias.

Lo más llamativo del autismo es que su aparición ocurre en la época en
que se les administra las vacunas a los infantes y no hay evidencia de
factores genéticos como precursores. Muchos padres, a partir de la
vacunación en sus hijos, observan, trastornos de conducta, perturbación
del lenguaje, retroceso en sus destrezas. Todo esto empieza a
manifestarse a las 4 semanas posteriores a la aplicación de la primera
dosis de esta vacuna.

La vacunación de la poliomielitis en los años 50 en Estados Unidos trajo
un aumento en la aparición del cáncer sin precedentes a consecuencia de
la contaminación de las vacunas durante el proceso de investigación en
los laboratorios durante las pruebas en monos. Las consecuencias han
sido devastadoras y la bibliografía está a la mano en Internet sobre
este fatal accidente en la manufactura farmacéutica.

Ha habido un análisis un tanto superficial del asunto por el sector
médico y también la inducción creada por los intereses de los grandes
laboratorios farmacéuticos.

En apariencia, la medicina preventiva genera cierta seguridad de no
contraer terribles enfermedades.

Los fabricantes de vacunas, que obtienen enormes ganancias, tienen el
poder influir en las recomendaciones a favor de la vacunación de toda la
población. En general, no investigan los efectos colaterales adversos a
mediano y largo plazo.

Después de la puesta en marcha de la vacunación se hace muy difícil
demostrar por muchas razones los efectos adversos que pudieran haber
provocado.

Como mecanismo general, las vacunas, según fuentes médicas, actúan como
inhibidores y esta acción incontrolada podría ser muy buena o muy mala.

Si a un sistema enzimático se añaden sustratos no naturales que impidan
la actividad propia de la enzima, se dice que el sistema ha sido
inhibido, y el sustrato usado con estos fines se denomina inhibidor.
Esto como es lógico trae adversas condiciones a la fisiología y por
tanto, se crean condiciones para un desbalance biológico en general en
el organismo.

Este es el panorama a nivel global, pero en el caso que nos ocupa, Cuba,
han influido directamente muchos factores en el aumento de la población
de portadores de diferentes patologías del sistema nervioso y portadores
de enfermedades letales, como el cáncer, que se ha convertido en un
fenómeno alarmante, y no solo por el estado crónico de sub alimentación
como política de gobierno por más de 50 años.
pridaissues@gmail.com; Ed Prida

Source: ¿Por qué hay tanto cáncer, retraso mental y presos en Cuba? (I)
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