'Weekend' sin Fidel Castro
"En tiempos normales la calle está difícil, imagínate en estos días"
Lunes, noviembre 28, 2016 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba.- "Se murió Fidel y la calle está mala", es lo que decía
un vecino a otro cuando explicaba por qué no había salido a "trabajar".
Es un vendedor ambulante sin licencia estatal y no quería arriesgarse a
que lo detuviera la policía. Su decisión no fue excepcional, también
otros "trabajadores informales", sin que fuese emitida una orden
oficial, optaron por recogerse en sus casas para "evitar problemas".
Pareciera que la gente, durante estos años, se hubiese estado entrenando
para los acontecimientos de estas últimas horas. Saben que la vida
nacional gira entorno de esa única figura y comprenden que se ha
marchado en una época de sobrados desencantos y demasiada incertidumbre.
El anuncio de la muerte de Fidel Castro no ha provocado sobresaltos en
la gente, aunque sí ha redoblado la cautela habitual en una población
acostumbrada al ambiente policial, ya que gran parte de sus vidas debe
transcurrir más allá de los márgenes de la legalidad.
"En tiempos normales la calle está difícil, imagínate en estos días", me
comenta un amigo al que le preocupa que mi condición de periodista para
un medio no oficial sea motivo para enfadar a algunos de esos que se
resisten a aceptar la muerte del líder comunista o que entienden lo que
naturalmente sucede cuando se separa la cabeza del cuerpo o cuando a un
moribundo se le diagnostica muerte cerebral. Lo biológico pudiera
guardar estrechas relaciones con lo social, y no se debe descartar las
reacciones de temor en algunos.
El anuncio del deceso de Fidel Castro impregnó el fin de semana de una
atmósfera inusual pero no tanto que se pudiera intuir ese duelo con
aires de tragedia que algunos pudimos imaginar veinte años atrás.
Hasta bien entrada la mañana del sábado, las calles estuvieron vacías y
no se escucharon las voces de los pregoneros. Solo después de las 6 de
la tarde se podían distinguir algunas conversaciones altas, peleas
familiares, risas apagadas, más bien disimuladas, también músicas y
audios de películas norteamericanas de acción. Las conversaciones
continuaban siendo las cotidianas y solo la televisión y la radio se han
empeñado en describir una atmósfera luctuosa y un sentimiento popular
que difieren de la realidad.
Alrededor de mi casa hay varios distribuidores del llamado "paquete
semanal". Algunos aseguran que el flujo de clientes se multiplicará
enormemente este fin de semana tal vez debido a que fue suspendida la
programación televisiva habitual así como las actividades en los centros
culturales y recreativos.
"La gente está muy normal. Están silenciosas porque nadie quiere
marcarse", dice un vecino que también asegura que en la entrada de la
barriada detuvieron a dos por escuchar música a todo volumen. Me lo dice
entre susurros pero después cambia el tema para hablar de lo malo que se
pondrá el transporte este lunes cuando expongan los restos de Fidel en
la Plaza y de la posibilidad de que la bodega y la panadería solo
despachen hasta el mediodía.
En las calles, la sensación generalizada es esa que nos dejan las
dilatadas agonías de los enfermos terminales. Una mezcla de sentimientos
encontrados donde hay algo de compasión y mucho de indiferencia, una
actitud que, para algunos, es la más adecuada cuando tenemos algo que
decir y no nos permiten hacerlo.
Source: 'Weekend' sin Fidel Castro | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/weekend-sin-fidel-castro/
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