José Martí no era comunista
Para mantener a un pueblo sometido, uno de los pilares a atacar es el
patriotismo
jueves, enero 28, 2016 | Gladys Linares
LA HABANA, Cuba.- En el periódico Granma del 19 de enero leí sobre la
celebración en el Palacio de las Convenciones, del 25 al 28 del mes en
curso, de la segunda Conferencia Internacional "Con todos y para el bien
de todos". Este evento cuenta con la participación de alrededor de 400
intelectuales y artistas de 44 países. Asimismo se espera la presencia
de luchadores sociales, dirigentes sindicales, campesinos, indígenas y
profesionales en general, quienes debatirán temas culturales, morales,
políticos y económicos, entre otros.
A pesar de las gestiones para participar, las invitaciones fueron
selectivas. Como siempre, las tendencias políticas opuestas quedan
excluidas. Lo cual nos hace recordar un pensamiento del Apóstol poco
divulgado por el régimen: "La Patria es dicha de todos y dolor de todos,
y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie".
También leímos en el periódico Juventud Rebelde de esa misma fecha que
por estos días de enero el Movimiento Juvenil Martiano ha preparado una
serie de actividades como acampadas, cenas, y otras, en honor al
natalicio del Apóstol.
Pero pese a todo esto, los jóvenes de hoy conocen poco a José Martí. No
podría ser de otra manera, cuando ni sus propios educadores son capaces
de inculcarles interés por una figura que ellos mismos desconocen, y de
cuya vida y obra el programa de estudios no incluye sino lo que puede
servir al régimen.
"Antes, en las escuelas públicas nos hablaban de Martí y nos enseñaban
sus poesías", me dice Graciela, una conocida a quien le pregunté sobre
el tema. "Recuerdo que la maestra de quinto grado nos ponía a leer La
Edad de Oro y después a hacer composiciones en el aula". Y para
demostrarme que lo que bien se aprende nunca se olvida, me recitó
algunos versos sencillos. Algo que por cierto no pudo hacer ninguno de
los niños y padres jóvenes a quienes pregunté.
José Martí siempre estuvo presente en la sociedad cubana; sin
tergiversar ni politizar su obra, nos daba una enseñanza en todos los
aspectos de la vida. Importantes intelectuales le admiraban, reconocían
y estudiaban, como el doctor Jorge Mañach, quien basó su tesis de grado
en la biografía del Maestro, un valioso aporte a nuestra cultura donde,
con un lenguaje sencillo y ameno, recorrió la vida de este desde sus
raíces hasta su muerte en Dos Ríos.
También la Academia de la Historia de Cuba antes de 1959 publicaba
gratuitamente folletos sobre la vida del Apóstol. Así pude conocer hace
algún tiempo un capítulo de su autobiografía –leído en sesión pública el
26 de enero de 1946 por el doctor Néstor Carbonell Rivero–. Al mismo
tiempo, el Ministerio de Educación, a través de la Dirección de Cultura,
publicó la serie "Archivo de José Martí", que hacían llegar a los
maestros, quienes a su vez los empleaban en la enseñanza. Lo mismo se
hacía con otros patriotas y figuras relevantes de la cultura cubana,
convenientemente "olvidados" después de 1959.
Hace unos días, un estudiante de noveno grado repasaba para la prueba de
Educación Cívica por una guía que le dio la maestra. La primera pregunta
era caracterizar al Partido Comunista de Cuba. Esta era la respuesta que
debía memorizar: "El PCC, martiano y marxista-leninista, vanguardia
organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la
sociedad y del Estado, que organiza y orienta las fuerzas comunes hacia
los altos fines de la construcción del socialismo y el comunismo".
Sin embargo, sería interesante conocer lo que –con extraordinaria
agudeza– opinaba Martí sobre el comunismo: "Dos peligros tiene la idea
socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizadas,
confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los
ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse,
para tener hombros en qué alzarse, frenéticos defensores de los
desamparados".
Sobre catalogar de martiano al PCC, conversaba hace poco con un anciano
retirado que conoció desde adentro los manejos del aparato represivo.
"Las palabras de Martí se sacan de contexto, por lo que los cubanos no
llegan a conocer su verdadero significado, sino lo que al gobierno le
conviene".
Lo mismo le pregunté a un jubilado que actualmente trabaja de custodio
nocturno en una escuela. "De Martí, el pueblo conoce lo que les conviene
a 'esta gente', que es bastante poco. Les corresponde a los maestros
estudiarlo a profundidad, pero no se hace. Aquí con Martí pasa lo mismo
que con los americanos: el gobierno se ha pasado la vida hablando mal de
los yanquis, y los cubanos sueñan con vivir en aquel país".
Un tarimero del agro, por su parte, me espetó: "¡Ah, no me hables de
Martí! ¡Ese es el culpable del Moncada y de la desgracia que tenemos
ahora! ¡No quiero saber ni de los comunistas ni de él!"
Y es que para mantener a un pueblo sometido, uno de los primeros pilares
a atacar es el patriotismo –que no chovinismo ni patrioterismo–, pues el
orgullo (bien justificado) de pertenecer a una nación da la fortaleza
necesaria para enfrentar y derrotar al opresor, aun cuando este proceda
de nuestra propia tierra.
Source: José Martí no era comunista | Cubanet -
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