sábado, octubre 31, 2015

La censura ha derivado en 'boomerang contra el prestigio' de la Revolución - Enrique Colina

Enrique Colina: La censura ha derivado en 'boomerang contra el
prestigio' de la Revolución
DDC | La Habana | 30 Oct 2015 - 5:31 pm.

El realizador y crítico de cine fustiga la prohibición de una adaptación
teatral de Juan Carlos Cremata y su suspensión como director.

El realizador y crítico de cine Enrique Colina fustigó en un artículo la
medida de las autoridades culturales de la Isla que retiró de escena en
julio pasado la obra El rey se muere, una pieza de Eugène Ionesco
adaptada y dirigida por Juan Carlos Cremata Malberti.

Colina también rechazó la decisión de suspender a Cremata como director
teatral.

"La censura artística practicada en Cuba durante estos 56 años (…) en
favor de una supuesta defensa de la Revolución ha derivado
paradójicamente en un boomerang contra el prestigio político del proceso
revolucionario", opinó Colina en su artículo, titulado Sobre la censura
y sus demonios y recibido en la redacción de DIARIO DE CUBA.

El objetivo de Colina era que el texto fuera leído en una asamblea que
el llamado grupo G-20, de cineastas cubanos, realizará este sábado en La
Habana para debatir, aprobar y firmar el documento Hacia una nueva Ley
de Cine, que será enviado al Ministerio de Cultura, al ICAIC y otros
organismos del Estado.

Sin embargo, según Juan Carlos Cremata, el G-20 ha rachazado tratar el
artículo en la asamblea.

"Primero fue incluido en el Orden del Día. Pero a última hora el G-20 ha
considerado que 'no es el momento' para hacerlo", dijo el director
teatral en un correo electrónico.

El G-20 está compuesto actualmente por 12 cineastas: Rebeca Chávez,
Lourdes de los Santos, Magda González, Claudia Calviño, Fernando Pérez,
Manuel Pérez, Senel Paz, Arturo Arango, Ernesto Daranas, Enrique "Kiki"
Álvarez, Luis Ernesto Doñas y Pedro Luis Rodríguez.

En su texto, Colina considera "improcedente que algunos —que no son
artistas ni han aportado nada a la cultura nacional— se erijan
nuevamente en jueces inquisidores y que, uncidos de una autoridad
efímera, decidan frustrar el destino de un artista, de un creador
[Cremata] cuya obra en el cine y en el teatro es ya patrimonio de
nuestra cultura".

"El teatro en Cuba está auspiciado por el Ministerio de Cultura y
responde a una política cultural cuyo diapasón debe ser tan amplio como
el reconocimiento de la capacidad de discernimiento de un público
nacional al que oficialmente se le reconoce su nivel educacional,
político y cultural", apunta.

"Entonces, ¿por qué la censura a la adaptación y puesta en escena de una
obra que de por sí tiene un alto contenido de provocación perfectamente
compatible con la función estremecedora de un arte que pretende romper
tabúes, conmover y convocarnos a pensar (…)? ¿Tenemos o no un público
culto y comprometido con las ideas y principios revolucionarios capaz de
sacar sus propias conclusiones (…)? ¿Qué verdadero sentido constructivo
tiene una censura excluyente sin que medie el debate (…)?", pregunta.

"La intolerancia a la crítica como norma para conocer la verdad (…) ha
sido y sigue siendo una proyección del miedo para afrontar las
responsabilidades emanantes de un poder burocratizado que ha cometido
errores, extravíos y desviaciones de su inicial impulso revolucionario y
libertario", dice.

Recuerda que películas, piezas teatrales, obras plásticas e incluso
miembros de la Nueva Trova "han sufrido los embates de esa resaca
reaccionaria que rehúye el debate de ideas y se agazapa en las
trincheras de piedras para lanzar sus venenosos dardos inquisitoriales".

Califica de "estúpida" la prohibición de la película Regreso a Ítaca,
basada en una novela de Leonardo Padura, exhibida finalmente durante una
semana de cine francés "más para guardar las apariencias que como
reconocimiento del error de soberbia cometido".

"Más que fortaleza, esa conducta de intolerancia expresa más bien la
debilidad y el raquitismo intelectual y político para asumir un debate
abierto y responsable", señala.

En cuanto a la censura contra Cremata, afirma que le recuerda los años
de la llamada "parametración", en los que el teatro cubano estuvo
sometido a "prejuicios aberrantes y represivos" que "resultaron en
frustración, ostracismo y exilio para creadores y artistas que solo
estaban enriqueciendo con su arte" el patrimonio cultural.

"Aquel desafuero (…) auténticamente vergonzoso y contrarrevolucionario
(…) solo trajo descrédito para una Revolución en la que algunos
extremistas con poder de decisión interpretaron la aspiración de crear
un hombre nuevo con la de crear un robot obediente, dogmático y henchido
de prejuicios reaccionarios, hoy combatidos pero no exterminados", afirma.

"El caso Cremata entra dentro del debate ideológico que ha marcado el
destino de un proceso que necesita mantener despierta la memoria
histórica de su quehacer cultural para no seguir cometiendo y soportando
errores que vulneran ese valioso tesoro cultural, termómetro crítico que
ninguna censura logrará desconectar mientras seamos capaces de actuar en
consecuencia y compromiso con nuestro deber ciudadano", opina.

Source: Enrique Colina: La censura ha derivado en 'boomerang contra el
prestigio' de la Revolución | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1446219115_17816.html

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