Las seis armas de Castro contra la rebelión
Liu Santiesteban: "Si los cubanos hoy no se rebelan o pocos lo hacen es
porque, por más de medio siglo, han sido y son sometidos a un control
totalitario por parte de una sola familia: la familia Castro Ruz"
miércoles, abril 29, 2015 | Liu Santiesteban
New York, Estados Unidos – Hay una pregunta recurrente cuando de Cuba se
trata: ¿por qué los cubanos no se rebelan? ¿Por qué no protestan en masa?
Ante todo habría que decir que el 20% de la población de Cuba se ha
rebelado mediante la emigración. Esa ha sido nuestra particular votación
al no tener elecciones libres y plurales.
Pero hay 6 medidas muy específicas que tomó Castro desde el principio de
su revolución, para evitar una revuelta popular en su contra. Tal vez en
ellas se encuentran las respuestas a esa pregunta que una y otra vez nos
hacen a los cubanos.
1- Armas:
Es célebre en la historia de la guerrilla castrista antes de 1959, el
asalto a una armería en Ciudad de la Habana, el 9 de abril de 1958.
Aunque esta acción fue fallida por la intervención de la policía, Fidel
Castro se dio cuenta de lo peligroso que podría resultar que el pueblo
tuviera armas a su alcance. Después de todo, su revolución no habría
sido posible sin acceso a las armas. Así que las prohibió. Nadie más que
el ejército y la policía, podrían portar y usar armas.
2- Transporte:
Este ha sido un problema sin solución por más de medio siglo en Cuba.
Trasladarse dentro de una misma ciudad es casi una misión imposible, que
puede tomar varias horas. Hacerlo de una provincia a otra o de un
extremo de la isla a otro, ciertamente lo es.
Nunca se han construido más carreteras o líneas de tren en Cuba; y se
han abandonado el 90% de estas sin mantenimiento por más de 50 años.
Los automóviles siempre han sido "otorgados" a personas comprometidas
con el régimen y se prohibió la importación de cualquier medio de
transporte.
Aunque recientemente se ha autorizado la compraventa de vehículos, los
precios son inaccesibles para la gran mayoría de la población; que debe
ahorrar más de 20 años de salario íntegro para comprar un automóvil.
Los vuelos de avión también son pocos y caros.
Esto ha traído un efecto negativo no solo para los ciudadanos que no
podían ni pueden trasladarse con facilidad, sino que también ha afectado
el transporte de mercancías, lo que me lleva al siguiente punto.
3- Dinero:
En los primeros años de su revolución, Castro nacionalizó todas las
empresas privadas. Primero las grandes industrias y luego todos los
pequeños negocios, incluso los cajones de limpiabotas.
Más tarde le robaría sus propiedades a los ciudadanos que tuvieran más
de una casa. En algunos casos, permitió que algunas personas conservaran
dos viviendas, mientras no estuvieran a nombre del mismo individuo.
También la compraventa de inmuebles; solo se podía intercambiar una casa
por otra, hasta que hace un par de años se legalizaran las transacciones
inmobiliarias.
Al hacer esto, junto al cambio de la moneda, Castro dejó sin recursos,
en pocos años, a los más de 6 millones de habitantes que tenía Cuba en
aquel entonces.
Él sabía muy bien lo que una clase pudiente podía hacer por un grupo de
jóvenes inconformes para llevarlos al poder.
Así, el 98% de la población pasó a trabajar y depender del estado
castrista para cobrar a fin de mes. Lo que redujo rápidamente el deseo
de protesta por miedo a perder el trabajo. Algo que sucedía y sucede
continuamente cuando alguien se declara abiertamente en desacuerdo con
el régimen.
Así, por lo general, quienes se oponen políticamente a Castro dependen
de la ayuda financiera del exterior por lo que pueden ser acusados
fácilmente de mercenarios.
4- Comunicación:
Afectada por la falta de transporte fluido y constante; manipulada tras
la confiscación de todos los medios de prensa plana, radio, televisión y
cine y rematada con la asignación de teléfonos fijos solo a los adeptos
fidelistas; la comunicación entre cubanos dentro de Cuba, ha sido otro
de los calvarios de nuestro pueblo.
Incluso para personas que apoyaran el sistema, la situación podía
complicarse. Mi abuelo, por ejemplo, quien estuvo en la marina de guerra
toda su vida, solo le llegó el traslado de su teléfono de Holguín a La
Habana a 20 años después de solicitarlo.
Ya él había solicitado uno nuevo que tras esperar también años ya se lo
había instalado. Solo así pude yo tener teléfono en casa de mi madre,
previo cambio de dirección de mi abuelo a nuestro apartamento.
Entonces, 20 años después de la llegada del internet al mundo, Cuba está
cerrada y sin acceso a la red. Cuesta medio mes de sueldo conectarse
durante una hora y ninguna transacción puede hacerse por este medio
dentro de la isla. Esto ha garantizado que no se desarrollen sectores
claves que empoderarían a la sociedad civil y enriquecerían a los
cubanos, como el transporte, las comunicaciones y el poder adquisitivo.
Algo que ha sido siempre el objetivo de los hermanos Castro, ratificado
recientemente por Raúl, cuando dijo que no se permitiría la acumulación
de riquezas, en el marco de las nuevas reformas.
5- Política
Cuba estuvo casi 20 años sin celebrar elecciones de ningún tipo tras la
toma del poder por Fidel Castro.
En 1976 se establece una nueva constitución y con ella el partido único,
el Partido Comunista de Cuba, pasa a ser la máxima autoridad de la
sociedad, por encima de cualquier otro pensamiento político.
A partir de este momento, se afianzó una de las armas más potentes
contra la rebelión en Cuba, pues desde entonces la creación,
participación o apoyo a otro partido político quedó convertido en
delito, lo que siempre ha sido un derecho. Esto viola el derecho de
asociación de la Carta Universal de los derechos humanos.
Así quedaron ilegalizados todos los partidos políticos y la mayoría de
sus líderes fueron detenidos, encarcelados o exiliados. Incluso
sufrieron esto los miembros del Directorio Revolucionario Cubano, con
los que Fidel tenía rivalidad desde antes de 1959. Incluso, algunos
miembros del Partido Comunista fueron perseguidos y torturados.
6- Religión
Esto fue posible porque desde 1959 y hasta 1976, Fidel se había dado a
la tarea de sustituir no solo la fe en Dios, por la fe en su revolución;
sino también porque sustituyó al mismo Dios en todos, o casi todos los
corazones cubanos.
Así empezamos a ver en las puertas de las casas, placas que decían:
"Esta es tu casa Fidel", en vez de la tradicional imagen del sagrado
corazón de Jesús.
Cientos de curas y monjas fueron expulsados del país, se cerraron miles
de organizaciones de caridad, y el estado pasó a ser el único benefactor
autorizado. Algo que ya sabemos es insostenible económicamente.
Aun hoy cuando ya no está prohibido celebrar la Navidad y los arbolitos
no tienen que estar escondidos, ni las Vírgenes y santos tampoco; la
policía persigue y saquea a los grupos de activistas independientes que
reúnen con esfuerzo y ayuda del exterior, juguetes para los niños o
comida para las pobres. Sobre todo si los activistas se declaran a favor
del respeto a los Derechos Humanos.
En la declaración de independencia de los Estados Unidos, Washington y
los llamados padres fundadores de la patria norteamericana,
establecieron que todos los hombres son iguales, porque así lo había
dispuesto Dios; por tanto ningún hombre podía disponer lo contrario. Y
por eso se respetó, aunque hubo una lucha de años para llevar esa máxima
a la práctica, sobre todo una lucha racial. De hecho hubo una guerra
civil, la Guerra de secesión, para que se respetara la libertad
individual de todos los individuos y se aboliera la esclavitud.
En la constitución de 1976 en Cuba y tras casi 20 años de éxodo,
destierro, persecución política y religiosa, se estableció en la
constitución que el partido único era la única religión y su presidente,
el primer ministro y Dios mismo, con todos los poderes en su mano,
incluso el de quitarle los derechos humanos a los cubanos.
Quitarle ese poder divino a Los Castro y restablecerlo en un ser
supremo, respetado por todos: Dios, como instancia divina y en un
sistema capitalista y democrático como instancia legal, es lo que hoy se
nos hace todo un reto. No solo por la maquiavélica acción castrista
constante sino también por el desprestigio de la iglesia católica en
Cuba, que se ha puesto del lado de los represores tantas veces, en vez
de ejercer de embajadora y defensora de Dios y su misericordia y
justicia, ante los cubanos. Como también ha hecho gran parte de la
comunidad yoruba que siempre ha apoyado a los Castro.
No obstante habría que decir que la iglesia cristiana o evangélica ha
dado muchos de sus hijos a esta lucha; y han sacado y sacan, la cara por
el honor de Dios y de todos los cubanos en muchísimas ocasiones.
Probablemente porque son personas de una fe que roza muchas veces en el
fanatismo o sectarismo, algo que ha sido en este caso positivo para la
causa de la libertad de Cuba, pues resulta mucho más difícil
sustituirles la fe que tienen y mucho menos sustituirles a Cristo.
Si los cubanos hoy no se rebelan o pocos lo hacen es porque, por más de
medio siglo, han sido y son sometidos a un control totalitario por parte
de una sola familia: la familia Castro Ruz. Con el consabido riesgo de
persecución, cárcel, exilio o muerte que conllevan hoy la oposición
frontal al régimen castrista.
Source: Las seis armas de Castro contra la rebelión | Cubanet -
http://www.cubanet.org/colaboradores/las-6-armas-de-castro-contra-la-rebelion/
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