viernes, diciembre 26, 2014

El final de una larga guerra

El final de una larga guerra
diciembre 23, 2014 2:32 pm·

Cuba actualidad, Marianao, La Habana, (PD) El pasado 17 de diciembre
concluyó la guerra más larga del mundo. A lo largo de sus 54 años, he
podido militar de hecho en las dos trincheras, como otros muchos cubanos
de mi generación.

Ante todo, debemos reconocer a los muchos caídos, sin distinción de
bando. A fin de cuentas, las víctimas no se diferencian como vencedores
o vencidos.

Dicha guerra comenzó a mis 14 años. No contaron conmigo para declararla,
pero me enrolé en ella gustosamente. Sin embargo, en la práctica las
cosas no fueron como me las imaginaba y a los 18, intenté sin éxito
salir como polizón por el puerto de La Habana. De haberlo conseguido,
probablemente habría estado ayer entre los cubanos que se manifestaron
contra la decisión del Presidente Obama.

Muy joven, me moví varios años en el mundillo de los aspirantes a
navegantes, sin llegar a lograrlo, pero con suerte para no caer. La
última expedición frustrada aconteció en 1970.

Para entonces, ya trabajaba como profesor de Español de Facultad Obrera,
me había casado y mi esposa esperaba un niño. Había debutado como poeta
gracias al nicaragüense Ernesto Cardenal, y mis lecturas de Teología de
la Liberación, habían hecho rebrotar mis juveniles entusiasmos marxistas.

Durante toda la década del 70 descarté la alternativa de salir del país.
Trabajé como maestro hasta mediados de 1977. Quería ser un escritor
socialista crítico. Rechazaba al capitalismo, por considerarlo
incompatible con el cristianismo, pero tampoco acataba al llamado
socialismo real, realmente estalinista.

Así las cosas, conocí a un estudiante chileno quien vivía su exilio en
La Habana y bajo su orientación integramos un círculo de estudio de
marxismo revolucionario, actividad que mientras duró fue apasionante.

Una noche de mayo de 1977 nos merecimos todo un operativo de la DSE, con
AK en ristre y carro-jaula incluidos.

Ahí perdí mi plaza de maestro, porque me aplicaron la parametración, y
gané, casi sin merecimientos, el sambenito de trostkista y pro-chino.
Con estas etiquetas en el lomo, ya pueden imaginarse mis perspectivas en
aquella Cuba marxista leninista.

Llegó el terrible verano de 1980. Sobrevivía como burócrata en una
empresita municipal cuando me negué a participar en uno de aquellos
bochornosos actos de repudio y no tardaron en despedirme.

Entonces comenzó mi actividad como florero, orgullosamente ilegal,
destruyendo el Socialismo por cuenta propia, que se prolongó durante
unos 18 años.

A fines de la década del 80, otra vez ilusionado con la Perestroika,
fundé junto a mi amigo Yndamiro Restano y a un pastor protestante, el
Movimiento Armonía, hoy lamentablemente desaparecido.

Convencidos desde entonces de la obsolescencia de la política
estadounidense frente a Cuba, dirigimos una carta al entonces Presidente
Bush (padre) pidiéndole justamente lo que el pasado día 17 ha concedido
el Presidente Obama, documento que, como tantos que ha redactado nuestra
disidencia, solo ha resonado en Villa Marista.

En fin, he descargado estos retazos autobiográficos, para explicarme yo
mismo por qué me alegré cuando escuché la nueva.

Hoy se acabó por fin la guerra. Ahora nos toca a todos ganar para todos
la paz.

El General Presidente afirmó que lo más importante era conseguir que se
levantara el bloqueo. Me permitiré discrepar. Para mí lo realmente
decisivo será construir la reconciliación nacional entre todos los
cubanos, para abrirle paso a una Cuba realmente nueva, donde
participemos en pie de igualdad todos los cubanos. El restablecimiento
de las relaciones con el gran país del norte, es solo un primer paso en
esa dirección.

Como decía aquel héroe de mi adolescencia: "Todo tiempo futuro tiene que
ser mejor".

Para Cuba actualidad: rhur46@yahoo.com

Source: El final de una larga guerra | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/el-final-de-una-larga-guerra/

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