Deshielo con EEUU encuentra a sociedad civil cubana transformada
Por Patricia Grogg
LA HABANA, 29 dic 2014 (IPS) - La normalización de relaciones entre Cuba
y Estados Unidos abre un camino de "reacomodos no exento de riesgos",
que se inserta con mucha fuerza en el proceso de "transformación
nacional" promovido por Raúl Castro, afirmó Lenier González, uno de los
gestores del proyecto ciudadano Cuba Posible.
En su opinión, el gobernante cubano y el presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, comenzarán a construir una relación bilateral bajo el
fuego cruzado de quienes conciben el paso dado por ambos mandatarios
como una traición. "Cuba y Estados Unidos probarán su capacidad política
de concertar y asumir el presente con pragmatismo y, a su vez, con
creatividad", dijo.
González y Roberto Veiga, coordinador general de Cuba Posible,
conversaron con IPS acerca del previsible impacto político y social que
tendrá en la nación caribeña el cese de más de cinco décadas de
confrontación y la búsqueda de vínculos normales entre los dos países
que, al menos a corto plazo, seguirán siendo opuestos ideológicamente.
"Ahora debemos procurar que las autoridades, los políticos, los
empresarios y las sociedades de ambos países se enrumben por ese camino.
(….) Ambos países resultarán beneficiados, pero sobre todo Cuba, quien
podrá robustecer con equilibrio la economía y las dinámicas sociales, lo
cual a su vez crearía condiciones para reformar, incluso, el modelo
político": Roberto Veiga.
Este proyecto se reivindica como ecuménico y lo impulsan estos dos
laicos católicos junto a un grupo de otros intelectuales cubanos,
incluidos algunos marxistas. Se propone como espacio para fomentar e
integrar criterios diversos y el "diálogo fecundo" entre diferentes
sectores sociales del país, así como distintas corrientes de pensamiento
de la ciudadanía cubana que vive en la isla o el exterior.
El restablecimiento de relaciones cubano-estadounidenses, anunciado por
Castro y Obama el 17 de diciembre, abre una etapa en la cual Cuba
Posible brindará sus espacios y recursos para que cubanos y extranjeros
comprometidos con el progreso de la isla dialoguen y realicen propuestas
encaminadas a consolidar el bienestar de la nación, señaló Veiga.
Para este licenciado en derecho de 50 años, el anuncio simultaneo en
Washington y la Habana "significa el desate del mayor nudo que ha
estrangulado las posibilidades de sostener una dinámica amplia, intensa
y serena de desarrollo en Cuba".
González, comunicador social de 33 años, alertó a su vez que "el
gobierno cubano estará en condiciones de ir facilitando, gradualmente,
el ajuste de la vida nacional", solo si ambos gobiernos logran una
estabilidad en sus relaciones y Estados Unidos se abstiene de querer
inmiscuirse en la vida interna de Cuba,
"Raúl Castro ha utilizado toda la autoridad que su figura posee para
convencer a la dirección política de la isla que la transformación del
modelo cubano es un asunto de vida o muerte. El actual paso dado
respecto a Estados Unidos se inserta, con mucha fuerza, en ese camino de
transformación nacional promovido por él y que ya no tiene marcha
atrás", indicó.
Castro, en el poder desde 2008, cuando reemplazó a su hermano Fidel
Castro, también lidera el proceso de establecer la dirección futura del
país, mediante la paulatina transferencia a las nuevas generaciones de
los principales cargos, proceso que se debería concretarse en 2018,
cuando cumplirá su segundo periodo de cinco años y está establecido que
dejará la Presidencia, con 86 años.
Al respecto, González consideró que "en condiciones de paz, ese relevo
político cubano tendrá mayor capacidad y equilibrio para saldar los dos
grandes desafíos que tiene Cuba de cara al futuro"
Según explicó, estos retos incluyen "la reformulación del consenso
político interno en torno a las metas históricas de la nación –
independencia nacional, justicia social y democratización política- y la
adopción de un conjunto de mecanismos que permita legitimar a ese relevo
político para colocarlo en condiciones de conducir este proceso y
ganarse un lugar en el futuro de Cuba".
"El relevo político cubano tiene el desafío de desatar dinámicas
despolarizadoras, que permitan buscar sinergias y negociaciones con
grupos de cubanos de ideologías disímiles -dentro y fuera de la Isla-
pero comprometidos con esas metas históricas. Necesitamos construir
instituciones que sean capaces de procesar el pluralismo", agregó.
González advirtió que este nuevo escenario encuentra a una sociedad
civil transformada, en la que se ha ido desdibujando "la férrea
dicotomía entre revolucionarios y contrarrevolucionarios", según la cual
"la calle era de los revolucionarios" y "se privaba a todo aquel
disconforme a salir y manifestarse públicamente en contra del gobierno".
A título de ejemplo, mencionó como desde hace algunos años "la calle"
ha sido también de las comunidades religiosas, que han realizado actos
públicos multitudinarios en todo el país, del movimiento LGBTI
(lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) y del
activismo por los derechos de los afrodescendientes, que celebran sus
fechas más importantes con actos públicos.
"Esos grupos de la sociedad civil han tenido que vencer el recelo de los
estamentos oficiales para poder ir ganando legitimidad y acceso a la
esfera pública…, han podido concretar su victoria, progresivamente",
desde que Raúl Castro llegó a la Presidencia.
"Estos sectores 'no disidentes' quieren transformar el país, pero no
derrocar el gobierno", aseguró.
González y Veiga coincidieron en que ante esta realidad social es
necesaria una nueva Ley de Asociaciones "heterodoxa y flexible", de la
cual podría emanar una "regeneración" de la sociedad civil cercana al
área oficial y la necesaria institucionalización de aquella consentida o
tolerada", que sin ser opositora mantiene su independencia del poder.
"En un escenario de distensión con Estados Unidos, el gobierno cubano
tiene el imperativo moral y político de convertirse en garante de toda
la pluralidad política e ideológica del país", subrayó González, quien
considera que a los sectores de la sociedad civil opositora les costará
"mucho trabajo" poder insertarse en este nuevo momento cubano.
La ley de Asociaciones vigente desde 1986 permite crear sociedades
científicas o técnicas, culturales y artísticas, deportivas, religiosas,
de amistad y solidaridad y otras que "se propongan fines de interés
social", pero niega esa posibilidad cuando las actividades propuestas
"pudieran resultar lesivas al interés social" o ya exista otra con
objetivos similares.
Cuba Posible es una iniciativa ciudadana acogida por el ecuménico Centro
Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba (CCRD-C), con sede en la ciudad de
Cárdenas, a 150 kilómetros al este de La Habana, y cuenta con el apoyo
financiero del Departamento de Desarrollo y Medio Ambiente de la noruega
Universidad de Oslo.
El proyecto se propone continuar promoviendo el debate mediante
coloquios, seminarios, talleres y reuniones de disímiles formatos y una
amplia presencia en las redes sociales. Espera además consolidar equipos
de trabajo sobre temas que incluyen la reconciliación y la normalización
de las relaciones de Cuba con Estados Unidos y la Unión Europea.
Editado por Estrella Gutiérrez
Source: Deshielo con EEUU encuentra a sociedad civil cubana transformada
| IPS Agencia de Noticias -
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