Cuba quiere desarrollar turismo de élite en condiciones climáticas adversas
NORA GÁMEZ TORRESNGAMEZTORRES@ELNUEVOHERALD.COM
09/28/2014 8:25 PM 09/29/2014 6:23 AM
Cuba apuesta a potenciar el turismo de élite asociado al golf mientras
la sequía en el país se vuelve más frecuente e intensa.
Según el estudio "Impacto del Cambio Climático y Medidas de Adaptación
en Cuba" reseñado por el diario oficial Granma, los expertos
identificaron la disminución de las lluvias en la región oriental del
país, las altas tasas de evaporación y los eventos frecuentes de seguía
intensa prolongada como factores que inciden "en el deterioro de los
suelos y la disminución de las reservas de agua, lo que repercute de
manera desfavorable en la producción agrícola".
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de Cuba también
informó recientemente que el volumen de agua almacenado en el país había
disminuido al 54 por ciento en agosto, mientras que más de la mitad de
las cien cuencas hidrográficas que aportan agua potable a la isla se
encontraba en un estado desfavorable o cercana a estarlo.
Sin embargo, la semana pasada un funcionario del Ministerio de Turismo
en Cienfuegos dijo a la agencia Prensa Latina que en esa provincia del
centro del país se espera la construcción de ocho campos de golf de 18
hoyos en las zonas de Rancho Luna-Pasacaballos y Playa Inglés-La
Tatagua, como parte del plan de desarrollo turístico hasta 2030.
Anteriormente, el director de negocios del Ministerio de Turismo, José
Daniel Alonso, había dado a conocer planes de extender la construcción
de campos de golf en Cuba a través de empresas mixtas, con capital chino
y europeo.
Alonso informó a la Agencia Nacional de Prensa a mediados de septiembre
de la creación de una empresa mixta entre la compañía estatal Grupo
Palmares y la firma china Beijing Enterprises Holdings Limited, para el
desarrollo de campos de golf e inmobiliarias en la zona de Bellomonte,
al este de La Habana.
Un proyecto similar iba a desarrollarse en esa zona por la firma
británica Coral Capital pero dos de sus ejecutivos fueron investigados
por corrupción en Cuba y liberados en 2013.
Una segunda empresa mixta de Palmares, se creó a inicios de este año con
la compañía británica Esencia Hotels and Resorts, que construirá el
Carbonera Golf and Country Club, con una inversión estimada en 350
millones de dólares. El proyecto incluye un campo de golf de 18 hoyos,
alrededor de 700 apartamentos, un centro comercial y un hotel en un
tramo de playa cercano al balneario turístico de Varadero.
El funcionario también mencionó dos proyectos similares que se están
preparando con participación de empresas españolas, para construir
campos de golf en la zona de El Salado, al oeste de La Habana, y en
Punta Colorada, en la provincia de Pinar del Río. Asimismo se refirió a
zonas como la playa de Santa Lucía en Camaguey y Covarrubias, en las
Tunas, como áreas con escasa infraestructura y donde se pueden crear
"circuitos a distancias que no superen, entre sí, los 30 minutos por
carretera, y en cuyas cercanías se encuentren aeropuertos
internacionales en operación".
El número total de los proyectos en consideración resulta difícil de
conocer pero la agencia de noticias china Xinhua, asegura que Cuba
espera tener en los próximos 15 años al menos 29 campos de golf. En
2012, el Ministro de Turismo, Manuel Marrero, había dicho a la prensa
local que el estado cubano estaba en negociaciones con empresas
extranjeras para construir 16 campos de golf .
Hasta ahora, los reportes de prensa no han abordado el impacto
medioambiental de este boom de los campos de golf en una isla que sufre
sequías frecuentes y ha tenido muchos problemas con el abastecimiento de
agua a la población y la irrigación para la agricultura. Expertos de la
isla calculan que la sequía del 2004, la mayor en 74 años, le costó al
país cerca de $3,000 millones.
El golf moderno surgió en Escocia, uno de los países más húmedos de
Europa. En St. Andrews, donde se encuentra el campo de golf más antiguo
del mundo— St Andrews Links Old Course— llueve como promedio 690.8
milímetros de lluvia durante 121 días del año.
Los campos de golf son grandes consumidores de agua, sobre todo en los
trópicos, que tienen altas tasas de evaporación. Según datos del 2012 de
la Asociación de Golf de los Estados Unidos, los campos de 18 hoyos en
el sureste del país, consumen una media de 4,934 metros cúbicos de agua
al año por cada acre irrigado a un costo de $107,800 anuales. En Estados
Unidos el campo de 18 hoyos tiene como promedio 100 acres, de los cuales
se irriga el 80 por ciento.
Pero el golf es una actividad rentable. Un estudio realizado en el 2008
por el Ministerio de Medio Ambiente español sobre el impacto territorial
de esta actividad, indicaba que la media de los beneficios anuales de un
campo de 18 hoyos se situaba próxima a los dos millones de euros. En
Irlanda del Norte, el turismo asociado al golf genera alrededor de $44
millones anuales para la economía local.
El arquitecto ambientalista islandés Edwin Roald aseguró a el Nuevo
Herald que el golf y las preocupaciones medioambientales no tenían que
estar reñidas. El experto mencionó tendencias en la construcción de
campos de golf que intentan reducir su impacto mediante el uso de
especies de hierba que sean más tolerantes a la sequía, la reducción del
área de césped y su sustitución por arena así como el reciclaje del agua
utilizada, lo cual sería "un gran paso de avance", destacó.
Esto último implicaría una gran inversión en tecnología de tratamiento
de aguas residuales que no está disponible en la isla a gran escala. De
hecho, no es una práctica generalizada en el golf. En Estados Unidos,
solo el 12 por ciento de los campos de golf emplean agua reciclada para
la irrigación.
En el caso cubano, la Estrategia Nacional Ambiental para el 2010-2015
del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente identificó
problemas como "el estado crítico" de las plantas de tratamiento de
agua, que permanecen "paradas una gran parte del año" ; "el agravado
déficit de cobertura de tratamiento de residuales en el país" así como
"el decrecimiento del aprovechamiento y reuso de los residuales líquidos
de la actividad agroalimentaria e industrial" como factores que incidían
en la contaminación de las aguas en Cuba.
Pero aunque Roald advierte que "hay que tener mucho cuidado al
seleccionar las áreas para los campos de golf", está convencido de que
esta actividad "puede ser un gran instrumento para impulsar la economía
y se puede convertir en un recurso para la comunidad, especialmente si
se entiende que el campo de golf puede tener un formato flexible", subrayó.
Este arquitecto ha impulsado la idea de adaptar los campos a los
terrenos disponibles y abandonar la idea de un formato fijo de 18 hoyos.
"Si Cuba quiere convertirse en un nuevo destino para los golfistas, se
encuentra en una excelente posición para destacarse y llevar el golf
sostenible a otro nivel", opinó.
La idea de desarrollar este deporte en la isla forma parte de una
estrategia que incluye también el desarrollo de actividades náuticas
para atraer a un turismo de alto consumo. Desde el 2009, se realiza un
torneo de golf anual, la Copa Montecristo, en el Varadero Golf Club con
el auspicio de la empresa mixta Habanos S.A.
A partir del 1959, los deportes náuticos, el tenis y el golf fueron
criticados como símbolos de la burguesía "decadente" y antiguos clubes
fueron convertidos en "círculos obreros", instalaciones para el
"disfrute" de los trabajadores.
El golf no ha dejado de ser un deporte caro, practicado solo por quienes
pueden pagarlo, pero las percepciones en Cuba fueron cambiando a partir
de los años 90 del siglo pasado, cuando el gobierno volvió a incentivar
el turismo para obtener divisas tras el desplome del campo socialista.
El antiguo Havana Biltmore Yacht and Country Club, en Jaimanitas, al
oeste de La Habana, que contaba originalmente con un campo de golf de 18
hoyos, se convirtió en el Club Habana, un lugar selecto que frecuentan
diplomáticos, artistas y otros que puedan pagar los $2000 anuales que
cuesta la membresía.
También a mediados de 90, el estado decidió la re-conversión del antiguo
campo de nueve hoyos Dupont de Nemours en Varadero, en un moderno campo
de 18, único en el país, para lo cual se contrató al arquitecto francés
Christian Pensu. En La Habana, sólo existía otro campo de 9 hoyos en
Capdevilla, conocido como el "diplo golf", pues sólo los diplomáticos
podían acceder a él.
El Varadero Golf Club fue inaugurado en 1997 y según recuerda Yamilet
Hernández, quien fuera su directora comercial hasta 1999, "casi siempre
estaba lleno pues era el único que existía en Cuba de ese tipo. Sabíamos
con antelación la cantidad de jugadores que íbamos a tener pues
trabajábamos con turoperadores especializados en golf del mundo entero".
Según Hernández, solo los caddies cubanos que se convirtieron luego en
jugadores profesionales utilizaban el campo pues los "green fees" que se
cobraban en aquella época eran de $100 dólares. "¿Quién va a ir a jugar
golf si además no sabe cómo funciona?", agregó.
Para la construcción de los nuevos campos, el gobierno ha ofrecido
extraordinarios incentivos a los inversores extranjeros. Cuba concedería
el derecho de superficie por "99 años o perpetuidad", según reportó la
prensa local.
Puede seguir a Nora Gámez Torres en Twitter por @ngameztorres
Source: Cuba quiere desarrollar turismo de élite en condiciones
climáticas adversas | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article2289864.html
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