Unión Europea, Cambios
¿Hacia la normalización de las relaciones con la Unión Europea?
Los cambios ocurridos en Cuba no significan el fin del totalitarismo,
pero sí que ante la presión interna e internacional el régimen ha tenido
que permitir espacios, que poco a poco han ido creciendo
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 28/11/2012 10:19 am
La Posición Común de la Unión Europea cumplirá 16 años el próximo 2 de
diciembre. Constituyó una iniciativa propulsada por el Gobierno de
España que, entonces como ahora, se encontraba conducido por el Partido
Popular. Es tiempo suficiente 16 años para valorar los efectos de una
política, y ajustarla a las nuevas realidades. Quizás por ello, la UE
acordó el 19 de noviembre iniciar los trámites para la negociación de un
acuerdo de cooperación con el Gobierno cubano.
En el Punto 4 de la Posición Común se prevé adaptar la política hacia
Cuba: "A medida en que las autoridades cubanas avancen hacia la
democracia, la Unión Europea prestará su apoyo al proceso y estudiará el
uso adecuado de los medios a su disposición con este fin, incluidos: la
intensificación de un diálogo político fluido orientado hacia resultados
concretos entre la Unión Europea y Cuba; la intensificación de la
cooperación, y en particular, la cooperación económica; el reforzamiento
del diálogo con las autoridades cubanas, a través de las instancias
adecuadas, con el fin de explorar mayores posibilidades para la futura
negociación de un acuerdo de cooperación con Cuba basado en las
conclusiones correspondientes de los Consejos de Madrid y Florencia".
Quien escribe este artículo ha criticado desde su inicio la llamada
actualización aplicada por el Gobierno cubano durante los últimos años
por ser insuficiente para sacar a Cuba de la crisis. Sin embargo,
indudablemente la situación económica, política y social en el país ha
variado desde el ascenso del general Raúl Castro a la presidencia. Hoy
la gestión privada, aunque muy controlada por el Gobierno ha florecido,
no obstante las múltiples restricciones diseñadas para evitar el
crecimiento de los negocios. Actualmente existen alrededor de 400.000
personas dedicadas al cuentapropismo y se ha entregado tierras a 172.000
usufructuarios, según datos oficiales. Una dinámica que apunta a un
continuado crecimiento del trabajo privado, que se acelerará en los
próximos meses con el arrendamiento de locales para la gastronomía y la
anunciada creación de cooperativas no agrícolas. Por lo tanto, la
iniciativa privada podría dar empleo a más de un millón de personas,
quienes aún bajo un control estatal severo, de todas formas
incrementarán, junto a sus familias, el rango de libertad económica,
fortaleciéndose las concepciones favorables a la iniciativa individual.
En el terreno político, también han ocurrido transformaciones. En primer
lugar la mentalidad del pueblo ha cambiado, sobre todo en los jóvenes.
Las mayorías, agobiadas por tantos años de penurias y engaños,
comprenden que el modelo actual ha fracasado. Los sectores populares,
que fueron la base de sostenimiento del régimen, han sido muy golpeados
por las medidas de ajuste económico emprendidas por el gobierno, sin que
hubiera compensación alguna para disminuir sus efectos negativos. El
escenario también se ha complicado por la creciente desigualdad, que si
bien ya existía debido esencialmente a los privilegios promovidos por el
clientelismo político y la corrupción, así como a causa de la incidencia
de las remesas, se incrementa por el avance de la iniciativa privada. A
pesar de los altos impuestos, restricciones, limitaciones de los oficios
permitidos y la inexistencia de un mercado mayorista, los ingresos de
las personas que laboran en el sector privado en general son
notablemente superiores a los recibidos por quienes trabajan para el
Estado. A todo esto se añade la creciente inflación, sin que salarios y
pensiones aumenten en forma proporcional.
Actualmente, destacados escritores, economistas, académicos, artistas,
cantautores, músicos y otros intelectuales se han procurado espacios
para dar a conocer sus opiniones sobre la realidad nacional. Al mismo
tiempo otros sectores de la sociedad civil tienen publicaciones
independientes, que con apreciable calidad se han convertido en foros de
debate. Paralelamente, se nota el crecimiento de la disidencia pacífica,
en especial de blogueros y jóvenes profesionales, que a pesar de la
represión se mantienen firmes en su búsqueda de la democracia y el
respeto de los derechos. Incluso entre los cubanos residentes en el
exterior se observan cambios, estimulados fundamentalmente por la
impronta de nuevas generaciones con una visión más amplia. Las
elecciones efectuadas en Estados Unidos el 6 de noviembre, evidenciaron
en la Florida un considerable incremento de los votos favorables al
presidente Obama y su política de acercamiento al pueblo cubano, así
como la elección de un representante federal del Partido Demócrata, Joe
García, con una posición más flexible y razonable respecto a los
vínculos con la Isla.
Está claro que los cambios apuntados no significan el fin del
totalitarismo en Cuba, pero sí que ante la presión interna e
internacional el régimen ha tenido que permitir espacios, que poco a
poco han ido creciendo, y paralelamente se han eliminado muchos dogmas y
extremismos de la época de Fidel Castro. Hoy prácticamente todos los
funcionarios afines al líder histórico han desaparecido del escenario
político; se acabó la batalla de ideas; y se ha reducido
considerablemente la agitación política y las marchas compulsadas, hasta
en la televisión se presentan programas donde los artistas consiguen
sutil, y a veces no tan sutilmente, deslizar críticas a la situación
imperante.
Cuba se encuentra en una etapa compleja y contradictoria, inmersa en
reformas insuficientes, lentas y zigzagueantes, sin descartar
momentáneos retrocesos, quizás en parte como consecuencia de pugnas en
el poder, entre reformistas y conservadores. No obstante, el terreno
perdido por el régimen es irrecuperable. El trabajo privado crecerá en
importancia, por muchas limitaciones que se le pongan. Incluso si el
gobierno insiste en mantener las absurdas restricciones para impedir el
crecimiento de los negocios, serán mayores las contradicciones en la
sociedad. Así solo se alentará la violación de las leyes y se ampliarán
los niveles de la corrupción imperante, ya de por si altos.
Con este complejo escenario, quien aspire a ayudar a Cuba en su tránsito
a la democracia no puede promover la exclusión, sino promover puentes
hacia el pueblo cubano en todos los campos posibles, tal como se hizo en
Europa del Este. Por otra parte, la Unión Europea tiene sólidas
credenciales democráticas. Fue un factor importante en los cambios en
los llamados países socialistas, y más recientemente su contribución al
avance de la democracia en el Medio Oriente es notable. En cuanto a
Cuba, su apoyo al pueblo ha sido destacado desde hace muchos años. Su
posición en los foros internacionales se ha situado en defensa de los
derechos humanos, al igual que ha efectuado muchas acciones solidarias,
que han provocado la ira de La Habana. No puede olvidarse su digna
condena a la gran represión de la Primavera Negra de 2003, así como el
otorgamiento de tres premios Sajarov a dos personalidades y una
agrupación opositora por el Parlamento Europeo, siendo Cuba uno de los
países que más distinciones ha recibido.
Por tanto debería acogerse positivamente la gestión iniciada por la
Unión Europea, sin abandono de la Posición Común y su reclamo de
libertades y apertura económica para los cubanos, mientras duren las
conversaciones para el establecimiento del acuerdo de cooperación. Las
negociones no serán fáciles, pues es de esperar los obstáculos que
seguramente intentará crear la facción más reaccionaria e intolerante
del régimen.
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/hacia-la-normalizacion-de-las-relaciones-con-la-union-europea-281834
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