"El régimen ha convertido la ciudad más fastuosa del Caribe en una aldea
fantasmagórica", resume el periodista Arnaldo Ramos en un artículo
dedicado a la situación de la vivienda en Cuba y al estado de las
ciudades de manera general.
martinoticias.com 29 de agosto de 2011
Una cifra aproximada de 50 mil millones de dólares y una amplia
cooperación internacional se requerirá para la construcción,
reconstrucción y modernización de las ciudades cubanas, asegura el
periodista Arnaldo Ramos en su artículo El desastre de La Vivienda,
publicado en Diario de Cuba.
El autor considera que el proceso abarcaría de diez a quince años e
incluiría la demolición de barrios enteros, la remodelación y
restauración de los viales internos de las principales ciudades, el
soterrado de redes eléctricas y telefónicas, la regeneración,
ampliación y fundación de acueductos y alcantarillados.
Las estadísticas oficiales de la Vivienda en Cuba y la realidad palpable
por quien la vive, se contradicen visiblemente: de las 43.000 viviendas
previstas a terminar en 2011, en el primer semestre - señala Ramos -
solo se concluyeron 12.037, el 28,62%; y en particular, de las 19.606
que debían realizarse con esfuerzo propio (por la población) nada más se
llegó al 16.35%, motivado principalmente porque las ventas de materiales
de construcción cubrieron apenas el 15.6% de lo previsto".
En el sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, realizado a finales
del pasado abril, el tema de la vivienda en la isla, así como el del
acueducto y alcantarillado, fue analizado someramente y "se limitaron a
dar una serie de indicaciones intrascendentes", califica el periodista.
Solo 4 meses antes, en Sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
se reconoció un déficit de 500 mil viviendas, menos de la mitad del que
indica cualquier cálculo mínimo. Se pronosticó que para finales del
siguiente quinquenio la carencia se reduciría a un 60%, y un simple
cálculo prevería la solución definitiva para el 2020.
Añade el reporte que cálculos más realistas fijan el déficit de
viviendas entre 1.3 y 1.5 millones de viviendas, y de ellas alrededor de
medio millón en La Habana.
"Las estadísticas oficiales hasta junio de 2010 señalan la existencia de
3.661.020 viviendas en total, de las cuales 1.303.491 —el 35,6%— se
encontraban en regular y mal estado, y solo 1.7 millones de ellas —el
47%— eran de mampostería con cubierta de placa. Para una población al
cierre de 2010 de 11.241.161 habitantes, el índice de ocupación sería de
3.09 habitantes por casa," se explica en el artículo.
Pero más allá de las estadísticas, con un simple vistazo a las ciudades
cubanas, se constata la falta de mantenimiento, pintura y el mal estado
de los muebles sanitarios y eléctricos. Las condiciones técnicas de las
ciudades y pueblos se evidencian además en "el nivel calamitoso de las
redes viales internas, graves problemas de acueductos, alcantarillados y
redes eléctricas, así como de servicios comunales, como es la recogida
de desechos sólidos y escombros".
Las estructuras arquitectónicas de mayor solidez y belleza en la isla
datan de los años 40 y 50. El envejecimiento de las construcciones,
unido a las trasformaciones a que se someten para dar cabida hasta a
cuatro generaciones afecta irremediablemente la fisonomía de las ciudades.
Según reportes de blogueros cubanos y la prensa extranjera, la carencia
de viviendas provoca la construcción de casas rusticas e improvisadas en
barrios marginales o zonas suburbanas. Las medidas asumidas por las
autoridades cubanas van desde la 'advertencia', pasando por el
desalojo, hasta la destrucción de las endebles estructuras. Otra de las
soluciones desesperadas incluye la ocupación 'ilegal' de viviendas de
personas que han salido definitivamente el país.
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