Otro aguacero de libertad
CAMILO ERNESTO OLIVERA | La Habana | 9 Sep 2015 - 10:56 am. |
Entre bajar la cabeza o negarse a ponerle música al cambio fraude, el
En 1995, un grupo de cantautores se reunió para grabar, en
circunstancias difíciles, un compilatorio nombrado "Habana oculta". La
música visible de aquellos años era muy distinta de la que ellos
proponían. La dictadura de la Timba dura, con su Shogun de la Salsa
incluido, saturaba el ambiente. El Ministerio de Cultura y su brazo
discográfico, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM),
estaban muy ocupados en exprimirle los dólares al fenómeno de moda. No
les importaba el otro lado de la canción en esta Isla. Pero a una
pequeña disquera española, nombrada Nubenegra, sí le intereso.
Dos décadas después, los mismos funcionarios del régimen que cerraron
las puertas a aquella "Habana oculta", pretenden hoy abrirlas para
Habana Abierta. Les invitan a grabar disco y hacer una gira de
conciertos por toda Cuba. Integrantes del grupo han accedido a este
tardío y desfasado intento de desagravio. Mientras tanto, otra dictadura
sonora azota a la isla bajo el nombre de reguetón.
Hasta ahora, solamente uno de los integrantes fundadores de Habana
Abierta se ha negado a sumarse a este engendro.
Boris Larramendi contra la mala memoria
Era el mes de agosto de 1993 y el habanero teatro Payret estaba repleto
de jóvenes. En escena actuaba el grupo de rock Havana. Afuera del
coliseo, efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) reprimían
a quienes intentaban acceder al sitio. Halaban por el pelo o
arrastraban, dándole patadas a chicos y chicas menores de edad. Uno de
los golpeados cuando intento impedir aquel abuso fue Boris Larramendi.
11 de Diciembre de 2013, Primer Encuentro Internacional sobre Derechos
Humanos y Pactos de la ONU en Estado de Sats. El cerco de la PNR y la
Seguridad del Estado golpeaba y detenía a quienes intentaban llegar a la
vivienda en 1ra y 60, en Miramar. Antes del mediodía eran apresados,
allí mismo en la calle, Antonio Rodiles, el anfitrión, y varios
colaboradores de su proyecto. Una tarima, colocada muy cerca de la casa,
era ampliada en espera de la actuación de las agrupaciones Arnaldo y su
Talismán y Elito Revé y su Charangon. Era el mitin de repudio con
disfraz de acto cultural. Un aguacero impidió la infamia.
Mientras tanto, Boris Larramendi cantaba para los que habían logrado
burlar el cerco. Afuera anochecía y seguía lloviendo. Los jóvenes que
participaban del mitin de repudio se refugiaron en un garaje contiguo a
la casa de Rodiles. Escuchaban la voz del trovador mientras quienes les
dirigían intentaban disociarlos con consignas. Pero era más fuerte el
aguacero de libertad que llegaba desde la garganta de aquel hombre libre.
…Así que no, muchas gracias, pero no
Ver y sufrir de cerca a los perros del régimen en su labor represiva no
se olvida nunca. Quien conoce cómo piensan y actúan los comisarios y la
policía de la cultura en la Isla, aprende que bajar la cabeza ante ellos
es prostituir el carácter. Boris Larramendi tiene el privilegio
inquisitivo de la buena memoria. Todo parece indicar que sus antiguos
colegas de Habana Abierta carecen de esta.
Hace una década, coincidieron en un estudio de grabación madrileño el
joven Larramendi y un maestro llamado Bebo Valdes. En ese año 2005, Bebo
cumplía tres décadas y media de exilio. A la generación a la que
pertenece Larramendi le negaron y ocultaron el sonido de Bebo. Sin
embargo, la Cuba eterna les unió en la canción titulada "Siempre happy",
que cierra el CD "Boomerang", de Habana Abierta.
Bebo Valdes se prometió a sí mismo que no regresaría a la Isla hasta
tanto el Castrismo dejara de existir. Boris Larramendi acaba de
confirmar que prefiere un aguacero de libertad antes que un desierto sin
derechos y libertades.
Source: Otro aguacero de libertad | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1441759138_16806.html
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