La isla del caudillo a las puertas del nuevo año
¿Qué pueden esperar los cubanos para el 2016?
jueves, diciembre 31, 2015 | Ana León
LA HABANA, Cuba.- En la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones
de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que tuvo lugar el martes 29
de diciembre, quedó reafirmada, una vez más, la miopía de los dirigentes
cubanos en lo tocante a los problemas económicos y políticos de la
nación. Desde los devaneos de un presidente no apto para el cargo, hasta
la sarta de argumentos pedestres que no respondieron a las inquietudes
formuladas por los diputados, lo debatido en la Asamblea ha redoblado el
pesimismo de cualquier cubano que, en lugar de embriagarse hasta la
inconsciencia para celebrar el fin de año, haya prestado atención a lo
dicho por los dueños de Cuba.
Además de los planes surrealistas para los sectores del Transporte y la
Industria, llamó la atención la capacidad inigualable de los diputados
para hacer su pregunta, aceptar respuestas vagas o ambivalentes y
callar. Ni uno solo de los participantes ripostó las explicaciones
descabelladas ni cuestionó el absurdo de comentarios como el del propio
Raúl Castro quien, ante la intervención de un diputado espirituano que
denunció la inflación de los precios de los alimentos, concluyó:
"Debemos buscar soluciones aunque sean transitorias para evitar que unos
cuantos pillos continúen enriqueciéndose. Es necesario tomar medidas en
este sentido, aunque nos volvamos a equivocar".
Esta frase resume la esencia del pensamiento político de los dirigentes
cubanos: tomar decisiones a ciegas y sin temor a equivocarse, porque en
resumidas cuentas esos errores los paga el campesino Liborio o, lo que
es lo mismo, el pueblo cubano. La frase emitida por el Presidente
refrenda el carácter experimental de un socialismo que a golpe de
represión, hambre, fracturas familiares y muertes se ha mantenido
renqueando durante más de cinco décadas. ¿Cuántos millones de pesos y
dólares han costado al pueblo de Cuba medio siglo de decisiones tomadas
a riesgo de equivocarse? Ese es el precio del voluntarismo político,
pero la única respuesta sigue siendo de silencio y pasividad.
Desde hace años el mercado cuentapropista altera los precios a voluntad
y juega con el hambre del cubano sin que se tomen medidas. No hay que
esperar a una Plenaria de la Asamblea Nacional para conocer la
existencia de este mal, pues la queja y la denuncia están en boca del
pueblo. El presidente y sus edecanes son conscientes de la escasez de
alimentos y el alza brutal de los precios; pero estas circunstancias no
les perjudican. Basta con señalar el problema en los medios de
comunicación y simular cierta preocupación para que los crédulos piensen
que será solucionado.
Es una manipulación largamente implementada y dirigida a desorientar al
pueblo, que no se explica cómo el mercado minorista está permanentemente
desabastecido si la emisión de turistas a Cuba alcanzó la apabullante
cifra de tres millones en el año 2015. Piénsese hipotéticamente que cada
uno de esos tres millones de turistas gasta en la Isla solo 100 CUC,
cosa que no sucede. Ese mínimo tentativo de 300 millones es suficiente
para abastecer el mercado minorista nacional durante tres años, si se
administran e invierten adecuadamente. Pero son demasiados el robo y la
malversación.
La iniciativa privada no puede prosperar con los precios abusivos de la
red estatal y recurre constantemente a la ilegalidad y al acaparamiento.
La mala gestión gubernamental en el mercado minorista no asegura la
disponibilidad de bienes para suplir al pueblo y a las personas que
poseen negocios. Dicho panorama, por demás, no va a cambiar en el futuro
inmediato, pues según explicó con especial vaguedad Marino Murillo Jorge
(Ministro de Economía y Planificación), el principal obstáculo para la
existencia de un mercado mayorista es la dualidad cambiaria de Cuba.
Cada año se espera la unificación de la moneda para ser, al menos en ese
sentido, un país normal. Pero cuando esto suceda el cubano promedio no
va a percibir mejoras en su gestión económica, pues los precios
continuarán siendo excesivos en relación a los ingresos individuales y
la vida se tornará más precaria. Se especula que el PIB cubano crecerá
solo un 2% en 2016 debido a la caída de renglones de exportación como el
Níquel. Según el profeta Murillo, esta cifra irrisoria, sobre el 4 %
alcanzado en 2015, constituirá un logro notable. ¿Para quién?
Pese a los reiterados casos de corrupción, ineficiencia e
incumplimientos en la producción durante 2015, Raúl Castro declaró
positivo el trabajo a lo largo del año. Tal aseveración, por supuesto,
no puede entenderse; pero menos aún el inesperado nombramiento de
Jennifer Bello Martínez que, con solo 23 años, sin haber concluido aún
su carrera universitaria ni ser conocida por el pueblo cubano, ha sido
promovida a miembro del Consejo de Estado, con derecho a ocupar un
escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular y, por consiguiente, a
participar en la toma de decisiones en nombre del pueblo de Cuba. ¿Cuál
es el origen de esta joven? ¿Cuáles es su trayectoria además de haber
dirigido la FEU, donde no escasean los cabecillas corruptos? ¿Cuáles son
sus méritos para elevarla a un puesto de tan alta responsabilidad? La
decisión puede ser un intento más para manipular y entusiasmar a la
indolente juventud cubana, pero lo cierto es que pone en evidencia cómo
se dispone del poder en Cuba, sin el conocimiento y la aprobación de sus
hijos.
Tras el opaco discurso de clausura de Raúl Castro, los cubanos solo
pueden esperar, para 2016, el agravamiento de las circunstancias
internas, matizado por una inestable política exterior que ahora deberá
ser replanteada en función de las nuevas administraciones de derecha,
llamadas a enrumbar el destino de países como Argentina, Venezuela y
Brasil, tras el creciente desprestigio de los gobiernos rojos.
Source: La isla del caudillo a las puertas del nuevo año | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/la-isla-del-caudillo-miope-a-las-puertas-del-nuevo-ano/
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