Costa Rica al borde de un colapso en sus servicios de ayuda humanitaria
Miles de migrantes cubanos han hallado refugio en los albergues que las
autoridades costarricenses y organizaciones no gubernamentales disponen
para acogerlos, pero los recursos se agotan.
Iván García Quintero
noviembre 25, 2015
En los últimos diez días, las autoridades del país centroamericano
abrieron nuevos refugios para atender a los más de 3.000 cubanos que
intentan llegar a EEUU y están varados en la frontera con Nicaragua, o
aguardan expectantes en una añeja terminal de ómnibus del poblado Paso
Canoas, a cientos de metros de la frontera con Panamá, una solución a su
caso.
Desde el 15 de noviembre, miles de cubanos se encuentran durmiendo en
albergues temporales por la decisión del gobierno de Daniel Ortega de
negarle el paso a los cubanos, tras un estallido de violencia entre los
balseros de tierra y fuerzas antimotines de Nicaragua.
Pero a pesar de la medida, sigue aumentando el número de cubanos que
arriban Costa Rica por la frontera con Panamá. Por lo general llegan de
noche, en grupos de 50 o 100 personas, a un poblado llamado Paso Canoas
a más de 600 Km al sur de San José.
Allí se hospedan en hostales que cobran entre $5 y $50 dólares la noche.
Los que no tienen dinero tras ser esquilmados por coyotes y traficantes
de personas en Colombia duermen en un andén de buses interprovinciales.
De momento el número de cubanos que han entrado por Paso Canoas superan
los 3.000 y, según comentan los emigrados, al menos más de 300 esperan
en Panamá para cruzar la frontera. Los refugios en los poblados de La
Cruz, Peñas Blancas y San Ramón están rebosados de emigrados de la Isla.
Días atrás las autoridades costarricenses, con la cooperación de la
Iglesia Católica en el cantón de San Ramón, a una hora de viaje de San
José, decidieron habilitar otro albergue con capacidad para 280 personas.
Los cubanos que llegan en ómnibus desde Paso Canoas deben pagar 15
dólares por el boleto, y Martí Noticias pudo constatar que al menos tres
docenas de migrantes se encuentran durmiendo sobre cartones en el piso
del paradero.
La incertidumbre es ahora mismo la mayor preocupación de los cubanos.
Mientras algunos esperan en hostales o a la intemperie una decisión que
escapa de sus manos, otros, que ya cuentan el dinero por centavos,
dispusieron albergarse en un refugio habilitado en la Parroquia La
Pastoral, en el condado de San Ramón.
Después de las dos y media de la tarde un funcionario de inmigración
entregó sus pasaportes a los cubanos que deseaban marcharse a uno de los
centros de acogidas, donde las autoridades les garantizan tres comidas
calientes al día.
A la hora de abordar el bus, alrededor de 50 emigrantes cubanos se
despedían de sus compatriotas que por falta de dinero, o simplemente por
una decisión personal, optaban por quedarse en el poblado fronterizo de
Paso Canoas.
Durante el trayecto de seis horas, entre cerros escalpados y un paisaje
montañoso coronado por volcanes inactivos, muchos cubanos dormitaban,
escuchaban música en sus celulares o conversaban con su familia en Cuba
usando los datos de Internet de las líneas telefónicas que adquieren
localmente.
A mitad de camino el ómnibus fue detenido en un punto de control. Un
rechoncho policía costarricense revisó los pasaportes y en tono
respetuoso alertó al grupo que no intentaran entrar ilegalmente a
Nicaragua. La otra parada del bus fue en un comercio a orillas de la
carretera, donde los inmigrantes estiraron las piernas y muchos miraban
las mercancías que pocos pudieron comprar por su alto costo y finanzas
en números rojos.
El grupo de cubanos llegó al albergue rayando las diez de la noche, hora
local, donde unos 30 voluntarios de la iglesia, la Cruz Roja y el
Sacerdote Gravin Hidalgo lo esperaban para atenderlos.
Ayer, los náufragos en tierra de Costa Rica cenaron sopa, huevos
revueltos, plátano y jugo de naranja. Luego fueron alojados en
habitaciones con cuatro camas individuales.
Según el Padre Hidalgo se "quiere que las familias o grupos de amigos
permanezcan juntos". Pero el goteo imparable de cubanos que escapan del
socialismo tropical de los hermanos Castro le preocupa al párroco
costarricense.
"Acá ya tenemos más de 280 personas. Hemos tenido que habilitar literas
en una sala para poder atenderlos". El trato exquisito y el detalle de
situar una imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, provocó
las felicitaciones por parte de los emigrados cubanos.
"Algunos me han comentado emocionados que ellos hicieron la travesía con
collares de la Virgen de la Caridad como amuletos. Incluso, uno de los
cubanos que atendemos en el refugio me regaló una piedra recogida por él
en el Santuario del Cobre, en Santiago de Cuba. Ese gesto para mí ha
sido un regalo muy valioso. Esperamos atender a los cubanos todo el
tiempo que permanezcan en San Ramón. La sociedad civil de la ciudad, la
iglesia y las autoridades se congratulan de prestar esa ayuda", apuntó
el Sacerdote Hidalgo.
Pero la buena voluntad puede desbordar la asistencia humanitaria en un
país pequeño, que no cuenta con ejército, y dispone de recursos
financieros limitados. Wilfredo Segura, inmigrante cubano, reconoce el
buen trato del pueblo tico y asegura: "En ningún otro país nos han
tratado como en Costa Rica."
Mientras, allá, en Paso Canoas, los cubanos siguen llegando.
Source: Costa Rica al borde de un colapso en sus servicios de ayuda
humanitaria -
http://www.martinoticias.com/content/costa-rica-colapso-servicio-ayuda-humanitaria/109878.html
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