miércoles, diciembre 24, 2014

La movida con Cuba, mera necesidad de seguridad nacional para EEUU

La movida con Cuba, mera necesidad de seguridad nacional para EEUU
Todo este acercamiento entre Obama y Castro no es otra cosa que una
rendición del castrismo
Darsi Ferret, Miami | 23/12/2014 4:36 pm

La victoria que le endilgan a los Castro en el "sorpresivo" anuncio de
acercamiento y normalización de relaciones con EEUU resulta
completamente falsa, un bluff. Tanto los opuestos a la dictadura de La
Habana, que consideran una traición la nueva política de la Casa Blanca,
como los aliados del régimen comunista, coinciden en dar una lectura y
supuesto resultado a los actuales acontecimientos bien diferente de la
realidad. Como se dice en uno de los juegos infantiles: "…están frío,
frío, frío".
Los hechos se muestran claros a la vista, es solo cuestión de apartar
las reacciones emotivas y pasionales, para llegar al análisis objetivo
de este sensible asunto.
El enorme calado de las medidas adoptadas (restablecimiento de
relaciones diplomáticas y empuje por el levantamiento de las sanciones
económicas y financieras, más allá del intercambio de presos), demuestra
que Raúl Castro salió desesperado a tirarse en brazos de los americanos
como última carta de salvación para él y los suyos. Y para EEUU
representa la única oportunidad de entrar a Cuba con delegaciones
políticas como garantes de un proceso de desmonte paulatino y controlado
del régimen, ya que de no subirse en ese bote habrían tenido que hacerlo
un poco más adelante con aviones, barcos y marines, obligados por el
peligro que les supondría el futuro desplome del castrismo con la
consecuente inestabilidad y vacío de poder.
Este escenario de amenaza creciente de derrumbe de la dictadura cubana
se relaciona con el indetenible colapso del chavismo en Venezuela. La
incompetencia de Nicolás Maduro unida a la inviabilidad del sistema
estatista que heredó no brinda garantías de sostener el poder por mucho
más tiempo. La repentina caída de los precios del petróleo en el mercado
internacional vino a convertirse en el tiro de gracia para ese régimen.
Junto con el pronto derrumbe de Maduro se evapora el jugoso subsidio
(unos 13 mil millones de dólares anuales) del que han sobrevivido los
Castro desde 1998.
Como la economía cubana no produce ni es capaz de autoabastecerse, la
caída del chavismo y desaparición del subsidio, dejarán a Raúl Castro
sin su principal fuente de sustentación económica y sin posibilidades de
encontrar otro benefactor sustituto que llegue con la billetera llena de
dinero y la disposición de seguirles manteniendo como manganzones. Tales
circunstancias solo permiten espacio a un mayor deterioro de la tensa
situación interna dentro de Cuba, que inevitablemente empujaría a un
estallido social.
Llegar a enfrentarse con un estallido social no solo aterra a los Castro
y su séquito cercano, también EEUU le tiene pánico, debido a que
tendrían que tomar asunto directamente para asumir sus nefastas
consecuencias. La pérdida de control del poder implica para los Castro
el peligro de arriesgar la vida, la libertad y la riqueza usurpada
durante el medio siglo de dictadura. Por otro lado, la isla podría
abocarse en una etapa de inestabilidad que conduciría al éxodo masivo e
incontrolado hacia EEUU. Y peor aún para la Casa Blanca, la
inestabilidad en Cuba la haría demasiado atractiva para el narcotráfico
y el terrorismo internacional, cuyos grupos tratarían de establecer
refugio y base operativa en la isla para situarse a escasas millas del
territorio norteamericano.
Entonces, ¿de qué estamos hablando?
Todo este acercamiento entre Obama y Castro no es otra cosa que una
rendición del castrismo. Raúl Castro ha salido desesperado a recabar el
apuntalamiento económico de los EEUU para evitar el desplome, y se ha
comprometido sin posibilidades de otra alternativa futura a desmontar el
régimen en un proceso gradual y controlado, negociando con la Casa
Blanca que se llegue al final con la garantía de amnistía para él, su
familia y la cúpula de su dictadura.
Los americanos están obligados por las circunstancias a priorizar sus
intereses geoestratégicos de seguridad nacional. Su problema con Cuba se
resume a obtener la garantía de estabilidad en la isla. Se han lanzado a
aprovechar la vía diplomática que conduce al desmantelamiento del
régimen y la amenaza que este representa. Y en caso de malograrse ese
camino sin retorno, les queda a mano la solución militar que constituye
para ellos la no deseada pero obligada invasión con ocupación que
mantenga la estabilidad en el país.
Aclaremos que por ningún bando ha ocurrido un renacer de buena voluntad,
ni mucho menos un despertar de cariño o preocupación por la suerte o la
libertad del pueblo cubano. Simplemente los americanos no quisieran
tener que sumar otro evento costosísimo de meter las botas de sus
uniformados en otro país de la región al estilo de Granada (1983),
Panamá (1989) o Haití (2004). En pleno siglo XXI y dados los
acontecimientos, enredarse en una invasión a Cuba les resultaría de unas
consecuencias políticas incalculables. Y en el caso de los Castro, están
dispuestos a todo menos a la posibilidad de que cuelguen sus fotos en la
misma pared donde se encuentran los retratos de Nicolae Ceaucescu,
Muanmar el Gadafi, Sadam Husein o Manuel A. Noriega.
Obama quiere estabilidad en la isla. Raúl amnistía. Y para alcanzar
ambos propósitos les urge mantenerse en control del panorama mientras se
desenvuelve el proceso negociador del desmonte gradual y ordenado del
régimen.
La otra gran lectura del acercamiento entre Obama y Castro, es que la
oposición quedó fuera de la mesa y ni siquiera fue consultada. La mayor
responsabilidad es de la propia oposición por estar dividida, enfrentada
y sin mostrar madurez política ni rumbo estratégico. Esta realidad
lamentable que deja en mejor posición a la dictadura en medio de las
negociaciones con EEUU, se puede aprovechar y hacer que sirva de
estímulo para superar los escollos y lograr por primera vez la necesaria
unidad.
Los líderes de los distintos grupos de la oposición tienen la
responsabilidad de crear una gran coalición, sustentada en una agenda
mínima de coincidencia. El peso de esa voz será imposible no tomarlo en
cuenta. Lo lamentable para la oposición es que si no se monta en este
tren que ya arrancó y se desplaza por los rieles, simplemente seguirá en
el andén, fuera de todo protagonismo en el momento histórico que vive la
nación. Para el pueblo cubano la buena noticia es que de una u otra
manera, o guiados por unos u otros actores, pronto le llegará la
imprescindible libertad. El amanecer está más cerca que nunca.

Source: La movida con Cuba, mera necesidad de seguridad nacional para
EEUU - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-movida-con-cuba-mera-necesidad-de-seguridad-nacional-para-eeuu-321327

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