Nuevas élites mini-revolucionarias
[29-10-2014 17:13:41]
Martín Guevara Duarte
Escritor
(www.miscelaneasdecuba.net).- Ahora que Cuba ha decidido cambiar
definitiva aunque solapadamente su modelo de sociedad, la estructura y
las bases de su economía, y que comenzarán a florecer de un momento a
otro el novedoso empresariado nacional, previsiblemente proveniente de
las actuales jerarquías dada la cercanía al poder y dados los parámetros
corporativos que irán derogando ellos mismos, sería conveniente
reflexionar acerca del perfil de este tipo de nuevo rico que se avecina,
pero que ya tiene sus antecedentes en las metamorfosis soviéticas hacia
la Federación Rusa, en el Este de Europa, en Viet Nam y últimamente de
modo paradigmático la gigante y milenaria China.
La modalidad del nuevo empresario de la sociedad post comunista reúne
una serie de particularidades comunes, a saber:
Está más predispuesto a la competencia voraz que el empresariado gestado
en las sociedades de mercado aunque esté menos preparado para acometerla.
Es un elemento descreído, apóstata de toda ideología, religión,
filosofía que promulgue una finalidad basada en principios morales.
Es ateo, agnóstico, y además descreído de su propio adoctrinamiento.
Siente que pagó antes de comer, de modo que comerá a placer hasta
reventar. Mientras el empresariado formado en la sociedad de mercado en
algún momento de su vida puede experimentar la necesidad de un aporte
espiritual a su vida, puede llegar a replantearse el sentido de lo
hecho, allí en los diferentes recodos que las edades y sus invitaciones
a la reflexión deparan a lo largo de la vida al hombre, en cambio el
nuevo empresario formado en los obligados lemas de la igualdad social,
en su momento de inflexión, suele reflexionar y revisar su trayectoria
precisamente en el sentido opuesto, autocriticándose el dispendio fútil
de energía y considerando que es momento de concentrarlas en beneficio
propio, que es hora de no perder un minuto más en las viejas consignas
engañosas ni en utopías estériles.
Considera una pérdida de tiempo la hipocresía habitual en el rico
tradicional para equilibrar la culpa.
No pide permiso, no pide perdón ni da las gracias. Paga.
Para esta nueva clase la ostentación de la riqueza es un saludable signo
de buen gusto.
No se explican la filantropía ni el mecenazgo en el arte. Aborrecen la
cultura pero invierten grandes cantidades de dinero en pinturas y
esculturas sensibles de revalorizarse.
Son directos, sinceros, primarios, sin barnices, sin profundidad.
Enriquecen vertiginosamente a los fabricantes de cuanto elemento
distintivo de mal gusto característico del nuevo rico pulule en los
alrededores.
Visten visiblemente mal y se saltan semáforos a bordo de sus lanchas
urbanas fabricadas en exclusiva para ellos, están incapacitados para
entender que un Rolls Royce gris pueda constituir para nadie en su sano
juicio, un símbolo de distinción.
Mientras con el mayor descaro, dejan ver que sus poderosos padres
los criaron lo más lejos posible de aquellos lemas con los que
adormecieron y atenazaron durante medio siglo a todo un país, y cambian
la retórica en sus palabras aunque jamás en sus costumbres, empiezan a
habituarse a destapar botellas caras de champán, aunque lo beban a pico
de botella y unos pocos en copa, pero mezclado con cubitos de hielo.
Cuando digo que soy cada día más zapaterista, no zapatista de Chiapas,
sino simpatizante de José Luis Rodríguez Zapatero, lo hago en parte para
provocar, un poco llevado por esas eternas ganas de joder, no
obstante algo de cierto hay en tal afirmación.
Y además me place decirlo a partir de que los especialistas en estar
siempre donde calienta el sol, se pusieron tan en contra.
Llevamos dos años y medio de un gobierno que subió para arreglarlo todo,
con el voto del vulgo corrompido, del vulgo tentado a ceder derechos y
logros a cambio de una pocas rupias.
El proletariado y la clase media "descalzas" (más que "desclasadas" como
diría Marx) y una pequeña copa de anís perfumado para la resaca matutina
de toda esa avaricia nocturna.
Dos años y medio en que no se hizo ni una sola cosa que alegrase a las
mayorías, a las pequeñas minorías marginadas, o a las grandes minorías,
sino que sólo se han emborrachado de felicidad hasta ahora, los del
circuito cerrado, los que saben el secreto del monje orondo, el secreto
del ábaco, la miseria del brillo y ese terror a estar al ras del suelo.
Los que se miran al espejo con el ombligo de lado.
Los que rompen el amor.
Los cuatro primeros años de Zapatero, fueron una orgía de placer, un
"orgasmo permanente" como decía Zerolo, leyes para alivianar el dolor de
las minorías relegadas, leyes en favor de la vida, mil vidas más por año
en tráfico, miles de vidas menos truncadas por el tabaco, el terrorismo
desterrado, nos sacó de la guerra de Irak a los cuatro días, restitución
de los represaliados, ley contra el abuso a la mujer, de apoyo a los
discapacitados, al matrimonio gay, apoyo a la cultura, al arte y un
extenso etcétera.
Luego hubo un año más de alegría, de nuevas disposiciones para la gente.
Y entonces arribó el fin del disfrute de la estafa que se había estado
llevando a cabo durante años, eufemísticamente llamada "crisis".
Entonces esto descolocó a Zapatero. Al FMI dirigido por la picarona
eminencia Rodrigo Rato. A Bush. A toda Europa, a toda Asia, a Standard &
Poor's, a Murdoch, a Turner, a Morgan Stanley y a la mismísima Lehman
Brothers, y a cuanto fiestero quedaba en el amplio salón de la jarana y
la contorsión, con la nariz llena de polvo de tiza bailando al son de
los jadeos y de las últimas luces.
El gobierno del PP en dos años no ha dado ni una sola satisfacción, ni
siquiera a sus votantes, por el contrario se desvanece en escándalos de
corrupción que no tienen ninguna consecuencia penal para los corruptos y
corruptores, pero que al parecer no les está saliendo gratis en cosecha
de simpatía de la población.
Incluso ese sector del proletariado y la clase media que se creían codo
a codo con los banqueros y la gran patronal por votar al PP, ya se están
empezando a asquear, y eso que son de estómago muy fuerte.
Tampoco me entusiasman las soluciones que afloran a la par del odio, de
la bronca, cuando estas están hirviendo. Desconfío de quien dice venir
sólo para hacerme el bien, en el momento ese que asegura que su único
interés en la vida, es subir a lo más alto para hacerme el bien a mi,
que sólo le interesa la suerte de la gente.
Cuando el país votó en masa a la solución mágica del Partido Popular,
tenían la duda de si podrían solucionar el entuerto de la mal llamada
"crisis", sin embargo tenían la total certeza, de que lo primero que
iban a hacer era atentar contra todo lo que oliese a derechos de la
gente común, lo que atufase a igualdad de posibilidades, lo que se
pareciese a una flor.
Por eso le llamamos la corrupción del proletariado.Porque eso lo sabían
bien.
En aquellos días me placía repetir que le estaba muy gradecido a ZP por
su temple y por algunas cosas más, la gente me miraba como a un loco.
La gente está loca. Hoy, aunque sólo han pasado dos años, nos parece
que hace una eternidad desde que están los cuervos en el poder, Zapatero
es como un cuento del lejano pasado, de otra Era, un insulto, una manera
de patear balones desinflados afuera; el ahora calladito José María
Ansar, se percibe infinitamente más cerca gracias a sus chanchullos, sus
amistades, sus enchufados de rabiosa actualidad, por las arcadas que
pueden llegar a dar incluso a esa gente de estómago muy duro.
A todo esto, vale decir que el de la ceja, ni ha asumido un cargo en una
eléctrica, ni en una consultora, ni en una exclusa fecal, como cada ex
presidente o ex ministro tuvo a bien hacer, tiene una casa normal, su
esposa sigue intentando cantar, las hijas haciendo su propio camino, y
él leyendo a Borges, aunque espero que algún día, lea también "1280
almas" de Jim Thompson.
Source: Nuevas élites mini-revolucionarias - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/545112353a682e0e68bc6035#.VFEYZfnF9HE
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