¿Qué pasaría si los blogueros oficialistas cubanos defendieran al
socialismo?
Si Elaine quisiera defender el socialismo, tendría que argumentar en su
blog a favor de una genuina socialización del poder, que es finalmente
la esencia del socialismo
Haroldo Dilla Alfonso, Santo Domingo | 30/05/2011
No figura en mis preferencias analizar los textos de los pregoneros
oficialistas cubanos que pululan en la blogosfera, pues francamente
siento que, como decía Marx, se colocan por debajo de la crítica.
Siempre sucede con los extremistas de todas las aceras: son necios hasta
el hastío. Y no hay manera de criticar la necedad. Menos aún cuando los
necios se muestran orgullosos de su condición.
Pero ahora resulta que navegando llego a un blog llamado "la isla
desconocida" (¡pobre Saramago!) y me encuentro con un artículo enervante
a cargo de un conmilitón de la blogosfera gubernamental cubana
denominado Enrique Ubieta. Es un escritor tedioso, fanfarrón, cuyo
pésimo castellano golpea con insistencia arrítmica todas las teclas del
sentido común. Nunca lo leo y solo llegué allí siguiendo otro rastro,
casi de casualidad. Y si me detuve en su blog fue porque encontré algo
interesante que obviamente no tiene que ver con Ubieta.
La historia es como sigue: hace unos días CE publicó una entrevista en
dos partes realizada por Luis Manuel García al profesor Ted Henken. Un
buen regalo por parte de ambos. Ted no es solamente un acucioso
investigador —ahora inmerso en el apasionante tema de la blogosfera
cubana— sino también un activista intelectual, y desde su cátedra
neoyorkina ha promovido encuentros y debates apasionantes sobre la Isla,
que han incluido a personas de posiciones diversas. Y su blog refleja
esta loable inclinación. Las declaraciones de Henken en su entrevista
dan cuenta de su interés académico por la diversidad, y ofrece un paseo
—al menos para mi, inédito— por el embrollado laberinto de este mundo
que cada vez más es parte inseparable de nuestras vidas cotidianas y de
la actividad pública mundial.
Ted Henken ha sido tan exitoso que el Gobierno cubano lo expulsó y le
advirtió que no le iba a permitir nuevas visitas a la Isla. Yo lo
felicito. De ahí probablemente el ataque de Ubieta a Ted, como buscando
una trinchera donde demostrar su combatividad de condotiero
insustancial. La respuesta de Ubieta es lo mismo de siempre. Tras
insultar a Ted de muchas maneras —le dice maniobrero divisionista,
auspiciador de blogs contrarrevolucionarios, ensalzador de pandillas—
nos confiesa que él vive la misma vida de los "cubanos de a pie". Lo
cual me apena, porque indica que a pesar de sus desvelos, este eterno
mozalbete no ha sido aún incluido en la nomina de los libelistas que
reciben sus mesadas/CUC. Y que ya se le acabó el dinero restante de sus
viáticos cuando recorrió España de la mano de los comités estalinistas
de amigos de Cuba jurando que Zapata era un delincuente común con
tendencias esquizofrénicas.
La novedad estaba en un comentario, de una joven llamada Elaine que
posee un blog propio, e inobjetablemente más inteligente que Ubieta, lo
cual no requiere esfuerzos adicionales. Les recomiendo el comentario.
Elaine defiende tibiamente a Ted y luego pasa a criticar un hecho
ciertamente inconveniente: que algunas embajadas ofrezcan lugar y
servicios a los blogueros opositores para trabajar. No es una situación
deseable, pero al final se inscribe dentro del morbo que genera la
situación en Cuba, donde hay un estado que niega el acceso de la gente a
Internet, no permite la oposición organizada y resulta tan débil y
frágil que tiene que mantener en permanente hostigamiento a un grupo de
disidentes para garantizar su propia estabilidad. Los blogueros no
oficiales tienen que buscar quien les permita acceder a Internet, y, o
lo hacen pagando en los hoteles por una hora de servicio lento y
perezoso (como el ingenio de Ubieta) o lo buscan en las instituciones
que les dan el servicio gratis: según Elaine/Ubieta, algunas embajadas
en La Habana. Si la oposición fuera legal esto no fuera un problema, o
al menos no fuera un problema diferente a los vínculos que mantienen las
embajadas cubanas con sectores afines de la izquierda en todo el mundo.
La pregunta clave es, según Elaine, si esas embajadas (Oficina de
Intereses incluida) le permitirían tiempo de máquina "para escribir mis
posts, e incluso otros, donde apoye al socialismo en Cuba". Una pregunta
interesante, para la cual no tengo respuesta.
Pero vale la pena tratar de responderla haciendo un ejercicio. Si Elaine
quisiera defender el socialismo, tendría que argumentar en su blog a
favor de una genuina socialización del poder, que es finalmente la
esencia del socialismo. Tendría que abogar por un sistema con formas
diferentes de propiedad, donde exista un vigoroso sector de economía
asociativa, y donde las propiedades privada y estatal se beneficien con
formas de participación, cogestión o autogestión que hagan transparente
la actividad empresarial en beneficio del bien común y de una relación
amistosa con el medio ambiente. También de un sistema social equitativo,
que premie sustancialmente el mérito y donde el Estado asuma como
deberes los derechos de las personas comunes. Pero que no distribuya
miseria, sino efectivamente riqueza. De un sistema político de
democracia pluralista, elecciones y prensa libres y pleno respeto a los
derechos civiles y políticos de los ciudadanos. Un sistema democrático
participativo donde la gente tenga derecho no solo a opinar, sino a
exigir ser tomada en cuenta. Debe, finalmente, abogar por un sistema
alternativo que, según Marx, tendría que ser "…una asociación en que el
libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre
desenvolvimiento de todos".
Y si Elaine quiere defender así el socialismo para Cuba, no tiene otra
opción que denunciar el estado de cosas existente en la Isla: una
economía decadente que arrastra a la bancarrota a los servicios sociales
básicos, una clase política parasitaria en cuyo seno ya se incuba la
burguesía emergente del futuro capitalismo cubano y un régimen político
autoritario que priva a la gente de casi todos sus derechos políticos y
civiles. Debe denunciar que los cubanos no pueden viajar libremente, ni
regresar a su país como lo hacen los ciudadanos de cualquier otro lugar.
Debe atacar con dureza a quienes privan de libertad a los que piensan
diferente, tal y como lo hizo una comunista polaca/alemana respecto a
los bolcheviques antes de ser asesinada, justamente por ser comunista.
Debe oponerse con vigor al colectivismo ramplón que disuelve las
individualidades en un concepto de "pueblo" que luego es absorbido por
un partido —uno solo—, y el partido por una élite octogenaria y
corrupta. Debe, como mínimo, preguntarse por qué la gente se va de Cuba
y por qué la población no crece en la Isla.
Y si Elaine hace eso realmente, es decir, si aboga por un sistema
socialista en Cuba, creo que no va a tener más remedio que tocar a la
puerta de la embajada de Holanda para que la dejen usar Internet.
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