25-06-2010.
Elías Amor, Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Contraloría General creada por Raúl
Castro en 2009 ha empezado a emitir informes. La V Comprobación Nacional
al Control Interno, como se denominó a la auditoría realizada por este
organismo, fue realizada sin previo aviso por 3.895 profesionales,
técnicos y estudiantes en una "muestra aleatoria", y no necesariamente
en centros en los que se hayan producido denuncias o indicios de
irregularidades.
A diferencia de lo que sucede en cualquier economía de mercado libre, en
Cuba, el Estado, propietario de una parte significativa de la riqueza y
de la producción que se genera en el país, ha decidido auditar sus
propias actividades.
En una economía de mercado, donde las empresas son las unidades que
generan empleo, actividad y riqueza, existen otras empresas privadas y
profesionales que realizan esta actividad de control y seguimiento de la
actividad empresarial, y emiten informes sobre la adecuación de las
cuentas. Las empresas deben someter sus cuentas a los informes de
auditoría para cumplir con la legalidad, pero también para ofrecer una
imagen real de su actividad y al mismo tiempo, detectar deficiencias
que, posteriormente, son subsanadas.
Uno de los aspectos fundamentales de la economía de mercado es la
transparencia y la claridad de la información. Cuando esto falla, mal
van las cosas. Por suerte, la auditoria es una actividad solvente y bien
cohesionada en todos los países con economía de mercado.
En el castro raulismo, donde la actuación de lo público es absorbente e
ineficiente para atender las necesidades mínimas de la población, el
control de las cuentas, la auditoría es un instrumento al servicio del
Estado para controlar la actividad de las empresas que son también
propiedad del Estado.
En suma, para comprender en qué consiste todo este montaje, pensemos que
en España la Intervención general del Estado se encargara de la
auditoría de todas las empresas españolas, y no sólo de los organismos
dependientes de la Administración. Esa es la triste realidad de la
economía castro raulista. Y lo bueno es que, al parecer, no se anda por
las ramas, y se ha empleado bien a fondo en su actividad.
Levantar las alfombras corroídas de las empresas estatales cubanas, ha
permitido a la Contraloría del régimen observar que "en el 20% de las
empresas estatales en abril se detectan deficiencias, descontrol
administrativo y falta de respeto a las normas legales, entre otras
irregularidades", en una nota difundida el diario oficial Granma.
El periódico, portavoz del Partido Comunista y al que debemos suponer,
aliado del gobierno castro raulista, publicó que las "deficiencias"
encontradas en "muchas entidades" durante la inspección realizada por la
Contraloría General de Cuba demuestran que "se ha trabajado con poco
rigor y muy superficialmente". Yendo más lejos aún, la vicepresidenta
del Consejo de Estado y Contralora general, Gladys Bejarano, una mujer a
la que se le supone mucho poder dentro del régimen, a tenor del cargo
que ocupa y las cosas que se permite decir públicamente, afirmó "que el
principal problema que existe en la isla es el irrespeto a las normas
legales".
¿De qué estamos hablando? Por favor, seamos serios. No respetar las
normas legales se llama en Cuba, y en cualquier país del mundo, delito.
¿Entonces a qué están esperando para actuar? ¿Es que el
"perfeccionamiento empresarial" que puso de moda Raúl Castro a finales
de los años 80 no sirve y da pésimos resultados?¿Es que las empresas del
régimen, en su mayoría con lazos familiares con el ejército, son un
auténtico foco de corrupción?
Todo esto nos puede hacer pensar en nuevas e inminentes purgas de corte
estalinista. ¿Será esta la sorpresa que anuncia Moratinos a quién le
quiere escuchar para este verano? No, no lo creo. Tampoco creo que en
las empresas, dirigidas por militares de la confianza de Raúl Castro, se
vaya a cesar a nadie.
Tal vez, lo que sucede realmente es que las normas a cumplir son tan
absurdas que fomentan su incumplimiento. Detrás de todo este problema
aflorado por la Contraloría, lo que existe es una compleja maraña de
burocracia, intereses partidistas y personales que combinado con la
ausencia de derechos de propiedad y libertad para el ejercicio de
empresa, han convertido a la otrora floreciente economía cubana en un
caos. Un ejemplo de las consecuencias nefastas del sistema comunista e
intervencionista que ya no existe en país alguno del mundo, y que las
consecuencias del Informe de la Contraloría, piden a gritos su
desaparición también en Cuba.
Porque, si no, ¿qué son, y cito textualmente la nota de Granma, "las
irregularidades detectadas como el "descontrol administrativo y
contable", la falta de "asesoramiento profesional e inconsecuencia con
la aplicación del plan de prevención", así como el "exceso de confianza
de algunos directivos en cuanto a los problemas de sus centros", si no
unos vicios heredados de 51 años de incompetencia y de mal
funcionamiento de un sistema económico?
Lo peor de todo esto es que dudo mucho que las conclusiones de la
Contraloría sirvan para algo. Las purgas estalinistas se resuelven de
otro modo. Y no creo que los dirigentes de las empresas estatales castro
raulistas vayan a tomar medidas para poner solución a los graves
problemas. Como sucede en aquel régimen, siempre hay un culpable por
encima de ellos, y al final, cuando se van buscando vínculos de
jerarquía hacia arriba, siempre se llega al mismo punto. Ustedes ya me
entienden.
En esta etapa de cambios, de idas y venidas, de decisiones poco
afortunadas que, al poco tiempo, se cambian por otras incluso peores, de
indefinición, de desinformación, nada bueno cabe esperar para la
economía cubana. Sus indicadores macroeconómicos apuntan a una grave,
intensa y profunda crisis que sólo es paliada con la ayuda a corto plazo
de Venezuela, que en un determinado momento, puede tocar a su fin.
Nadie está preparando a la economía cubana para cuándo esto ocurra, y
nadie piensa que el modelo se encuentra agotado a la espera de su única
modificación real: propiedad privada y ejercicio de la libre empresa en
una economía de mercado amplia y generalizada, donde el Estado, asuma
las funciones que le corresponden y nada más. Insisto, cuanto más tiempo
tarden en empujar el barco en esa dirección, peor será para todos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=28514
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