Los derechos humanos en Cuba
La disidencia se moviliza contra el régimen
Decenas de detenciones en varias ciudades para evitar que los opositores
acudan al sepelio de Orlando Zapata - Raúl Castro culpa a EE UU de la
muerte del prisionero
MAURICIO VICENT - La Habana - 25/02/2010
La muerte del opositor y prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata
Tamayo después de 85 días de huelga de hambre desató ayer una ola de
indignación en el movimiento disidente. Tanto opositores moderados como
de línea dura condenaron en términos enérgicos lo que califican como un
"crimen premeditado" y un abuso de poder, mientras decenas de activistas
se movilizaron para protestar pacíficamente y asistir al entierro,
previsto para esta mañana en la localidad de Banes, a 830 kilómetros al
este de La Habana, en la provincia de Holguín, de donde era oriundo
Zapata. Fuentes de la disidencia denunciaron que el Gobierno practicó
decenas de detenciones y retuvo en sus casas a numerosos opositores para
impedir que acudieran al sepelio.
Fuentes diplomáticas creen que la muerte tendrá repercusiones considerables
La Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que preside
Elizardo Sánchez, aseguró que durante todo el día de ayer se produjeron
detenciones en las provincias centrales y orientales del país, desde
Villa Clara hasta Manzanillo, para evitar que los opositores llegaran a
Banes. "Tenemos confirmadas al menos 30 detenciones y otros tantos
arrestos domiciliarios, con la amenaza de que si salen irán a la
cárcel", aseguró Sánchez.
Martha Beatriz Roque, miembro del grupo de los 75 y con una licencia
extrapenal por motivos de salud, partió desde La Habana hacia Banes en
un microbús en compañía de una decena de damas de blanco y opositores
como Vladimiro Roca. Roque aseguró telefónicamente que aunque a ellos no
les habían impedido viajar, otros activistas de la capital fueron
detenidos preventivamente.
"La muerte de Orlando sin duda es un reto para la oposición; y para el
Gobierno es un problema muy grave: quien permitió que esto sucediera no
midió el alcance político", afirmó la disidente. Mientras, más de medio
centenar de activistas y damas de blanco se reunieron en casa de una de
las líderes del movimiento, Laura Pollán, en pleno barrio de Centro
Habana. La vigilia, para expresar las condolencias por el fallecimiento
de Zapata, duró todo el día y fue seguida de cerca por un considerable
despliegue policial.
Fuentes diplomáticas europeas dijeron que la muerte del prisionero de
conciencia va a tener repercusiones considerables. El propio Raúl Castro
se refirió ayer a lo sucedido durante una visita que realizó al puerto
del Mariel en compañía del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da
Silva, quien realiza su cuarto viaje oficial a la isla desde que llegó
al poder. El presidente cubano lamentó la muerte de Zapata, si bien
responsabilizó del hecho a EE UU por su política de hostilidad hacia la
isla y negó que en su país hubiera presos políticos ni torturados. "No
existen torturados, no hubo torturados, no hubo ejecución. Eso sucede en
la base de Guantánamo", aseguró Castro, según versiones de webs oficiales.
Desde el pueblo de Banes, la dama de blanco Berta Soler dijo a EL PAÍS
que la localidad estaba tomada por agentes de la seguridad del Estado
que impedían el acceso de los opositores. Pese a ello, unas 40 personas
lograron llegar a la casa de la familia de Zapata, donde ayer fue velado
el cadáver. La policía se encargó de trasladar los restos del opositor
desde La Habana y conminó a los familiares a enterrarlo de inmediato.
Según Soler, tras una tensa negociación, la familia logró de plazo hasta
hoy por la mañana para velar el cuerpo.
La Embajada española hizo llegar el pésame a la madre del opositor,
Reina Luisa Tamayo, quien calificó su muerte de "asesinato" y pidió la
libertad de los demás presos políticos "para que no vuelva a suceder" lo
que ocurrió con su hijo.
La muerte de Zapata provocó una ola de indignación en el movimiento
disidente como no ocurría hacía tiempo. Opositores de todas las
tendencias denunciaron el "crimen" del Gobierno de Raúl Castro.
El socialdemócrata Eloy Gutiérrez Menoyo, quien pasó 22 años en cárceles
cubanas, recordó que él realizó varias huelgas de hambre y que las
autoridades nunca cedieron. "Con el argumento de que no negocian bajo
posiciones de fuerza dejaban morir a la gente, y eso es lo que ha
sucedido ahora", afirmó.
Zapata, de 42 años y albañil de profesión, fue detenido en 2003 y
condenado a tres años de prisión por desacato. En la cárcel, por su
actitud de rebeldía y enfrentamiento a las autoridades, fue sometido a
varios juicios y acumuló condenas por más de 30 años de prisión.
Fuentes familiares dijeron que comenzó la huelga de hambre a principios
de diciembre en protesta por las palizas constantes que recibía en la
cárcel de Holguín, donde cumplía sentencia. De Holguín fue trasladado a
otra cárcel en Camagüey, y de allí, cuando se agravó su estado, al
hospital de la principal prisión de La Habana. Zapata murió el martes a
mediodía en el hospital Hermanos Almeijeiras.
La disidencia se moviliza contra el régimen · ELPAÍS.com (25 February 2010)
http://www.elpais.com/articulo/internacional/disidencia/moviliza/regimen/elpepuint/20100225elpepiint_1/Tes
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