Cemento, ladrillo y arena…
Con salarios tercermundistas y precios de Home Depot, ¿quién puede
remodelar o construir su vivienda en Cuba?
Laura García Freyre, La Habana | 28/05/2009
En La Habana no es necesario adentrarse demasiado, para comprobar que
cientos de viviendas están a punto de derrumbarse, detenidas por aquello
que diversos especialistas en arquitectura e ingeniería han llamado la
"estática milagrosa". Junto a estos milagros se observan nuevas
construcciones en desarrollo que, a juzgar por sus cimientos y las
tendencias de la economía nacional, serán hoteles, restaurantes y
tiendas en divisas.
Los pocos particulares que pueden darse el lujo de construir o hacer
algunas remodelaciones en sus hogares, son dueños de casas de alquiler.
A pesar de la gran suma que pagan mensualmente en impuestos, se ven
obligados a invertir para hacer más rentables sus propiedades.
La "autorización" para que todo individuo pueda construir una casa, "con
esfuerzos y recursos propios", anunciada por Raúl Castro en enero
pasado, no se manifiesta, por lo menos, en las calles de la capital.
El por qué la sociedad no ha reaccionado a una "autorización" tan
necesaria, refleja que no sólo se requieren leyes, sino también
infraestructuras que permitan su viabilidad, para que la construcción de
viviendas esté al alcance del mayor número de ciudadanos. Sin embargo,
la disparidad entre la moneda nacional y la convertible, más la carencia
de materiales, sólo permite que el cubano pase de la barbacoa al
"lleguipon", o viceversa.
Con la supuesta autorización para construir casas por cuenta propia, el
Estado busca restarse responsabilidad respecto a un problema de índole
social. Por un lado, anuncia a bombo y platillo la construcción de
"petrocasas"; pero, ¿qué hace con los miles que se encuentran hacinados
en solares y barbacoas?
No puede suponerse que los vecinos de un antiguo hotel, hoy solar,
ubicado en la calle Amistad, Centro Habana, que han hecho de la piscina
su lugar de residencia, se construyan por sus propios medios una
vivienda digna.
Cuando estaba en marcha el plan de "construcción de viviendas por
esfuerzo propio", el Estado seleccionaba, por medio de una comisión, al
"compañero" que apoyaría con los materiales que éste estimaba
necesarios. Aun así, no lograba facilitar lo necesario para la
construcción, pese al inmenso trámite burocrático. Así que cuando la
construcción de la vivienda es responsabilidad completa del que
construye, no puede contar con que el Estado le facilitará materiales a
precios asequibles, por lo que tendrá que recurrir a las tiendas en
divisas o al mercado ilegal.
La lista del horror
Ante las dificultades que se sortean y los altos precios de los
materiales, quizá la pregunta correcta sería: ¿es posible construir en
Cuba para el ciudadano promedio? Aun cuando se cuente con los recursos
necesarios, el mercado legal no siempre podrá abastecer los
requerimientos del interesado, quien se verá obligado a recurrir al
ilegal y a las demoliciones.
Los precios del cemento tienen un costo aproximado de 6,50 la bolsa —o
bien dos cubos por 100 pesos en el mercado negro. Aun cuando se quiera
proceder legalmente, no siempre se encuentra el producto en las tiendas
de divisas, por lo que no hay otra opción que buscar los materiales en
la calle, o "por la izquierda", como es el caso de los ladrillos, la
arena y el polvo de piedra.
Los ladrillos no se dejan ver por ninguna tienda, ni en CUC, por lo que
hay que recurrir a las demoliciones, a un precio de entre 3 y 5 pesos
cada uno. Este tipo de adquisición es legal, por lo que no se necesitan
papeles. Ante la inexistencia de ladrillos nuevos, la única opción son
los usados; dependerá de la habilidad del albañil de turno. Otro
problema es la arena. Cuando no se cuenta con ésta, se utiliza polvo de
piedra, que cuesta 25 pesos el saco y sólo se consigue en la calle. Si
se tiene la fortuna de encontrar arena, el metro cuadrado cuesta 100 pesos.
A esto hay que sumar los problemas para trasladar materiales, y lo que
puede acarrear. Aun si se cuenta con el dinero para comprar 500
ladrillos en una demolición, siempre existe la opción de que en el
traslado la policía decomise el material y el dueño vaya preso.
De acuerdo con un entrevistado que accedió a compartir los gastos que
hizo recientemente, la mayor parte de los materiales los consiguió en el
mercado negro. Pese a que se trataba de una habitación sencilla, dijo
que gastó aproximadamente más de 5.000 pesos en 223 metros de cabilla,
400 bloques, 25 sacos de cementos, 10 metros cuadrados de arena y 5
metros cuadrados de piedra, entre otros materiales; sin contar con el
tendido eléctrico, la puerta y la ventana. Para el entrevistado, un baño
extra es impensable.
A estos gastos hay que sumar los costos de mano de obra. Un albañil
cobra en dependencia del trabajo o por metro cuadrado. Hay quienes
prefieren cobrar 15 CUC por jornada. Los albañiles o carpinteros en
pesos cubanos prácticamente se extinguieron.
Miseria y 'delicatessen'
En La Habana existen algunas tiendas especializadas en artículos para el
hogar y la construcción. Pese a su gran surtido (en comparación con las
paupérrimas tiendas del Estado), allí no se puede obtener lo necesario
para construir, y los precios que ofrecen parecen destinados a un
mercado diferente al cubano.
Los precios en Galerías Paseo, en las tiendas del edificio Focsa, de una
ferretería ubicada en Línea, casi esquina con Paseo, y en la tienda
Trasval, en Centro Habana, son aún más elevados que los de cualquier
Home Depot en Estados Unidos, sin contar con la descortesía de los
empleados y la poca o nula posibilidad de hacer válidas las garantías.
Para una habitación con piso de mosaicos o azulejos, los precios varían,
en dependencia de la calidad y el tamaño de la pieza: los hay desde 17
CUC hasta 30,90 el metro cuadrado. A esto hay que agregarle el adhesivo
para mosaico, que cuesta 38 CUC la bolsa de 10 kilos, o el cemento para
azulejos, cuyo precio es 16.65 CUC por una bolsa de 40 kg.
¿Un poco de color para la habitación? La tienda Trasval es la única, por
lo menos en La Habana, que cuenta con un catálogo de pinturas para el
hogar a un precio de 28 CUC por galón (4 litros); en otras tiendas, sólo
hay un par de colores por 22 CUC el galón.
La construcción o remodelación de un baño puede que sea lo más caro de
una vivienda, pues en las mencionadas tiendas una tina cuesta, en
oferta, 70 CUC (su precio original era de 120). Hay lavabos que llegan a
costar 366 CUC, sin espejo. Este último cuesta 55.60 CUC. Las llaves
para el baño oscilan entre los 27.30 y los 50 CUC. Y si hace falta un
tubo de drenaje, tendrá que desembolsar entre 35 y 54 CUC, en
dependencia del grosor. En algunas ferreterías hay cenefas para baño, a
un precio de 1.10 CUC la pieza de 20 centímetros de largo.
Para aquel que busca hacer los trabajos por sí mismo, de no contar con
la herramienta, podrá adquirir un taladro a 74 CUC o una lijadora Black
& Decker a 53.53 CUC, pagando, además, 80 centavos de CUC la hoja de
lija. Y en caso de no contar con amigos y familiares que lo ayuden a
transportar los materiales, puede adquirir un pequeño carro para
mercancías por 173 CUC.
El comprador no sólo tiene que enfrentar altísimos costos, sino que en
ocasiones tendrá que mostrar documentos oficiales para comprar los
materiales. Ante la imposibilidad de muchos de demostrar que sus
ingresos son legales, optan por la discreción del mercado negro. No debe
olvidarse que el salario medio en la Isla es de 17 dólares mensuales.
Por lo tanto, construir una vivienda, como sugirió Raúl Castro, o
simplemente una habitación extra, constituye un verdadero acto de magia.
Aun así, no es seguro que pueda llegar a buen fin, pues hay materiales
que desaparecen de un día a otro, tanto de las tiendas en divisas como
del mercado negro.
Ojalá la escasez de materiales se debiera a la construcción de casas
para los afectados por los más recientes huracanes, pero, como se ha
podido constatar, hay más interés oficial en crear y remodelar espacios
turísticos.
Cemento, ladrillo y arena… - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (28
May 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/cemento-ladrillo-y-arena-181712
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