El cerrojo electoral cubano
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | Madrid | 3 de Julio de 2017 - 13:52 CEST.
Acaba de constituirse en Cuba la Comisión de Candidaturas Nacional
(CCN). De acuerdo con la Ley Electoral, esta comisión, así como las
provinciales y municipales, se crean para elaborar y presentar los
proyectos de candidaturas de delegados a las Asambleas Provinciales y de
Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), y para cubrir
los cargos que eligen estas y las asambleas municipales.
Los integrantes de esta CCN son miembros de la Central de Trabajadores
de Cuba (CTC), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), los Comités de
Defensa de la Revolución (CDR), la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y la
Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM). Todos, por
supuesto, miembros del Partido Comunista (PCC) y la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC). Se trata de una "sociedad civil" perteneciente al
partido en el poder, y cuando se dice perteneciente, no es solo que sean
simples miembros de dichas organizaciones, sino que son fieles
cumplidores de las ordenes emanadas del Comité Central y su primer
secretario.
Estas comisiones garantizan que, aunque el pueblo en pleno vote por
candidatos no comunistas en las elecciones municipales, los delegados de
las Asambleas Provinciales, los diputados de la Asamblea Nacional, el
Consejo de Estado y su presidente, puedan ser nombrados en sus cargos a
dedo.
La continuidad del sistema dictatorial está asegurada para la eternidad,
no importa que el país sea una ruina moral y económica. Con todo
descaro, los comunistas imponen su voluntad y para eso no les bastan sus
leyes parcializadas, también hacen trampas y coaccionan a los electores
en las elecciones de circunscripción, única etapa del proceso electoral
donde el pueblo podría pronunciarse si se atreviera a hacerlo.
Que lejos quedaron las palabras de La Historia me absolverá sobre
democracia, tripartición de poderes, derechos constitucionales y
principios generales del derecho como el de resistencia a la dictadura y
los derechos de asociación, reunión y expresión. A cambio de eso, el
Gobierno cubano crea un aparato que usurpa la soberanía del pueblo,
constituyéndose en órgano que decide por los electores los que van a
ocupar los cargos públicos.
De esta manera, estos cargos públicos no son ocupados por servidores del
pueblo, pagados por este para la dirección de sus destinos, sino que se
convierten en sicarios de un régimen despótico igual de abominable que
cualquier otra tiranía. Los cargos públicos designados por las
Comisiones de Candidatura son ilegítimos, son usurpadores de la voluntad
del pueblo que debe reflejarse en las urnas en voto libre, directo y
secreto en todas las instancias, desde el municipio hasta la Asamblea
Nacional y el presidente de la República. Son cargos demasiado
importantes como para dejar su decisión en manos de un grupo de eunucos
políticos.
Un pueblo sin derecho a reunirse, asociarse o expresar su opinión no es
un pueblo libre; un pueblo que no puede elegir sus gobernantes es un
pueblo esclavo. El pueblo cubano es esclavo del PCC y algún día tomará
conciencia de sí mismo, de su situación de sometimiento a un régimen que
no ha cumplido ni cumplirá su promesa de bienestar y, en cambio, le ha
arrebatado la libertad.
La Constitución y las leyes cubanas están concebidas como cadenas y
rejas, y las Comisiones de Candidatura son los candados que dan el toque
final al encierro. Recordando la frase que hace años repetía una amiga,
Cuba no es un país. Tenía razón, es una cárcel rodeada de agua por todas
partes.
Source: El cerrojo electoral cubano | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1499082758_32298.html
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