martes, junio 20, 2017

Sistemas de gobiernos y la democratización de Cuba

Sistemas de gobiernos y la democratización de Cuba
Para evitar en un futuro los males pasados y presentes de Cuba, es
importante prever y debatir el sistema de gobierno que más convendría a
nuestras realidades históricas y políticas
Moustafa Hamze Guilart, Sao Paulo | 20/06/2017 12:39 pm

Un postulado de la filosofía de vida que practico, el budismo de la Soka
Gakkai Internacional, una organización formadora de valores humanos,
establece, "el presente es resultado del pasado y el futuro es resultado
del presente".
El pasado reciente de Cuba desde 1902, está caracterizado por tres
constituciones, la de 1901, la de 1940 y la fidelista de 1976, por tres
dictaduras, la de Machado, la de Batista y la totalitaria en nombre del
proletariado y el "socialismo", de partido único, periodo que Cuba ha
transitado entre revueltas y revoluciones.
Entre ellas la Guerra o la Masacre de los Independientes de Color de
1912, la Chambelona o alzamiento del Partido Liberal contra el Gobierno
de Menocal en 1917, la Revolución del 30 contra Machado, incluyendo en
ese periodo la Revuelta de los Sargentos comandada por Batista en 1933,
el ataque al Cuartel Moncada en 1953 y la "Revolución Cubana" de 1959,
con la guerra civil resultante que incluyó los fusilamientos y el
presidio político, la invasión de Girón y la lucha en el Escambray,
hasta el surgimiento y desarrollo de la amplia y diversa oposición y
disidencia interna de los últimos 30 años.
Ese periodo de más de 100 años ha sido marcado por el caudillismo, el
clientelismo y el populismo, a la cubana, teniendo su máxima expresión
en el totalitarismo encabezado por los hermanos Castros y sus
incondicionales.
El presente está caracterizado por una dictadura militar, el
desgobierno, la corrupción generalizada, el caos económico y social, la
represión, la incipiente oposición interna, la desbandada por emigrar,
la apatía política de muchos cubanos por el aplastamiento de la
oposición y la falta de libertades durante casi 60 años de control y
represión social, ejercidos por órganos de la seguridad del estado, el
partido único y sus organizaciones de masas.
Una parte del exilio esperando siempre que sea el gobierno de turno en
EEUU el que resuelva la problemática cubana y otros en la diáspora, con
Cuba acuesta todavía, tratando de concientizar a los cubanos de ambas y
otras orillas, incluyendo a la nomenclatura castrista y sus periferias
académicas, intelectuales y artísticas, sobre la idea de que la salida
de la problemática cubana es una transición ordenada a la democracia.
Para evitar en un futuro los males pasados y presentes de Cuba y de los
cubanos, entre otras cuestiones, es importante prever y debatir el
sistema de gobierno que más convendría a nuestras realidades históricas
y políticas, porque ciertamente el presidencialista de antaño y el
totalitarista que todavía rige el destino de la nación cubana no han
evitado estos males explícitos e implícitos en el presente artículo, y
más bien los han potencializado a lo largo del periodo histórico abordado.
Actualmente existen varios sistemas de gobiernos en diferentes naciones
democráticas entre otros, el presidencialista clásico, predominante en
América, donde un presidente electo en elecciones libres periódicamente,
ejerce el poder ejecutivo, y existen otros dos poderes, el legislativo
(congreso) y el poder judicial independientes, con gobiernos estaduales
o locales que reproducen la estructura nacional y otros que a
continuación hago referencia ejemplificándolos en determinadas democracias.
Presidencialismo de coalición brasileño
La coalición se refiere a acuerdos entre partidos (con vista a ocupar
cargos en el gobierno) y alianzas entre fuerzas políticas (difícilmente
en torno de ideas y programas) para alcanzar determinados objetivos,
entre ellos, la gobernabilidad del país o medianamente para conformar la
oposición democrática en el congreso nacional. Esas concertaciones son
necesarias por la gran cantidad de partidos políticos existentes,
actualmente 35, siendo muy difícil que el partido del presidente obtenga
la mayoría absoluta del parlamento para aprobar sus proyectos e
implementar sus políticas.
Por lo anteriormente señalado algunos o muchos partidos, en determinadas
coyunturas, se juntan para formar un consorcio de apoyo al jefe de
gobierno en el parlamento, intentando imitar al sistema parlamentario
donde un primer ministro asume como jefe de gobierno por tener su
partido de mayoría en el parlamento o cuando no tiene la mayoría
establece negociaciones con partidos menores para la formación de gobierno.
Lo nocivo de estos "pactos", en el caso brasileño, es que para formar la
coalición se hace a cambio de la entrega de ministerios y/o cargos en el
primer y segundo escalón de las empresas estatales, siendo esas
prácticas las principales fuentes de la corrupción política que es
endémica y sistémica en Brasil.
Otra contradicción es que el presidente es elegido, generalmente, sobre
la base de un programa de gobierno y los parlamentarios, ministros y
directivos para las estatales indicados por los partidos que conforman
la coalición no tienen ningún interés en el programa de gobierno y sí
los intereses particulares de sus partidos, y sus intereses personales;
a ese comportamiento es lo que los politólogos han denominado como
fisiologismo partidista, para caracterizar la adhesión de muchos
partidos al gobierno de turno, la cual tiene como finalidad obtener los
"beneficios" que proporciona ser parte de la coalición gobernante.
Parlamentarismo
El parlamentarismo, también conocido como sistema parlamentario o
democracia parlamentaria, es un sistema de gobierno en el que la
elección del gobierno (poder ejecutivo) emana del parlamento (poder
legislativo) y es responsable políticamente ante éste.
Modernamente los sistemas parlamentarios son en su mayoría bien
monarquías parlamentarias, o bien repúblicas parlamentarias. En los
sistemas parlamentarios, el jefe de Estado, que generalmente es una
figura ceremonial, es normalmente distinto del jefe de gobierno.
Una república parlamentaria o república constitucional parlamentaria es
un tipo de república que opera bajo un sistema parlamentario.
En oposición a la república presidencialista y la república
semi-presidencialista, el jefe del Estado, normalmente, no tiene poderes
ejecutivos reales como un presidente ejecutivo, ya que la mayoría de
estos poderes le han sido concedido al jefe de gobierno, normalmente
llamado primer ministro.
En ciertas ocasiones el presidente ha de tener poder ejecutivo legal,
para llevar a cabo el día a día de las instituciones (como en Finlandia
o Irlanda) pero no hacen uso de estos poderes. Algunas repúblicas
parlamentarias podrían, por tanto, ser vistas como repúblicas con un
sistema semi-presidencialista, pero funcionando de una forma parlamentaria.
Semi-presidencialismo
Dentro de este sistema de gobierno, destacan el francés y el portugués,
Es un sistema de gobierno en que el presidente comparte el poder
ejecutivo con un primer ministro.
El semi-presidencialismo a diferencia del parlamentario, tiene un jefe
de Estado electo directamente por el voto popular y es más que una
figura ceremonial como en el parlamentarismo. El poder ejecutivo reside
tanto en un presidente de la república (elegido por sufragio directo),
como en un primer ministro (elegido por el poder legislativo). En las
repúblicas semi-presidenciales ambas figuras (presidente y primer
ministro) poseen igual autoridad dentro de las decisiones de gobierno.
Democracia por consenso suiza
La Asamblea Federal es la máxima autoridad política en Suiza. Se compone
del Consejo Nacional, que representa al pueblo, y el Consejo de Estado,
que representa a los cantones. En contraste con el nivel federal, los
poderes ejecutivos de los cantones y los municipios son elegidos por el
pueblo. A nivel cantonal, sólo hay parlamentos unicamerales y el 80% de
todos los municipios no tienen parlamento, siendo la máxima autoridad
una asamblea de ciudadanos.
La Asamblea Federal, El parlamento, es decir, la llamada Asamblea
Federal, ejerce el poder legislativo en Suiza. Es un órgano
parlamentario bicameral que representa al pueblo (Consejo Nacional) y a
los cantones (Consejo de Estados). Ambas cámaras tienen las mismas
competencias. La Asamblea Federal ejerce la autoridad suprema de la
Confederación, ya que cuenta con el poder legislativo para aprobar todas
las leyes federales y nombra a los miembros del Consejo Federal y del
Tribunal Federal, al comandante en jefe militar (en tiempo de guerra) y
a otros órganos federales de importancia. Supervisa todas las
autoridades del gobierno federal suizo y aprueba el presupuesto anual
elaborado por el Consejo Federal.
El parlamento se reúne cuatro veces al año durante tres semanas. Si es
necesario, se convocan sesiones especiales de miembros del parlamento a
tiempo parcial. Mientras que en la mayoría de los países ser
parlamentario es un trabajo a tiempo completo, en Suiza, donde la
Asamblea Federal se caracteriza por ser un parlamento semi-profesional,
la mayoría de los parlamentarios tienen otra profesión además de ser
parlamentarios. Los miembros del parlamento dedican una media de un 60 %
de sus horas de trabajo a sus obligaciones parlamentarias.
El sistema político está muy influenciado por la participación directa
del pueblo. Además de la participación en las elecciones, los referendos
y las iniciativas populares son los elementos claves de la arraigada
tradición suiza de democracia directa. El tipo de democracia llamada
«democracia por consenso» es la tercera característica del sistema
político suizo. Las instituciones están diseñadas para representar la
diversidad cultural y para incluir a todos los partidos políticos
importantes en un gobierno de gran coalición. Esto hace que el poder no
quede concentrado en una sola mano, sino distribuido entre muchos agentes.
Después de la explicación en detalle de estos tres elementos importantes
del sistema político suizo, una perspectiva comparada servirá para
ejemplificar las principales diferencias del sistema frente a otras
democracias occidentales.
De todos esos sistemas de gobiernos abordados tengo mi preferencia, pero
esa definición se la dejo a la Asamblea Constituyente para parlamentar
la futura Constitución Democrática Cuba, la cual deberían integrar
delegados del actual partido único, de los partidos de oposición
legalizados y por representantes de la sociedad civil independiente y
otras organizaciones sociales como religiosas y fraternales.
Artículo publicado en el Boletín SPD No. 254. La Habana, 14 de junio de
2017.

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