El cubaneo y las manipulaciones
23 Mayo, 2017 7:35 pm por Eduardo Martínez Rodríguez
El Cerro, La Habana, Emaro (PD) Cuando el actual grupo gobernante, ahora
desapareciendo por edad, llevó a cabo su rebelión contra el régimen
anterior, nunca previó que iba a llegar tan lejos como lo ha hecho hasta
hoy, por lo cual no tenía programas de contingencias previstos para un
final que se les acerca lenta pero visiblemente. Nada pueden ni podrían
hacer para desviar o revertir la muerte de su creación por simple
desgaste y mal uso. Ese es el enemigo que no estaba preparado para
enfrentar.
La Historia nos muestra que nada dura para siempre, ni siquiera el amor.
Cuando el grupo liderado por los hermanos Castro tomó el poder por la
fuerza de las armas, esgrimía argumentos que los hacían aparecer como
martianos. Inicialmente, entre 1952 y 1959, esto puede haber sido
verdad, pero cuando comenzaron a enfrentar el inmenso problema de
encarar a la mayor potencia mundial, le pareció muy conveniente asumir
al marxismo, sobre el cual poco conocían. Así, dejaban de ser martianos,
pues José Martí, un hombre muy culto y que hablaba nueve idiomas, nunca
aceptó el marxismo como bueno para los cubanos.
Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, democrático y liberal, que
nada tenía que ver con los rigurosos preceptos socioeconómicos
marxistas, que precisamente los cubanos nos hemos encargado de demostrar
que no funcionan, a pesar de todo el empeño, tiempo y dinero que se les
ponga.
La Revolución, al emplear un discurso donde se asumía que se eliminarían
todos los males que aquejaban a nuestra sociedad, tuvo inicialmente el a
apoyo de aquellos que sufrían dichos males. Pero ante las
expropiaciones, los encarcelamientos, los fusilamientos y otras
muchísimas atrocidades, miles marcharon al exilio.
Nada de martianos tenían quienes estaban gobernando a golpe de porra y
argucias.
El gobierno de Fidel Castro, gozó de cierta legitimidad al ser apoyado
por la mayoría, al menos en los primeros años. Ya hoy está claro que la
mayoría ahora está en contra de sus sucesores debido al desastroso
resultado de la asunción y aplicación de políticas económicas y sociales
totalmente ajenas.
Al revisar en la Historia, se puede constatar que no sobrevivió ninguna
persona o líder que de alguna pudiera competir por el liderazgo con
Fidel Castro desde el mismo inicio de su carrera política.
Veamos dos casos, aunque se podrían encontrar más.
Primero. El misterio del accidente aéreo de Camilo Cienfuegos, que no se
logra descubrir en 58 años, con lo aparatosos y visibles que suelen
resultar esos accidentes, incluso en el mar. Millares de personas
buscaron a Camilo por mes y medio, el ejército empleó todos sus
recursos, pero increíblemente no apareció.
Segundo. Fidel Castro leyó la carta de despedida de Che Guevara, su
testamento político, en 1965, cuando estaba combatiendo en el Congo. Lo
dio por muerto públicamente dos años antes de que realmente lo mataran
en Bolivia.
El único sobreviviente fue Raúl Castro. Generalmente, los jefes de
clanes mafiosos necesitan a sus familiares cercanos, pues buscando bien
hondo, tal vez hallemos que no están totalmente deshumanizados y buscan
poner a sus familias a buen recaudo.
Hoy vemos ya claramente las manipulaciones a las cuales hemos estado
sometidos por décadas. Se manosea hasta el idioma para intentar generar
legitimidad.
"Revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado, según decía Fidel
Castro. Así, su régimen, de revolucionario se transformó en
ultraconservador.
La palabra compañero hoy suena obsoleta y hasta incómoda, genera
rechazo, cuando la población cubana comienza a volver a utilizar señor,
señora, señorita, etc. Actualmente a muchas personas las llaman
compañero y se molestan pues esta palabra ha sido impregnada de una
nefasta asociación sicológica comunistoide. Cuando algún cubano utiliza
la palabra compañero, de inmediato lo asociamos a oficialista, a
chivatón, a alguien que defiende un sistema a todas luces moribundo y
que tantísimo daño ha hecho.
Asimismo se inventan nuevos términos, como cuentapropista para no decir
trabajador privado, jinetera para no decir prostituta, botero para no
decir taxista.
¡Y qué decir de la doble moral! No hay mejor comentario sobre ella que
la definición que hizo George Orwell, en su famoso libro 1984, del
double-think (pensamiento dual): "Estar apercibido de la realidad
mientras se dicen mentiras cuidadosamente construidas, mantener
simultáneamente dos opiniones que se autocancelan, conociendo que son
contradictorias y aún creer en las dos; emplear la lógica contra la
lógica; repudiar la moralidad cuando la exigimos; creer que la
democracia es imposible y que el Partido es el guardián de la
democracia. Olvidar lo que sea necesario y traerlo de vuelta a la
memoria de nuevo en el momento que sea preciso y sobre todo, aplicar
este proceso al proceso mismo de olvidar. Esta es la última sutileza:
introducir inconsciencia conscientemente y de nuevo convertirse
inconsciente del acto de hipnosis que hemos experimentado."
eduardom57@gmail.com; Eduardo Maro
Source: El cubaneo y las manipulaciones | Primavera Digital -
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