Democracia para la minoría
Las dictaduras no terminan por los deseos del pueblo sino por los hechos
que este sea capaz de ejecutar contra ellas
Martes, junio 6, 2017 | Roberto Jesús Quiñones Haces
LA HABANA, Cuba.- Según un artículo publicado en Granma el pasado 30 de
mayo y firmado por Oscar Sánchez Serra, uno de los subdirectores del
órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el
proceso de consulta que condujo a la aprobación de los principales
documentos sobre la actualización del modelo económico y social cubano
en el reciente III Pleno de esa instancia partidista, constituye una
muestra de la democracia cubana, frase reiterada en las sesiones de
trabajo de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular
(ANPP) que desde el 31 de mayo están reunidos en La Habana para darle el
espaldarazo final al proceso.
Tales documentos son los denominados "Conceptualización del Modelo
Socioeconómico y Social Cubano de Desarrollo Socialista", "Bases del
Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030" y "Visión
de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos", a los que se unen las
nuevas modificaciones a los Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución.
Es la primera vez que el castrismo conceptualiza su proyecto. Pero no
basta con promulgar documentos, por muy importantes que sean, si no
plasman los intereses de todo el pueblo y si no se cumplen. En este caso
los documentos sólo reflejan los intereses de los comunistas, una gran
minoría en comparación con el resto de la población. En cuanto a su
cumplimiento veremos qué pasa. La Constitución y muchas leyes se
incumplen cotidianamente por muchos funcionarios y por los miembros del
Ministerio del Interior (MININT) con la connivencia de la Fiscalía
General de la República y los tribunales. El Partido Comunista de Cuba
(PCC) está reconocido por la Constitución como la fuerza dirigente
superior de la sociedad, pero muchos de los documentos aprobados en sus
congresos fueron engavetados para dormir el sueño eterno, aunque no
precisamente el de los justos. Eso lo reconoció públicamente el General
de Ejército Raúl Castro Ruz y refleja el voluntarismo y la falta de
seriedad de este partido.
Según el articulista el proceso ha sido democrático pues los documentos
fueron aprobados por más del 99% del millón seiscientas mil personas que
los analizaron. ¿Pero, puede ser democrático un proceso en el que sólo
se involucran los militantes del PCC, la Unión de Jóvenes Comunistas
(UJC), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el MININT,
colaboradores y representaciones en el exterior y "algunas
organizaciones religiosas" que no son identificadas?
Según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en
el 2007 la población cubana entre 15 y 64 años constituía el 70.2% y la
que tenía 64 años o más el 11.6%. La propia ONE ha publicado que en 2009
la población cubana ascendía a 11 242 621 habitantes. Ocho años después
la población adulta ha aumentado y debe ser aproximadamente de 9 196 463
si nos basamos en esas informaciones. Suponiendo que la cifra tenga un
margen de error del 5% la población adulta de Cuba hoy sería de
aproximadamente de 8 736 640.7791 ciudadanos. Partiendo de estos
cálculos los documentos han sido discutidos por el 18.3136 % de la
población adulta. ¿De qué democracia puede hablarse cuando el 81.6864%
restante ha sido ignorado?
También siembra muchas dudas la afirmación de que se escucharon 718 229
intervenciones y fueron recogidas 208 161 propuestas de las cuales se
recibieron 203 015. Se desconoce por qué fueron eliminadas 5 146. Más
trascendente es que estos documentos no contienen absolutamente nada
sobre los cambios políticos que la inmensa mayoría de los cubanos anhela
profundamente.
Mi generación creció oyendo muchas promesas, pero sus integrantes tienen
entre 59 y 65 años y no han conocido el triunfo de las "victoriosas
ideas del comandante". A muchos no les importa cómo se nombran esos
documentos, su contenido ni la esencia del proyecto. Para ellos la
patria se ha constreñido a un pragmatismo egocéntrico. Y es que el
pueblo cubano cree muy poco a sus dirigentes y aunque en público los
alaba, en privado los detesta y se mofa de ellos mediante chistes que
permanecen en el imaginario popular. Por tantos abusos y promesas
incumplidas, tanta separación familiar, tantas muertes, doble moral y
muchas cosas más, a la mayoría del pueblo le importa un comino el nombre
que el castrismo quiera ponerle a su proyecto ni lo que contienen estos
documentos porque en ellos nada favorece a su empoderamiento. Es la
socialización del poder lo que define al socialismo, no el control
absoluto de todo unido a una política despótica. Rosa Luxemburgo
aseguró: "La libertad solo para los partidarios del gobierno, solo para
los miembros de un partido —no importa cuán numerosos— no es libertad".
No creo que los que sepan de quien estoy escribiendo la definan como
una agente del imperialismo.
Lo que desea la inmensa mayoría del pueblo cubano es vivir dignamente,
que con otras palabras es salir de la pobreza, alimentarse sanamente,
tener un servicio de transporte eficaz, que no existan más intromisiones
en su vida privada, que pueda elegir a los gobernantes y a los
funcionarios públicos, que todos tengamos los mismos derechos y vivamos
en un clima de tolerancia y de respeto a los más elementales derechos
humanos, entre otros anhelos. Pero las dictaduras no terminan por los
deseos del pueblo sino por los hechos que este sea capaz de ejecutar
contra ellas.
Source: Democracia para la minoría CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/democracia-para-la-minoria/
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