José María Vitier: «Cuba sigue siendo un país con la presión de sobrevivir»
Ofrece hoy en Madrid un concierto, «Tarde en La Habana», y mañana viaja
a Bilbao para dar lo mejor de su arte. Él, que hunde las raíces en una
familia de dilatada trayectoria cultural, se siente en España muy cerca
de casa.
26 de abril de 2017. 22:06h
G. Pajares.
La familia de José María Vitier es un baluarte de la cultura dentro y
fuera de Cuba. Él es hijo de los escritores Cintio Vitier y Fina García
Marruz, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2011. Presume, y
quién no lo haría, de formar un clan unido en el que el centro pivotaba
sobre el progenitor. Un orgullo para este músico que celebra en España
–donde es un viejo conocido– sus cuarenta años de una carrera en la que
el piano es una extensión de él mismo. Es el artista que compuso la
«Salve Regina» para la visita del Pontífice a la isla en octubre de
2015. El de hoy será un concierto en la Sala Berlanga de Madrid que
clausurará la muestra «Cuba: Música, imagen, poesía».
–¿Cómo será esta «Tarde en La Habana»?
–Además de tratarse del nombre de uno de los temas del programa, una
contradanza que hace tiempo que no tocaba, es un recorrido por mi forma
de tocar el piano y de la presencia en mi ciudad. Habrá apoyos
audiovisuales con proyecciones de imágenes, pero no de esas tópicas de
postal. Y todo a través del piano, aunque aludiendo a mi visión tanto
orquestal como vocal. Es decir, se trata de pasar con el público una
tarde en La Habana.
–¿Echa de menos su ciudad?
–Bueno, no paso tanto alejado de ella. Cuando salgo de gira me digo
siempre lo mismo, que nunca más voy a estar tanto tiempo sin pisarla
porque le tengo bastante apego. Sí, claro que echo de menos mi lugar.
–¿Y Cuba? ¿La siente cerca?
–Cada uno vive en el país que le tocó, donde nació y también en el que
eligió. Todos nos desenvolvemos en nuestro entorno pequeño, en esa
patria chica que es el barrio donde se concentra la vida de uno,y en el
imaginario de un país. Y disfruto tanto de ese entorno mío como del otro
grande, del macro, de la comunidad donde me desarrollo.
–¿Se vive una efervescencia cultural en Cuba?
–Yo diría que el desarrollo cultural es espectacular y que hay una isla
que se está abriendo porque nuestra sociedad vive un impulso, aunque
esté en ciernes. Pero le falta, claro, y mucho, como a todos nos falta
algo. Y a nivel económico todavía estamos necesitados. Somos un país
pobre con la presión de sobrevivir.
–¿Con qué faceta como artista se siente más cómodo?
–He trabajado de muchas formas y en bastantes escenarios. He disfrutado
sobre todo creando. Para mí es el momento pleno: o se te ocurre algo
grande o no llega la inspiración pero mucho que te empeñes.
–¿Y trabaja mejor de mañana o prefiere la noche?
–Yo era muy diurno pero ahora me voy haciendo más de la noche, del final
del día, ese momento en que se da paso al siguiente pero que aún no
termina de ser. Es entonces cuando se me ocurren más cosas.
–Vamos, que como han dicho tantos grandes artistas, lo mejor que le
puede suceder a un creador es que las musas le visiten mientras está
trabajando.
–Así es, porque pasan corriendo...
–La música que ha compuesto para el cine le ha dado gran notoriedad.
¿Cómo llegó a ese mundo?
–Aterricé desde mi espectro familiar. Mi hermano fundó un movimiento de
artistas experimentales en Cuba y empecé con él. Significó una gran
escuela. También trabajé con un primo hermano, hacíamos música original
y para orquestas. Era un momento de enorme expansión. Me enamoré de ese
mundo. Y también trabajé en teatro y televisión. Mi primer gran paso lo
di con la película «Un señor muy viejo con unas alas enormes», música
que fue premiada en Venecia. Después llegó «El siglo de las luces», que
fue la primera partitura religiosa que compuse. Se trató de una
producción prolongada y económicamente costosa.
–Y después el triunfo con «Fresa y chocolate».
–Fue un honor inesperado. «Titón» (Tomás Gutiérrez Alea) quiso tener a
un compositor pianista y contó conmigo. El tema que compuse y puse a su
disposición ya forma parte de mi programa.
–La música es connatural a su país.
–En Cuba, es curioso que, más allá de los altibajos en que se ha hecho
mi vida, uno nota que es un contínuo que no hay quien pare. Hay
generaciones de músicos formados y es una bendición contar con tantos de
calidad. Que no se interprete mal pero hay una cantidad inaceptable de
pianistas con respecto a la población. Y no solo en La Habana. Gozamos
de una excelente cantera y de un relevo permanente. Tenemos talento de
sobra, aunque el talento nunca sobre, claro está.
–¿Está en España la música viva?
–Por supuesto. España es un gran emisor de música y cultura. Cuento con
un grupo maravilloso de amigos y me encanta pasar por aquí en mis giras.
–¿Se siente usted libre?
–La libertad está dentro de cada uno y los músicos lo percibimos así. Yo
me siento libre en cualquier parte del planeta.
Source: José María Vitier: «Cuba sigue siendo un país con la presión de
sobrevivir» -
http://www.larazon.es/cultura/musica/jose-maria-vitier-cuba-sigue-siendo-un-pais-con-la-presion-de-sobrevivir-EH15034312
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